El arte del sombrero
Ha acompa?ado la evoluci¨®n est¨¦tica de la humanidad desde tiempos inmemoriales. El inter¨¦s actual por la sombrerer¨ªa vive un renacimiento apuntalado por la industria artesanal La creadora Susana Loureda firma, junto al fot¨®grafo Alberto Garc¨ªa Alix, una exposici¨®n que homenajea a este complemento
Antes de que se perfeccionara el arte de la indumentaria, mucho antes de que la distinci¨®n se focalizara en el desarrollo de estampados o tejidos, los hombres adornaban sus cabezas para dar cuenta de su condici¨®n social y su gusto individual. Si la ropa naci¨® por la necesidad de protegerse frente al clima, el sombrero se cre¨® para guarecerse del sol, pero evolucion¨® sin funci¨®n pr¨¢ctica alguna, por el mero hecho de decorar y enmarcar el rostro. En este sentido fue (y es) gratuito, m¨¢s moda que las propias prendas.
Y como tal, ha mutado con el paso del tiempo: los persas usaban el frigio (que despu¨¦s retomaron los revolucionarios franceses); los colonos americanos se identificaron con el capotain, y en los a?os veinte, en un conato de liberaci¨®n femenina, las mujeres dejaron a un lado las anchas e impracticables alas de sus tocados para adornarse con el cloch¨¦, un gorro de apariencia m¨ªnima. La actual es una ¨¦poca desnuda, sin sombrero. La relajaci¨®n de los c¨®digos indumentarios hace que estos hayan sido relegados a ciertas profesiones y a eventos extraordinarios.
¡°Constituyen una prenda con un poder de transformaci¨®n muy poderoso¡±, asegura la sombrerera Susana Loureda. ¡°Ponerse sombrero es una cuesti¨®n de actitud. Mis clientes aprecian lo hecho a mano, las piezas ¨²nicas, y disfrutan comunic¨¢ndose a trav¨¦s de la forma en la que visten. Cuando llevas uno se genera una atracci¨®n especial¡±, a?ade. La sombrerer¨ªa, adem¨¢s de una disciplina minoritaria en estos tiempos, es de los pocos campos de la industria textil que siguen apostando por la manufactura artesanal, empleando las mismas t¨¦cnicas que hace siglos. ¡°Los materiales se trabajan en moldes de madera que son peque?as esculturas. Existen tambi¨¦n m¨¦todos especiales, centenarios, algunos en manos de unos pocos maestros y que se transmiten de manera presencial, en cursos especializados¡±, explica.
Loureda lleva 20 a?os creando con sus manos dise?os para la playa, el campo, la ciudad y las ocasiones especiales. Lejos de ce?irse a los esquemas cl¨¢sicos que rigen cada circunstancia, sus piezas se contagian de los objetos cotidianos ¨C¡°veo sombreros por todas partes¡±, confiesa¨C y se empapan de la geometr¨ªa de su entorno m¨¢s cercano, hasta el punto de que, por inmediatas, resultan surrealistas, como aquel zapatotocado con el que Elsa Schiaparelli convirti¨® la sombrerer¨ªa de los a?os treinta en un arte de vanguardia. ¡°Me encanta Schiaparelli, pero tambi¨¦n el trabajo de Sophie Beale, J. Smith Esquire y Philippe Urban. Y, por supuesto, Stephen Jones, por su fina iron¨ªa¡±, y apunta un dato que da cuenta del culto que ciertas personas rinden a este objeto: ¡°Nina Pawlowsky, una dise?adora que vive y trabaja en Barcelona, es la impulsora de la Passejada amb Barret [paseo con sombreros]. Cada a?o, miles de personas caminan juntas con su pieza favorita por el paseo de Gracia. Este oficio es todo un mundo; hay asociaciones, revistas, encuentros¡±.
Adem¨¢s de cultivar esta profesi¨®n, Loureda es la asistente del fot¨®grafo Alberto Garc¨ªa Alix desde hace 20 a?os. Ahora ambos han puesto sus respectivas disciplinas a dialogar en la exposici¨®n La sombra engalanada, que tendr¨¢ lugar del 11 al 30 de mayo en la galer¨ªa Espacio Expositivo de Madrid. ¡°El t¨ªtulo es la greguer¨ªa que G¨®mez de la Serna dedic¨® al sombrero¡±, explica la creadora. La muestra recoger¨¢ algunos de los retratos que Garc¨ªa Alix ha realizado a amigos con las creaciones de Loureda, y que a su vez trazan un recorrido est¨¦tico desde la movida madrile?a hasta nuestros d¨ªas.
El proyecto (que viene de la mano de una publicaci¨®n en la que ha colaborado Elvira Lindo) tiene dos lecturas complementarias: pone de manifiesto que la sombrerer¨ªa no dista mucho de ser un arte aplicada y, a la vez, se?ala que quiz¨¢ este accesorio est¨¦ a punto de regresar a la calle.
¡°Cada vez hay m¨¢s inter¨¦s por parte de los estudiantes. Se est¨¢n haciendo retrospectivas de sombrereros famosos y es ya com¨²n verlos en las pasarelas. Creo que han vuelto con fuerza y para quedarse¡±, sostiene Loureda. Quiz¨¢ el hecho de que el cantante Pharrell Williams se convirtiera en un fen¨®meno viral gracias a su extravagante modelo de Vivienne Westwood sea la primera parada del camino de regreso.
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