8 fotosAlgod¨®n: motor del desarrolloUn grupo de mujeres ind¨ªgenas en Guatemala impulsan la econom¨ªa de su comunidad utilizando t¨¦cnicas ancestrales mayas de tejido Guatemala - 11 may 2015 - 11:38CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceSan Juan de la Laguna (en la zona volc¨¢nica del lago Atitl¨¢n) es uno de los 19 municipios que pertenecen al departamento de Solol¨¢, al sur de Guatemala. Su poblaci¨®n pertenece a la Etnia Maya Tz¡¯utujil. A pesar de estar emplazado cerca de uno de los destinos m¨¢s tur¨ªsticos del pa¨ªs, el pueblo a penas ha visto amenazadas su identidad y sus costumbres; casi la totalidad de sus habitantes son ind¨ªgenas Tz¡¯utujiles. Una de las tradiciones m¨¢s arraigadas es el tejido, motor econ¨®mico de la comunidad que re¨²ne a varias asociaciones de mujeres en un pa¨ªs donde las ind¨ªgenas tienen muchas dificultades para realizarse, ser independientes y constituir un pilar fundamental en la econom¨ªa familiar.SERGIO CRUZLa historia de la Cooperativa de Mujeres Tejedoras con tinte natural Lema comienza hace apenas 15 a?os, momento en el que un grupo de mujeres decide unirse con el prop¨®sito de crear empleo en vistas del auge tur¨ªstico que estaba experimentando la zona del lago Atitl¨¢n. Hasta ese momento cada una trabajaba el textil por su propia cuenta y apenas llegaba para cubrir los ingresos familiares. Pero a¨²n m¨¢s importante que la decisi¨®n de impulsar un proyecto compartido, fue el inter¨¦s de revalorizar y conservar las t¨¦cnicas ancestrales mayas de te?ido y tejido del hilo de algod¨®n.SERGIO CRUZElaborar una madeja de hilo es un proceso muy laborioso y muchas veces poco reconocido. La t¨¦cnica, la paciencia y el amor por el trabajo que se realiza son la base. En primer lugar, se corta la flor de algod¨®n del ¨¢rbol, se almacena y se procede a sacar la semilla. El proceso es muy delicado y puede tardar varios d¨ªas. En la cooperativa esta tarea la suelen realizar los hombres. Luego se unen los p¨¦talos de cada flor de algod¨®n, mediante ligeros golpes. M¨¢s tarde se suaviza con horquillas de madera y se hila el algod¨®n en el malacate, una t¨¦cnica que ya se utilizaba antes de la llegada de los espa?oles en la zona sur de M¨¦xico y Centroam¨¦rica.SERGIO CRUZUna vez hechas las madejas de hilo, el siguiente paso es darles color. En la cooperativa se contin¨²a la tradici¨®n con el uso de sustancias naturales para la producci¨®n de tintes de colores. El proceso comienza con la recolecci¨®n de los ingredientes que dar¨¢n las tonalidades requeridas. Entre ellos se encuentran la planta conocida como chilca, con la que se produce el color amarillo; la semilla de achiote que da un tono anaranjado o rojo; la remolacha para obtener el color morado, la flor de Jamaica para el rosa y diversas cortezas de ¨¢rboles (aguacate, encino) para obtener el marr¨®n o el azul. En la foto, vemos como se muele la semilla de achiote en el metate, mortero de piedra de origen prehisp¨¢nico.SERGIO CRUZCuando ya se han obtenido los ingredientes necesarios se hierve cada uno en una olla diferente y se espera a que desprendan el color. M¨¢s tarde, se cuela el agua y se lleva de nuevo a ebullici¨®n. Es en ese momento cuando se introducen las madejas de hilo y se cuecen de 15 a 20 minutos. Despu¨¦s de sacan, se escurren y se lavan con agua para quitar el excedente de color. Por ¨²ltimo, se dejan secar tendidas en una cuerda durante uno o varios d¨ªas.SERGIO CRUZCuando las madejas se secan, se preparan aquellas que se necesitan para urdir y las que se van a guardar se enrollan en ovillos. Las mujeres tejen en el telar de cintura, entrelazando los hilos de urdimbre con los hilos de trama para formar una lamina resistente, de colores muy vivos. De ah¨ª se obtiene el famoso corte guatemalteco, la tela multicolor que ha vestido a numerosas generaciones de mujeres Tz¡¯utujiles.SERGIO CRUZEl tejido de un huipil o un corte desde que se recolecta la flor de algod¨®n hasta que el producto se encuentra en la tienda suele llevar algunas semanas. Despu¨¦s de conocer el proceso uno debe pensar dos veces si debe regatear con el vendedor o vendedora cuando le pide una cantidad. Al tratar de negociar es posible que nos rebajen el precio, pero estaremos pormenorizando y desprestigiando este trabajo artesanal.SERGIO CRUZSi uno camina por las calles de San Juan o cualquiera de los pueblos que rodean el lago Atitl¨¢n podr¨¢ ver multitud de peque?os puestos de venta de telares, faldas, bolsos o huipiles tejidos con la cultura y tradiciones de los pueblos mayas. Pero su proyecci¨®n no solo se queda a las faldas de los volcanes. Los productos de la Cooperativa de Mujeres de San Juan se venden a nivel nacional e internacional. Las mujeres de este peque?o pueblo son un ejemplo para toda la comunidad, puesto que han conseguido equilibrar el respeto hacia las tradiciones y su cultura a pesar del crecimiento tur¨ªstico de la zona del lago Atitl¨¢n, trabajando adem¨¢s con el respeto al medio ambiente y asegurando un futuro pr¨®spero para sus hijos e hijas en un pa¨ªs en el que el derecho a la educaci¨®n en muchas ocasiones es un privilegio al que no todos pueden acceder.SERGIO CRUZ