Marina y la catalanofobia
Una candidata de izquierdas abandona ante el violento acoso independentista
Catalu?a vive actualmente en un clima democr¨¢tico que no es normal y que est¨¢ dando lugar a graves casos de intolerancia procedentes de todos los sectores. Le ha tocado esta vez a Marina Pibernat Vila, candidata de ICV-EUiA por la ciudad de Girona. La cuarta en la lista, de la cual se ha visto obligada a salir a ra¨ªz de la violenta reacci¨®n que han provocado unas declaraciones suyas en Twitter. La presi¨®n que se ejerce sobre quienes no comulgan con la causa independentista llega a menudo a hacerles objeto de acosos y linchamientos verbales colectivos sin que nadie haga nada por evitarlo.
El pasado 8 de mayo de 2015, durante la emisi¨®n de un debate electoral, Marina Pibernat tild¨® de ¡°derechona catalufa¡± a los candidatos soberanistas y calific¨® de ¡°asqueroso¡± al nacionalismo. Pero ya hac¨ªa tiempo que, debido a su tono beligerante y sarc¨¢stico, se ve¨ªa acosada en las redes por un entorno incapaz de aceptar con normalidad democr¨¢tica que una catalana de izquierdas no sea soberanista.
Significativamente, ha sido la expresi¨®n ¡°catalufo¡±, y no ¡°derechona¡±, la que ha desencadenado el torbellino que le ha hecho imposible a esta militante comunista su participaci¨®n en pol¨ªtica y la presencia en las redes. No es cierto que todos los catalanes que simpaticen con la independencia compartan esta actitud agresiva. Se trata s¨®lo de una peque?a parte, pero manifiesta tal voluntad de control que ha conseguido intervenir en la confecci¨®n de listas ajenas a su ¨¢mbito. Se suscitan, por tanto, dudas sobre la salud colectiva de una sociedad incapacitada para la discusi¨®n, para la iron¨ªa y para frenar a tiempo situaciones como ¨¦stas.
El pretexto para el linchamiento al que Marina Pibernat se ha visto sometida ha sido el supuesto car¨¢cter catalan¨®fobo de la palabra ¡°catalufo¡±. Cuesta aceptar que una palabra seg¨²n qui¨¦n la use tenga un significado u otro. Articulistas soberanistas utilizan en sus escritos el t¨¦rmino ¡°catalufo¡± con intenci¨®n coloquial y lejos de darle un sentido catalan¨®fobo. (V¨¦ase, por ejemplo, La Vanguardia del 17 de junio de 2008, p¨¢g. 21). Es inaceptable que cuando esa misma expresi¨®n la emplea alguien que se niega a seguir el independentismo, se despliegue una inusitada campa?a de intimidaci¨®n inquisitorial, llegando a afectarle al derecho democr¨¢tico elemental de presentarse a unas elecciones.
Lo que se le ha hecho a Marina Pibernat es propio de una sociedad represiva e intolerante
A Marina Pibernat se la ha acusado incluso de inventarse sus apellidos catalanes, pues se daba por hecho que alguien realmente llamado como ella no pod¨ªa m¨¢s que ser soberanista. Comprobada la autenticidad de su nombre, se le ha reprochado caer en un ¡°autoodio¡± catal¨¢n, argumento id¨¦ntico al que utiliza la derecha nacionalista de Israel.
Lo que se le ha hecho a Marina Pibernat es propio de una sociedad represiva e intolerante, de un modelo de convivencia condicionada, que una parte muy activa y fanatizada quiere imponer a toda la poblaci¨®n. Al acusar a Marina Pibernat de catalanofobia se reproduce una situaci¨®n que recuerda las creadas por el ayatol¨¢ Jomeini, el cual acu?¨® el t¨¦rmino ¡°islamofobia¡± para blindar los desmanes de su r¨¦gimen integrista.
No s¨®lo por el linchamiento y la exclusi¨®n pol¨ªtica a la que se ha sometido a Marina Pibernat, sino por todo lo que viene pasando en los ¨²ltimos a?os, creemos que de nuevo hay que insistir en que esta situaci¨®n no debe seguir. Todos los catalanes, los partidarios del soberanismo y quienes no lo somos, debemos ayudar a sacar a la luz las actitudes de intolerancia, vengan de donde vengan. Tenemos que encontrar una manera de convivir sin agredirnos.
Con Marina Pibernat se ha cruzado una l¨ªnea roja ins¨®lita que ha conducido a que sean los sectores m¨¢s belicosos de la sociedad los que determinen qui¨¦n va en las listas electorales. Quienes han inspirado esta carrera tienen la responsabilidad de frenar un curso de los acontecimientos que, adem¨¢s de ser peligroso, es innecesario.
Estamos por la tolerancia y el respeto, y por que todo el mundo pueda ejercer sus derechos democr¨¢ticos b¨¢sicos. Esa es nuestra manera de decir basta y de reclamar la necesidad de trabajar en com¨²n para construir una convivencia democr¨¢tica, y desde ella seguir luchado por nuestras propias, diversas y leg¨ªtimas aspiraciones pol¨ªticas.
Javier P¨¦rez And¨²jar es escritor, Beatriz Silva, periodista, Xavier Roig, consultor y Francesc Trillas, economista. Se adhieren, adem¨¢s, Carlos Jim¨¦nez Villarejo, Higinio Polo, Daniel G. And¨²jar, ?ngel Duarte, Juan Cerezo, F¨¦lix Ovejero, Miguel Riera, Soledad Bengoechea, Juan-Ram¨®n Capella, Salvador L¨®pez Arnal, Carlos Pastor, Beatriz Ballest¨ªn, Ferran Gallego y Siscu Baiges.
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