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Historia de un trasplante

C��diz Villalobos, un beb�� de meses, naci�� con atresia de v��as biliares extrahep��ticas. Se le trasplant�� un h��gado nuevo a finales de marzo. Su madre fue la donante. Seguimos su historia antes, durante y despu��s de la intervenci��n, que dur�� 14 horas.

Guillermo Abril

Guillermo Abril

20 may 2015 - 00:10CEST

Un instante de la intervenci��n quir��rgica de C��diz Villalobos. La peque?a ingresa en quir��fano hacia las 9.30 de un viernes. A las 12.15, el equipo del cirujano Manuel L��pez Santamar��a comienza a operar para extraer su h��gado. — Un instante de la intervenci��n quir��rgica de C��diz Villalobos. La peque?a ingresa en quir��fano hacia las 9.30 de un viernes. A las 12.15, el equipo del cirujano Manuel L��pez Santamar��a comienza a operar para extraer su h��gado.James Rajotte

A las 14.17 llega el l��bulo izquierdo del h��gado de la madre, la donante, que ha sido intervenida en el hospital Ram��n y Cajal. En el interior del quir��fano 6 del Hospital Infantil de La Paz, hay momentos en los que se cuentan hasta 11 personas, entre m��dicos y sanitarios. En el centro, con lentes de aumento, el cirujano L��pez Santamar��a, jefe de la unidad de trasplantes digestivos. — A las 14.17 llega el l��bulo izquierdo del h��gado de la madre, la donante, que ha sido intervenida en el hospital Ram��n y Cajal. En el interior del quir��fano 6 del Hospital Infantil de La Paz, hay momentos en los que se cuentan hasta 11 personas, entre m��dicos y sanitarios. En el centro, con lentes de aumento, el cirujano L��pez Santamar��a, jefe de la unidad de trasplantes digestivos.James Rajotte

Durante la intervenci��n, hay un momento tenso. En palabras de L��pez Santamar��a: ��Nos hemos llevado un susto. Hemos tenido que rehacer la arteria, y eso siempre es una complicaci��n��. — Durante la intervenci��n, hay un momento tenso. En palabras de L��pez Santamar��a: ��Nos hemos llevado un susto. Hemos tenido que rehacer la arteria, y eso siempre es una complicaci��n��.James Rajotte

Virginia Amesty, m��dico residente de quinto a?o de cirug��a pedi��trica, durante el trasplante de h��gado. — Virginia Amesty, m��dico residente de quinto a?o de cirug��a pedi��trica, durante el trasplante de h��gado.James Rajotte

Tras concluir el trasplante, los cirujanos miran el resultado a trav��s de una ecograf��a. Se produce un silencio sobrecogedor, a la espera de noticias del flujo intrahep��tico. De pronto, un r��o azul y rojo llena la pantalla. ��?Ah��, ah��, ah�� est��!��, exclaman. Es la se?al de vida. — Tras concluir el trasplante, los cirujanos miran el resultado a trav��s de una ecograf��a. Se produce un silencio sobrecogedor, a la espera de noticias del flujo intrahep��tico. De pronto, un r��o azul y rojo llena la pantalla. ��?Ah��, ah��, ah�� est��!��, exclaman. Es la se?al de vida.James Rajotte

En la sala de informaci��n a familiares, Manuel L��pez Santamar��a (sentado, a la izquierda) explica al padre de C��diz, Rafael Villalobos, c��mo ha ido le trasplante. Tras una breve descripci��n t��cnica, finalmente dice: "A veces hablamos mucho. El mensaje es muy bueno. Era una ni?a que se estaba muriendo. No creo que hubiese aguantado mucho m��s. Y el trasplante, desde luego, mejor no pod��a salir". — En la sala de informaci��n a familiares, Manuel L��pez Santamar��a (sentado, a la izquierda) explica al padre de C��diz, Rafael Villalobos, c��mo ha ido le trasplante. Tras una breve descripci��n t��cnica, finalmente dice: "A veces hablamos mucho. El mensaje es muy bueno. Era una ni?a que se estaba muriendo. No creo que hubiese aguantado mucho m��s. Y el trasplante, desde luego, mejor no pod��a salir".James Rajotte

Rafael Villalobos, mexicano de origen espa?ol, se abraza al cirujano Manuel L��pez Santamar��a tras escuchar las buenas noticias sobre su hija C��diz. El m��dico le pide que informe cuanto antes a su esposa, a��n convaleciente en el hospital Ram��n y Cajal. — Rafael Villalobos, mexicano de origen espa?ol, se abraza al cirujano Manuel L��pez Santamar��a tras escuchar las buenas noticias sobre su hija C��diz. El m��dico le pide que informe cuanto antes a su esposa, a��n convaleciente en el hospital Ram��n y Cajal.James Rajotte

Rafael Villalobos se abraza a un familiar y una amiga en la sala de espera de los quir��fanos tras conocer el resultado de la operaci��n. Poco despu��s comentar��: "Este hospital�� aqu�� pasan milagros. Aqu�� es donde suceden". — Rafael Villalobos se abraza a un familiar y una amiga en la sala de espera de los quir��fanos tras conocer el resultado de la operaci��n. Poco despu��s comentar��: "Este hospital�� aqu�� pasan milagros. Aqu�� es donde suceden".James Rajotte

El cirujano Manuel L��pez Santamar��a, en el vestuario de los quir��fanos tras el trasplante de h��gado. Son cerca de las 11 de la noche de un viernes, y le llegan noticias de un posible trasplante para la jornada siguiente. Dice: ��Siempre te llaman cuando est��s a punto de irte��. — El cirujano Manuel L��pez Santamar��a, en el vestuario de los quir��fanos tras el trasplante de h��gado. Son cerca de las 11 de la noche de un viernes, y le llegan noticias de un posible trasplante para la jornada siguiente. Dice: ��Siempre te llaman cuando est��s a punto de irte��.James Rajotte

C��diz, junto a sus padres Rafael Villalobos y Marisol Carrillo, tres semanas despu��s del trasplante de h��gado, en una de las habitaciones de la planta s��ptima de la torre de la maternidad, en La Paz. Los progenitores contaban orgullosos que la peque?a hab��a ganado un kilo desde entonces. — C��diz, junto a sus padres Rafael Villalobos y Marisol Carrillo, tres semanas despu��s del trasplante de h��gado, en una de las habitaciones de la planta s��ptima de la torre de la maternidad, en La Paz. Los progenitores contaban orgullosos que la peque?a hab��a ganado un kilo desde entonces.James Rajotte

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