La gloriosa m¨²sica nacional
La Espa?a de 2015 no es la de 1961, pero deber¨ªa ser mucho mejor que la que conocemos
El amor ciego a la patria es asignatura escolar en la mayor¨ªa de pa¨ªses del mundo y lo fue en la Pen¨ªnsula durante el franquismo cuando los ni?os de mi edad enton¨¢bamos brazo en alto los vivas al Caudillo y a la Espa?a imperial. Dicha experiencia infantil me marc¨® de forma indeleble y cuando tras un largo desaprendizaje me desprend¨ª de aquel pesado engrudo doctrinal, mi gran amor a la cultura, el disfrute solitario de la lectura, me ense?¨® poco a poco a reconsiderar lo propio y a asimilar lo ajeno hasta llegar a la conclusi¨®n de que era preferible errar por mi cuenta a tener raz¨®n por consigna. El di¨¢logo interior con las ideas, la adquisici¨®n de palabras para expresar pensamientos complejos se troc¨® en una adicci¨®n y dej¨¦ atr¨¢s para siempre el coro de voces que se limita a poner la letra a la gloriosa m¨²sica nacional.
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Dicho unanimismo, orquestado por los prebostes del r¨¦gimen lo viv¨ª en carne propia cuando una oleada de patriotismo herido se volc¨® sobre m¨ª a ra¨ªz del robo de un documental sobre la emigraci¨®n espa?ola a Europa y sus causas que evoqu¨¦ en estas mismas p¨¢ginas (Apuntes para una pel¨ªcula invisible, EL PAIS 14-03-2012), documental filmado clandestinamente por dos amigos m¨ªos en la entonces paup¨¦rrima provincia de Almer¨ªa y en el m¨ªsero barrio de chabolas de Somorrostro, en la playa de La Barceloneta. La indignaci¨®n de la prensa y los medios audiovisuales al servicio del r¨¦gimen se tradujo en una rica floresta de descalificaciones que reproduje en Se?as de identidad y de cuya sabrosa retorica el editorial del principal peri¨®dico barcelon¨¦s, dirigido entonces por Manuel Aznar y cuyo titula rezaba Fentrinelli o el festival de los agravios, es el mejor ejemplo: ¡°Usted, se?or escritor, tiene derecho a muchas cosas, y a nosotros no nos cuesta el menor trabajo reconoc¨¦rselo. Tiene derecho, por ejemplo, a pensar que Espa?a est¨¢ viviendo una existencia pol¨ªtica y social verdaderamente atroz. Lamentamos su error, pero ?qui¨¦n le pone puertas al campo? [¡]siga pues con sus ideas acerca de la pol¨ªtica y de las dem¨¢s realidades de Espa?a. Siga adelante (...) con sus enojos (...) con todas las calidades del pueblo espa?ol. ?Qui¨¦n se lo impide? Creemos que es usted catal¨¢n pese al apellido vasco. Pero, vasco o catal¨¢n, suponiendo que Catalu?a no le inspire emoci¨®n ni la tierra vasca le suscite deleite en el alma, denos a todos la espalda y mire hacia otros horizontes. Despu¨¦s de todo no ser¨¢ usted el primer espa?ol que ha desamado Espa?a. [¡]Mas he aqu¨ª que acabamos de ver la pel¨ªcula que el se?or italiano se?or Fentrinelli ha proyectado en Mil¨¢n, para dar a entender lo qu¨¦ es y significa la emigraci¨®n campesina de Espa?a. Usted estaba all¨ª en la fiesta de los agravios. ?Que abominaci¨®n de pel¨ªcula, se?or escritor! ?Y que repulsiva malicia, se?or novelista! [¡](...)¡±, etc¨¦tera.
Muchos reflejos condicionados del pasado permanecen en la actual democracia
El lector me excusar¨¢ la latitud de la cita pero la historia espa?ola reitera sus ciclos y pese a los trascendentales cambios pol¨ªticos introducidos por la Transici¨®n y el advenimiento de la democracia muchos reflejos condicionados del pasado permanecen. Decir ante unos Reyes modernos y atentos al esp¨ªritu del tiempo que muchas cosas de la Marca Espa?a como el alto nivel del paro, la corrupci¨®n generalizada y el exilio no ya de los obreros y trabajadores agr¨ªcolas sino el de incontables j¨®venes diplomados es pan de todos los d¨ªas, suscita a¨²n reacciones viscerales en quienes hacen gala de su oportunismo y patriotismo obcecado. La Espa?a de 2015 no es por fortuna la de 1961 ni nuestra historia es ¡°la m¨¢s triste de todas las historias porque termina mal¡±, como escribi¨® alguien tan l¨²cido como Jaime Gil de Biedma, pero podr¨ªa y deber¨ªa ser mucho mejor que la que actualmente conocemos: cierran las librer¨ªas, el n¨²mero de lectores activos decrece, las humanidades son arrinconadas en nuestras aulas, el sistema educativo se deteriora y decir bien alto que podemos y debemos cambiar esto y muchas otras cosas no es provocaci¨®n ni afrenta. Los ¨¦xitos de nuestros nadales no ocultan el grave fracaso educativo y el desastroso nivel cultural.
Para sacudirse de la inercia de lo real, ya fuere en 1961 ya sea en el presente, no hay que apretar filas y poner letra a la m¨²sica nacional sino salirse del reba?o y hablar sin rodeos. Los aprovechados tienen la larga costumbre de callar y medrar pero la democracia no se logra ni se mantiene sin el est¨ªmulo de las voces cr¨ªticas aunque los aznares de ayer y de hoy ignore que, como dijo Luis Cernuda, ¡°desv¨ªo siempre es mejor raz¨®n ante la grey¡±.
Juan Goytisolo es escritor.
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