Responsabilidad europea en Palestina

Si volvemos la mirada a la historia, algo necesario para entender el presente, vemos que el origen del conflicto entre palestinos e israel¨ªes tiene sus ra¨ªces en Europa. Puede parecer una afirmaci¨®n confusa, pero recordemos los hechos. El primer Congreso Sionista Mundial se celebr¨® en Basilea (Suiza) en agosto de 1897, organizado y presidido por Theodor Hertzl, fundador del sionismo moderno. En este congreso se fragu¨® la idea del establecimiento de un hogar nacional para los jud¨ªos en Palestina. Pocos a?os despu¨¦s, en 1917, Gran Breta?a se manifest¨® favorablemente sobre la creaci¨®n de un Estado jud¨ªo en Palestina, mediante la denominada declaraci¨®n Balfour, nombre de su entonces Secretario de Relaciones Exteriores, Arthur James Balfour. No menos importante fue la persecuci¨®n sufrida por los jud¨ªos en el viejo continente, iniciada a finales del siglo diecinueve en la Rusia zarista y continuada bajo la ocupaci¨®n nazi de Europa con su culminaci¨®n en el Holocausto. Miles de jud¨ªos europeos huyeron de Europa. Uno de sus destinos fue Palestina, presentada por el movimiento sionista y la Agencia Jud¨ªa de colonizaci¨®n como la tierra prometida y vac¨ªa, negando as¨ª la existencia del pueblo palestino asentado en su propia tierra.

El destino del pueblo palestino fue decidido muy lejos de su tierra. Es m¨¢s, la partici¨®n de su territorio, en 1947, buscaba subsanar un problema europeo, la cuesti¨®n jud¨ªa originada en Europa, creando otro problema en la periferia del sistema internacional de la ¨¦poca. En este contexto, en el que se origin¨® la cuesti¨®n palestina, cobra sentido recordar la responsabilidad pol¨ªtica e hist¨®rica de las principales potencias europeas. Pero visto desde el presente y con perspectivas de futuro, son muchas m¨¢s las razones e intereses que deber¨ªan animar a Europa a tener una mayor implicaci¨®n y protagonismo en la resoluci¨®n del conflicto.

De hecho, Europa goza de un notable peso econ¨®mico entre las dos partes del conflicto. Es el segundo mayor donante de la Autoridad Palestina y el principal socio comercial de Israel. Pero no ha sabido traducir su considerable estatura econ¨®mica en una medida pol¨ªtica semejante. Reconocer el Estado de Palestina puede ser un primer paso en esa direcci¨®n, siguiendo la trayectoria de Suecia en octubre del a?o pasado y la m¨¢s recientemente adoptada por el Vaticano. Sin olvidar su legitimidad y respaldo social, pues muchos parlamentos europeos instaron a sus respectivos gobiernos a adoptar esa decisi¨®n.

El reconocimiento del Estado de Palestina por los Estados europeos ser¨ªa un respaldo muy significativo a la soluci¨®n de los dos Estados, cuestionada por el propio primer ministro israel¨ª, Netanyahu, y su Gobierno. Al mismo tiempo remitir¨ªa un mensaje pol¨ªtico claro y contundente, tanto a palestinos como a israel¨ªes, con objeto de desbloquear la actual situaci¨®n.

En un momento crucial en la regi¨®n, donde la frustraci¨®n de las expectativas depositadas en los aires de cambio pol¨ªtico ha dejado paso al radicalismo y la violencia, Europa remitir¨ªa tambi¨¦n un mensaje de mayor coherencia con sus intereses y principios pol¨ªticos.

Marwan Burini es consejero de la misi¨®n diplom¨¢tica de Palestina en Espa?a