La culpa es de la masoner¨ªa
Miembros de las diversas logias tienen su peso en los ¨®rganos de poder portugueses
En el hospital m¨¢s importante de Portugal anida la corrupci¨®n sistem¨¢tica por culpa, entre otros, de la masoner¨ªa.
Para cualquier espa?ol de cierta edad, la masoner¨ªa ¡ªel contubernio judeo-mas¨®nico¡ª era un fantasma terrible que agitaba Franco cuando quer¨ªa meter miedo subido al balc¨®n del Palacio Real; pero en Portugal las logias mas¨®nicas gozan de buena salud con importante presencia de sus militantes en los hilos que manejan el poder: banca; partidos pol¨ªticos, de la derecha a la izquierda; profesiones (abogac¨ªa y medicina, principalmente); o cultura. As¨ª que no ha sorprendido mucho que se cite espec¨ªficamente a la masoner¨ªa en el informe sobre el primer hospital del pa¨ªs donde se entrecruzan intereses p¨²blicos y privados de ¡°grupos poderosos¡±; un hospital con ¡°fuertes conflictos de intereses y actos en zonas oscuras o silenciadas, que se configuran como corrupci¨®n¡±, seg¨²n las conclusiones del estudio, que aventura que la situaci¨®n se puede repetir en otros centros sanitarios.
Pese a su fama oscurantista, la masoner¨ªa portuguesa cultiva una imagen p¨²blica, a veces a su pesar, pues se exponen las rivalidades del Gran Oriente Lusitano (GOL) y la Gran Logia Legal de Portugal, a la que se a?ade desde hace 20 a?os la Gran Logia Femenina.
En Portugal, la masoner¨ªa, aunque sea a t¨ªtulo particular, suele estar donde pasa algo. En febrero, Mar¨ªa Helena Carvalho dos Santos, exl¨ªder del Gran Oriente Ib¨¦rico, solicit¨® formalmente la libertad del ex primer ministro Jos¨¦ S¨®crates, encarcelado desde noviembre. Por la c¨¢rcel de ?vora han pasado en se?al de solidaridad masones distinguidos y p¨²blicos, lo que, por otra parte, no ha evitado que S¨®crates lleve medio a?o a la sombra.
El Gran Maestre de GOL, Fernando Lima, gusta decir que la masoner¨ªa es un refugio espiritual, un espacio de debate y de perfeccionamiento ¨¦tico. Niega la influencia de la masoner¨ªa en la sociedad portuguesa, aunque no de la de sus buenos masones.
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