El ¡®playlist¡¯ de Jean Paul Gaultier

Jean Paul Gaultier ya no es un chico malo. Pero sigue llevando el pelo de punta como si estuviera reci¨¦n electrocutado. Ahora, 39 a?os despu¨¦s de haber lanzado su primera colecci¨®n, es un se?or que ha decidido disfrutar de su vida y de su trabajo. Prueba de ello ha sido renunciar a la producci¨®n de su colecci¨®n pr¨ºt-¨¤-porter para centrarse en alta costura. Tambi¨¦n lo es, haber reunido algunas de sus canciones favoritas ¨C17 en concreto¨C en un disco que lleva su nombre y que parece haberse elaborado solo para darse el gusto de meter la patita en el loco mercado discogr¨¢fico.

La compilaci¨®n de estos temas pone de manifiesto las inspiraciones sonoras que Gaultier ha tenido a lo largo de su vida. El ruido de la calle (que tanto le ha inspirado) y las m¨¢quinas de coser se han ido mezclando con la m¨²sica de las artistas que ha convertido en sus musas. Madonna, Catherine Deneuve, Kylie Minogue o m¨¢s recientemente, Conchita Wurst (qui¨¦n gan¨® Eurovisi¨®n 2014) han encendido y mantenido la mecha de la creatividad del creador franc¨¦s.

Esta no es la primera vez que Gaultier flirtea con la m¨²sica. Ya lo hizo a finales de los a?os 80 con el single How to do that (C¨®mo hacerlo), el tema que cierra la compilaci¨®n. Una canci¨®n que recuerda a aquel Pump up the volume, de M.A.R.R.S y cuyo videoclip era fiel reflejo del dise?ador franc¨¦s: maxi escenograf¨ªa, estilismos dominados por el m¨¢s es m¨¢s y un lenguaje corporal cercano a los movimientos de los modelos sobre la pasarela. Sus desfiles han tenido siempre algo de v¨ªdeo musical, no casualmente.

?l mismo ha declarado que es m¨¢s de canciones y de v¨ªdeos que de discos completos. A Madonna la descubri¨®, ha asegurado, en de Holiday. All¨ª ella vest¨ªa un cors¨¦ por fuera, pero no era uno de los suyos. Y eso, ha declarado, le doli¨®.

Nacido en una barriada francesa y criado por mujeres con caracter, Gaultier consigui¨® darle la vuelta a una prenda que en origen ten¨ªa mucho de aparato de tortura para convertirlo en una demostraci¨®n de la fuerza femenina. A mediados de los setenta viaj¨® a Londres. Visit¨® Sex, la sex shop desde la que Vivianne Westwood y Malcom McLaren crearon la est¨¦tica punk. Aquella reconversi¨®n de la parafernalia bondage le marc¨® casi tanto como el cors¨¦ que vest¨ªa el protagonista de la pel¨ªcula The Rocky Horror Picture Show.

Cuando en 1990 dise?¨® el vestuario de la gira La ambici¨®n rubia para Madonna, la pieza era el cors¨¦ con el pecho picudo. Esa lencer¨ªa tan agresiva, de seda y en color rosa palo, no solo mostraba el esp¨ªritu rebelde de Madonna sino lo superlativo de su personalidad. La opulencia sexual, el fetichismo y la voluntad de dominaci¨®n se daban cita en escasos metros de tela con una cremallera central (desde el estern¨®n hasta el pubis), estructuras c¨®nicas y perforaciones por las que se vert¨ªan y entrecruzaban cuerdecitas.

Todo esto se encuentra en un disco en el que exhibe su fascinaci¨®n por lo femenino, -aparte de Madonna, est¨¢n Juliette Greco, Kylie Minogue o Gossip-, y por lo ambiguo, incluye canciones de Culture Club, Amanda Lear, Grace Jones o Conchita Wurst-. Pero llama la atenci¨®n un ausencia, la malograda Amy Winehouse, una de sus ¨²ltimas musas, que inspir¨® su colecci¨®n primavera- verano de 2012.