En Cochabamba, un grupo de voluntarios lleva al colegio a los ni?os que viven en prisiones con sus madres
Cochabamba -
Mientras los ni?os van a la escuela, sus madres trabajan en el interior de las c¨¢rceles.Raquel Cort¨¦sDurante seis horas al d¨ªa, las madres dejar ir a sus hijos fuera de la c¨¢rcel para asistir a la escuela y a actividades de apoyo escolar.Raquel Cort¨¦sEn el CAICC, los ni?os juegan tras salir de la escuela y antes de volver a los centros penitenciarios.Raquel Cort¨¦sEmili es la hija del conductor del bus, un hombre que se sum¨® al CAICC tras salir de la c¨¢rcel.Raquel Cort¨¦sC¨¢rcel de San Pablo, una de las cinco prisiones en Cochabamba.Raquel Cort¨¦sLos lazos afectivos entre madre e hijos se mantienen pese a la situaci¨®n de privativa de libertad.Raquel Cort¨¦sUna madre en el interior de una celda en la c¨¢rcel de San Pablo. Aqu¨ª duerme con sus dos hijas.Raquel Cort¨¦sLas malas condiciones en el interior de la c¨¢rcel obliga a muchas mujeres a dormir en el piso.Raquel Cort¨¦sUna ni?a juega con las fotos de su madre en el patio de la c¨¢rcel San Pablo.Raquel Cort¨¦sSan Pablo es la c¨¢rcel de mujeres m¨¢s peque?a de Bolivia: no alcanza los 200 metros cuadrados.Raquel Cort¨¦sMuchas de las madres que no pueden estar con sus hijos sufren depresi¨®n, ansiedad y otros trastornos emocionales.Raquel Cort¨¦sEn el CAICC cuentan con un comedor para brindar alimentaci¨®n equilibrada a los ni?os.Raquel Cort¨¦sLos ni?os en el interior de la c¨¢rcel, a la espera de la llegada del bus.Raquel Cort¨¦sEl autob¨²s que lleva m¨¢s de una d¨¦cada recorriendo las c¨¢rceles en Cochabamba.Raquel Cort¨¦sLos beb¨¦s hasta tres a?os pueden asistir a la guarder¨ªa, y as¨ª pueden salir de las celdas unas horas al d¨ªa.Raquel Cort¨¦sM¨¢s de 800 ni?os han podido asistir a la escuela tras este trabajo colectivo.Raquel Cort¨¦s