Un profeta 'crudivegano' en tierra del 'fast food'
El ¡®ecochef¡¯ Bryan Au dedica su vida a convencer a millones de personas de los beneficios de la alimentaci¨®n crudivegana
Esta historia comienza con un ni?o deprimido. Un joven como muchos de EE UU: con sobrepeso, perezoso y aficionado a las hamburguesas. ¡°T¨ªmido, introvertido, raro, sin energ¨ªas¡±: as¨ª se sent¨ªa Bryan Au a sus 12 a?os. Una rutina tan atractiva como surfear y jugar al v¨®ley en la playa de Los ?ngeles le dejaba lejos de sentirse feliz. Hasta que a su hermana se le ocurri¨® una soluci¨®n: ?por qu¨¦ no hacerse vegetariano? Funcion¨® tan bien que la vida de Au cambi¨® para siempre. Los siguientes pasos los dio ¨¦l mismo: se hizo vegano y, finalmente, consumidor exclusivo de comida cruda y org¨¢nica. De ah¨ª que el epilogo de la historia no sea tan habitual como su inicio: hoy en d¨ªa Au lleva la etiqueta de ¡°celebridad ecochef¡± y ha consagrado su existencia a difundir por el mundo la religi¨®n Raw Food (alimentaci¨®n cruda o crudivegana).
Tras una juventud de sobrepeso, Bryan Au se hizo vegano y, finalmente, consumidor exclusivo de comida cruda y org¨¢nica. Hoy en d¨ªa Au lleva la etiqueta de ¡°celebridad ecochef¡±
¡°Tras hacerme vegetariano, creo que me convert¨ª en el verdadero yo¡±, relata ahora el cocinero. Su entusiasmo se refleja en los largos p¨¢rrafos que emplea para cada respuesta en el correo electr¨®nico que env¨ªa de vuelta. Pero, sobre todo, en su carta de amor a la alimentaci¨®n crudivegana: ¡°Es lo m¨¢s asombroso que existe, te vuelve la persona que siempre quisiste ser, puede salvar a la gente y a nuestro planeta¡±. De paso, Au subraya una y otra vez que Raw Food no significa solo sushi o palitos de verdura: hay desde ensaladas hasta tartas de chocolate.
As¨ª lo relata el cocinero en sus libros y su Eco Chef App para m¨®viles, donde recomienda unas 300 recetas con alimentos crudos. Au jura que no cuestan m¨¢s de 10 minutos de trabajo y ofrece varias alternativas de ingredientes, para que la b¨²squeda de una dieta sana no se vuelva pesadilla en el supermercado. Sus consejos ya han sido le¨ªdos y descargados por millones de usuarios; el cocinero tambi¨¦n es conocido por sus conferencias en medio mundo y hasta apariciones en series de televisi¨®n y videoclips. B¨¢sicamente, est¨¢ dispuesto a lo que sea con tal de que la comida crudivegana alcance la fama que seg¨²n ¨¦l merece. En el fondo, Au se lo debe todo a su pasi¨®n: ¡°Aparte de causar enfermedades, creo que la comida r¨¢pida y basura bloquea tus talentos. Al probar una alimentaci¨®n m¨¢s sana, descubr¨ª que era bueno en muchas cosas que nunca imagin¨¦, como las artes, la m¨²sica, actuar o ser modelo¡±.
[La alimentaci¨®n 'crudivegana'] es lo m¨¢s asombroso que existe, te vuelve la persona que siempre quisiste ser, puede salvar a la gente y a nuestro planeta
Entre tantas actividades, el ecochef no suma precisamente la m¨¢s obvia: dirigir un restaurante. Lo intent¨® hasta dos veces, pero tanto PaRawDise como Raw Star Caf¨¦ cerraron en menos de un a?o. ?l lo explica con ¡°razones distintas y una historia larga¡±, aunque quiz¨¢s la falta de inter¨¦s o conocimiento del gran p¨²blico tenga algo que ver. ¡°La comida basura y los fast food controlan los medios de comunicaci¨®n. Vivimos en un mundo cocinado de forma t¨®xica y la comida crudivegana es precisamente lo contrario, de ah¨ª que todav¨ªa no se haya convertido en una tendencia mayoritaria. Los grandes poderes no quieren que sea popular¡±, defiende Au.
Contra ello, el cocinero estuvo meditando el ¨²ltimo a?o. Durante 12 meses, se apart¨® de los focos en busca de nuevas ideas y fuerzas. Finalmente, decidi¨® doblar su apuesta. As¨ª que ahora ultima un documental sobre la comida crudivegana, a la vez que prepara centros de salud y un restaurante ¨Co quiz¨¢s incluso una cadena¨C mucho m¨¢s ambicioso que los anteriores. Au prefiere no ofrecer m¨¢s detalles, ya que los proyectos siguen en la categor¨ªa de ¡°secretos¡±, aunque no hacen sino confirmar una vez m¨¢s el sendero en el que lleva caminando toda una vida.
Aparte de causar enfermedades, creo que la comida r¨¢pida y basura bloquea tus talentos
En concreto, su flechazo con el Raw Food fue en la isla Para¨ªso, en las Bahamas. Au hab¨ªa acudido en calidad de cocinero voluntario a un centro de yoga, y coincidi¨® con un grupo volcado en la comida crudivegana. Al principio, reconoce que se tom¨® sus sermones como una broma. Sin embargo, bast¨® con que le hicieran probar un cracker de linaza para convertirle en el m¨¢s fiel de los fieles. A partir de ah¨ª se esmer¨® en aprender, estudiar y descubrir todo lo que pudiera sobre los encantos de la comida cruda. Solo as¨ª podr¨ªa a su vez hacer proselitismo.
Ahora, ultima un documental sobre la comida crudivegana, a la vez que prepara centros de salud y un restaurante mucho m¨¢s ambicioso que los anteriores
Ahora el chef sugiere a todo el mundo seguir su ejemplo. A lo largo de sus respuestas, repite una y otra vez que la comida crudivegana previene y derrota enfermedades, puede contribuir tanto a la preservaci¨®n del medioambiente como a la felicidad personal de cada cual. Sin embargo, el cocinero y su gran amor se enfrentan tambi¨¦n al escepticismo de muchos, as¨ª como a las cr¨ªticas de parte del sector alimenticio. Se ha dicho a menudo, por ejemplo, que una dieta exclusivamente crudivegana da?ar¨ªa a los dientes. ¡°Cualquier dieta puede ser extremadamente mala o buena para ti. Incluso en una crudivegana puedes comer demasiada fruta o az¨²car. A veces ocurre porque la gente piensa: ¡®Es cruda, debe ser buena para m¨ª¡±, aclara Au. La clave, seg¨²n el chef, se reparte entre sentido com¨²n, horas de b¨²squedas e investigaciones y cierta desconfianza hacia algunos profesionales del sector que a su manera de vez no lo son en absoluto. Aunque, claro, Au tambi¨¦n propone un camino m¨¢s r¨¢pido: hacerle caso a sus recetas.
As¨ª lo hizo una se?ora que una vez se le acerc¨® tras una conferencia. Aunque, por desgracia, empez¨® tarde: ¡°Le faltaba un brazo. Me explico que padec¨ªa diabetes de tipo II y por eso habr¨ªa sufrido la amputaci¨®n. Me dijo que si hubiese conocido mis libros antes, hubiese podido evitarlo¡±. En respuesta, el cocinero se ech¨® a llorar. Como cuando era ni?o. Hace tiempo, sin embargo, que la depresi¨®n ya no tiene nada que ver.
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