El lastre del sectarismo religioso liban¨¦s

¡°Si piensas haber entendido L¨ªbano, es que te lo han explicado mal¡±, concluy¨® un veterano diplom¨¢tico franc¨¦s que convirti¨® la c¨¦lebre frase en lema popular. Tras una veintena de rondas parlamentarias invalidadas por falta de qu¨®rum, L¨ªbano lleva oficialmente un a?o y dos semanas sin presidente. El cerrojo del confesionalismo pol¨ªtico mantiene bloqueadas las estructuras del pa¨ªs. Incongruencia libanesa, el vac¨ªo presidencial no parece perturbar al liban¨¦s de a pie. ¡°No hay Gobierno¡±, dec¨ªan cuando hab¨ªa presidente. Y, ¡°no hay Gobierno¡±, repiten despu¨¦s.

Con tan s¨®lo 4,5 millones de habitantes, en L¨ªbano cohabitan 18 confesiones. La sucesi¨®n de pactos nacionales que pretend¨ªan evitar la supremac¨ªa de una de ellas sobre el resto ha acabado por institucionalizar el sectarismo pol¨ªtico a la par que neutralizar sus instituciones. El presidente ha de ser cristiano, el primer ministro musulm¨¢n sun¨ª y el portavoz del Parlamento musulm¨¢n chi¨ª, y ello, por ley. Un reparto que se basa en el censo de 1932 y ¨²nico en vigor. El reci¨¦n nacido de 2015 figurar¨¢ en un censo de 83 a?os atr¨¢s.

Por si las puyas internas no bastaran, las alianzas con Damasco o Riad han partido el pa¨ªs en dos bloques pol¨ªticos enfrentando tanto a musulmanes chi¨ªes contra sun¨ªes, como a los cristianos entre s¨ª.

Los libaneses han optado por crear din¨¢micas paralelas para paliar las deficientes infraestructuras. Y por su puesto, de corte confesional. Las cinco primeras preguntas que intercambian dos desconocidos bastar¨¢n para averiguar la religi¨®n del otro y adjudicarle ipso facto un bagaje pol¨ªtico. De preferencia, los matrimonios se arreglan entre chi¨ªes, las casas se alquilan entre sun¨ªes, y los pacientes cristianos visitan a m¨¦dicos cristianos. Y viceversa. Hasta la prestigiosa Universidad Americana de Beirut se rige por los mismos c¨¢nones sociales, contratando a los profesores seg¨²n cuotas confesionales. Condena o salvaci¨®n, los libaneses aseguran que la solidaridad confesional es hoy el ¨²ltimo salvavidas que les queda frente a una catarsis pol¨ªtica, econ¨®mica y social.