Una cat¨¢fora en el momento m¨¢s duro del a?o

Esto es lo que hay: que son muchos los que no tienen ni idea de lo que es una cat¨¢fora, ni siquiera muchos de los que van por ah¨ª de sabiondos. Vaya por delante, por tanto, la definici¨®n de esa figura ret¨®rica: ¡°tipo de deixis que desempe?an algunas palabras, como los pronombres, para anticipar el significado de una parte del discurso que va a ser emitida a continuaci¨®n; p. ej., esto en lo que dijo es esto: que renunciaba¡± (RAE). Y luego est¨¢ el asunto que nos ocupa: que en los ex¨¢menes de acceso a la universidad se pidi¨® en Catalu?a, en la parte de Lengua Castellana, que se definiera en 30 palabras qu¨¦ es una cat¨¢fora, y que se pusiera un ejemplo.

Por lo que se ha contado, la dichosa pregunta produjo en muchachos y muchachas un estruendo de proporciones b¨ªblicas, que fue tomando forma a trav¨¦s de f¨®rmulas categ¨®ricas del tipo ¡°van por nosotros¡± o ¡°quer¨ªan pillarnos¡± o que, para los m¨¢s exagerados y dolientes, se manifest¨® recurriendo a largas consideraciones en las que se refirieron a un plan cuidadosamente orquestado para arruinar sus futuras carreras y condenarlos a atravesar un desierto lleno de tribulaciones, y todo por culpa de una palabra que no le importa a nadie, que no conocen nada m¨¢s que cuatro gatos, que en realidad no sirve para nada, que ni siquiera se lleg¨® a explicar bien en clase ¡ªo la olvid¨® el profesor por irrelevante¡ª y que nunca volver¨¢n a utilizar. Adem¨¢s: ?a qui¨¦n diablos le interesa la ret¨®rica? En Twitter, alguien resumi¨® el horror en una sola frase: ¡°Maldita cat¨¢fora, no existes ni para el corrector del m¨®vil¡±. Un fin¨ªsimo diagn¨®stico que resume la desolaci¨®n.

La selectividad es una pesadilla. Todos los ex¨¢menes en los que hay que estudiar demasiadas cosas lo son, y todav¨ªa m¨¢s si te juegas qu¨¦ carrera elegir y andas persiguiendo una calificaci¨®n que puede condicionar tu futuro. Los encargados de poner las preguntas deben saberlo y por eso sacan el colmillo para hacer sangre. Luego seguro que andan mirando por una rendija para observar la devastaci¨®n. Pod¨ªan, siempre que estuvieran en el programa, haber elegido otras figuras ret¨®ricas: anadiplosis, ep¨ªnome, quiasmo, enapalepsis, mempsis, sinatro¨ªsmo, zeugma o l¨ªtotes. Es verdad que tambi¨¦n se pod¨ªan haber inclinado por otras: iron¨ªa, sarcasmo, interrogaci¨®n. Pero eligieron cat¨¢fora. Si la palabra no la conocen ni siquiera los que van de sabiondos, ?no estaban, por tanto, en lo cierto esos chicos y chicas tan agobiados, tan estresados, tan al borde de un ataque de nervios? No se diga m¨¢s: quer¨ªan destruirlos, iban a por ellos.

Lo que resulta revelador es que, una vez realizado el primer balance general, y tras haberse contado todos los cad¨¢veres en el campo de batalla, los que se enfrentaron en Catalu?a a las pruebas de las primeras asignaturas comunes convinieron en que no hab¨ªan resultado demasiado complicadas. El de Lengua Catalana fue, al parecer, m¨¢s duro que el de Lengua Castellana. En Filosof¨ªa preguntaron por Plat¨®n y Nietzsche; en Historia, por la Guerra de Cuba. Y por alg¨²n lado se col¨® tambi¨¦n la cat¨¢fora. Pues por eso: porque estaba en el programa.