Fantasmas de la Transici¨®n, os invocamos
La banda madrile?a Miguel Angel Mainstream (MAM) abre un fil¨®n muy poco transitado dentro de la nueva canci¨®n protesta por su m¨²sica bailable fraguada en la periferia ¡ªel ¡°danceground¡±¡ª, su propuesta visual de pastiche y sus formas de hacer independientes de las l¨®gicas comerciales
1997. Las Ventas. Ana Obreg¨®n, Concha Velasco y Mat¨ªas Prats, tres s¨ªmbolos televisivos de la Cultura de la Transici¨®n, presentan el Concierto por la Paz, organizado por Manos Blancas en homenaje a Miguel ?ngel Blanco, asesinado semanas antes por ETA. Nacho Cano sale al escenario en cuero y gafas de sol, acompa?ado de sus vedettes. En el p¨²blico est¨¢n Federico Trillo, Jaime de Marichalar, ?lvarez Cascos, la familia de la v¨ªctima y 14,000 personas, j¨®venes en su mayor¨ªa. La estampa finisecular llega a su cl¨ªmax con Nacho en speedico in crescendo, que corre entre las butacas, al lado de la infanta Elena, gritando: "?M¨¢s alto, que nos oiga Miguel ?ngel!"
Yo no estuve en ese momentazo medi¨¢tico de vuestra infancia, pero he estado en un concierto de Miguel ?ngel Mainstream (MAM), herederos irredentos de esa ¨¦poca en la que la televisi¨®n era el ¨²nico espejo al que somet¨ªamos nuestra capacidad cr¨ªtica. Tiempos ya lejanos para estos cuatro para los que ya no hay nada parecido a lo sagrado. Menos el buenrollismo de las instituciones.
Suelen tocar en salas por las que se mueven las bandas forjadas en el activismo y la calle. Su sonido es una especie de pop oscuro y cabreado, con pistas electr¨®nicas, teclados, bajo, guitarra y voz, algo que tiene bastante en com¨²n con otras cosas, como el hip hop de francotirador que hace El ni?o de Elche y que acab¨® descolocando a la audiencia en el S¨®nar o bandas con las que comparte el nervio pol¨ªtico, como El Pardo, Medievo o Mihassan. Me refiero a esa conjunci¨®n de electr¨®nica y denuncia, todo percutado en combo con puesta audiovisual potente: memoria reciente, pastiche documental, cr¨ªtica social razonada y bien montada. Tags: spoken word- dance anti-ct -mainstream pol¨ªtico- terrorismo musical-Madrid.
?C¨®mo es MAM en escena? La cantante, que bascula entre el ensimismamiento y la arenga desaforada, se mueve lentamente al ritmo de pistas dance. El bajista hace los coros mientras suelta ritmos hipn¨®ticos, la guitarrista baila y acomete punteos minimalistas y el tecladista organiza todo desde el fondo. Cada concierto abre con la apropiaci¨®n del m¨ªtico v¨ªdeo del concierto por la paz: el coro ?Miguel Angel, Miguel Angel! viaja en el tiempo, borra su estela original y se convierte en autobombo, un eco del pasado travestido en grito de guerra del presente, que vocea el p¨²blico con nuevas connotaciones.
"La primera vez que vimos el v¨ªdeo, sentimos una combinaci¨®n de risa y estupor, por la mezcla desquiciada de s¨ªmbolos: ?ETA y Mecano juntos! Los sectores m¨¢s conservadores del pa¨ªs instrumentalizando y espectacularizando un hecho tr¨¢gico como un asesinato. Ver a los propios l¨ªderes pol¨ªticos horrorizados cuando Nacho Cano se est¨¢ volviendo loco fue comprender que esa era la cultura del consenso en Espa?a ¨Ccuenta Roc¨ªo L., cantante y letrista de MAM¨C. En el momento en que nace MAM, ven¨ªamos de la intensa experiencia en la acampada, de colectivizarnos, de dos a?os de movilizaciones, de vivir muy de cerca los conflictos sociales, el de la vivienda, el econ¨®mico y la decadencia del sistema de partidos, que nace precisamente con los pactos de la Moncloa. Tambi¨¦n Gallard¨®n intentaba volver a tiempos pasados con su proyecto de ley del aborto, recortes por doquier y una miserable reforma laboral en ciernes. Lo vimos clar¨ªsimo, eso que para nuestra generaci¨®n ya estaba muerto, Concha Velasco, la Obreg¨®n, Roc¨ªo Jurado, Mecano..., ese esp¨ªritu rancio, segu¨ªa vivo y coleando, tanto pol¨ªtica como culturalmente".
Por el circo audiovisual de freaks, "testimonio cultural de este pa¨ªs", dice su Vj Juma, discurre tambi¨¦n el Fabio Macnamara de hoy, pregonando contra el "aborto sat¨¢nico" y contra las Femen, v¨ªdeos de desahuciados, v¨ªdeos promocionales de la Polic¨ªa Nacional y las evocadoras escenas cotidianas de la CT, desde la Preysler con los bombones hasta Jes¨²s Gil o Norma Duval.
A la instrumentalizaci¨®n ¡ªleg¨ªtima herramienta de un sistema que instrumentaliza todo para hincharse la barriga¡ª MAM responde con una cucharada de su propia medicina, ni m¨¢s ni menos. "La idea es reinterpretar esos valores podridos, ponerlos en cuesti¨®n, mofarnos de los que se mofaron de todo, banalizar lo ya banalizado, dinamitar sus valores", recuerda Jota, bajista y compositor. As¨ª se apropian de sus iconos, poniendo en crisis su lenguaje. Y, lo mejor de todo, es que puedes bailar con ello. "Hacemos algo as¨ª como la m¨²sica dance del underground, el danceground" ¨Cdice Ro S., guitarrista y compositora¨C. Es como una revisi¨®n de la m¨²sica pol¨ªtica, que no pasa por el punk o el hip hop, o por las letras agresivas, sino por esta nueva manera de hacer pol¨ªtica a trav¨¦s de los cuerpos, que bailan y sudan en la pista de baile, desdibuj¨¢ndose las identidades de g¨¦nero. MAM tambi¨¦n es feminismo, as¨ª como la Transici¨®n es patriarcal. Para nosotras el g¨¦nero es vintage."
Para Ra¨²l Querido, l¨ªder de El Pardo, uno de los ide¨®logos de este nuevo hacer en la escena musical madrile?a y tambi¨¦n uno de los principales valedores de MAM, el espect¨¢culo musical, audiovisual y performativo de esta banda opera una transformaci¨®n en el p¨²blico: "A trav¨¦s de la mezcla de idiomas, de los textos, de los v¨ªdeos, de los ritmos y las l¨ªneas de bajo, de las guitarras y de la voz, alcanzan y remueven algo que normalmente est¨¢ al fondo de nuestra conciencia. No en plan m¨¢gico: es algo muy material. Algo que, en lo musical, tiene mucho m¨¢s que ver con los automatismos sociales que pon¨ªan a prueba los grupos de m¨²sica industrial que las evocaciones al inconsciente colectivo de otros proyectos m¨¢s folk, m¨¢s espectrales, m¨¢s "arty". Y eso que lo de MAM es arte, pero tambi¨¦n es carne y m¨²sculo sin g¨¦nero, con conciencia. Fascinan tanto los elementos sonoros a los que apelan como su mensaje".
La banda del colectivo
Salvador L., teclista y compositor, afirma que lo m¨¢s pol¨ªtico de MAM no est¨¢ en sus letras, que tambi¨¦n, sino en las condiciones en que hoy se produce m¨²sica en Espa?a. En su caso, en el absoluto extrarradio de las l¨®gicas del mainstream. Seg¨²n Jota, "hablar de MAM es hablar de gente que puede hacer m¨²sica, arte en general, gracias a la colectivizaci¨®n de una sala, de unos instrumentos, del copia y pega, de la cultura libre... todo lo que genera un acceso a los recursos y medios, que en la enorme mayor¨ªa de los casos son privativos de unos cuantos".
?Hay algo m¨¢s que bandas haciendo lo que pueden por su cuenta ante un panorama desolador, un hacer m¨²sica contra la adversidad o detr¨¢s de la independencia y la autogesti¨®n hay alg¨²n tipo de politizaci¨®n m¨¢s profunda? "Hay de todo. Necesidad expresiva, de comunicaci¨®n, de reuni¨®n, de diversi¨®n. Y en un momento peculiar: ni los privilegios de la clase media, ni la industria cultural, ni siquiera los derechos de libre expresi¨®n est¨¢n ah¨ª para nosotras ¨Cdenuncia Querido¨C. Lo que queramos lo tendremos que coger y hacer nuestro; y el individualismo no es la v¨ªa, la v¨ªa es el apoyo mutuo. Es esperanza frente a lo desolador. Por eso, quienes probablemente no hubiesen encajado en un panorama m¨¢s industrial y menos aut¨®nomo, ahora brillan por sus obras. Hay mucha pol¨ªtica ah¨ª". Desde su proyecto colectivo La Resistencia, Querido busca apostar por bandas y salas, adaptando el precio a las circunstancias, libre cuando es posible, fijo si hay que asegurar un gasto, pero siempre populares y atractivos. El cantante de El Pardo est¨¢ convencido de que no darle un patr¨®n de beneficio econ¨®mico a m¨²sica, cultura y activismo puede sumar a la revoluci¨®n siempre pendiente, "que es la de escaparnos del capitalismo en lo posible, a¨²n sabiendo que vamos a tener que observar sus reglas para buscar resquicios, darles la vuelta, contradecirlas".
Lo hace MAM, que surge de las entra?as de Vaciador, un colectivo autogestionado de Carabanchel. Pero podr¨ªa surgir de cualquier regi¨®n de la red de antisistema que crece superponi¨¦ndose al tejido social m¨¢s convencional de la ciudad. Este en particular tiene una sala de ensayo que pone a disposici¨®n de todos, a precio libre, y que hace las veces de territorio de experiencia. Son el brazo ac¨²stico del colectivismo, la banda sonora del 15 M, porque nacieron como correlato musical de ese inconformismo. Varios de los miembros de Vaciador, incluidos dos de los MAM, son adem¨¢s egresados de filosof¨ªa de la Aut¨®noma, otros tantos estuvieron en la primera noche de la acampada, pero todo eso que los podr¨ªa haber convertido en v¨ªctimas propiciatorias del neo partidismo emergente de la spanish revolution es, precisamente, lo que los aleja de ¨¦l. "?Podemos... irnos a la mierda!" grita Roc¨ªo L. en "Jos¨¦ Larralde" uno de sus temas emblema. Y puede que alguno de ellos haya votado por Carmena ¡ª"m¨¢s por una cuesti¨®n emocional que por cualquier otra cosa"¡ª pero tienen claro que lo suyo est¨¢ al margen, su lucha va por otros flancos.
* Esta noche, a partir de las 21:30, MAM se presenta junto a Piedad os lo ruego y Muerte total. La entrada, a 4 €, en la sala Juglar de Lavapi¨¦s.
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