Dinamarca. Ole Santos (de 41 a?os) y su esposo, Michael (de 43), se casaron en 2012, el mismo a?o en el que el matrimonio entre personas del mismo sexo se convirti¨® en legal en Dinamarca. La aprobaci¨®n de la ley, que permit¨ªa las ceremonias civiles y religiosas, celebradas por la Iglesia evang¨¦lica luterana danesa, se llev¨® a cabo el 15 de junio de 2012 y convirti¨® a Dinamarca en el und¨¦cimo pa¨ªs del mundo en legalizarlo. Pero Dinamarca hab¨ªa sido pionera en la materia al reconocer legalmente a las parejas del mismo sexo, a las que garantizaba derechos jur¨ªdicos, fiscales y obligaciones desde 1989, cuando aprob¨® una ley de uniones civiles. Entre otros, inclu¨ªa el derecho de adoptar en forma conjunta, en vigor desde 2010.
Desde 2006 se ven¨ªan sucediendo las peticiones por parte de diputados del Partido Social Liberal para aprobar una ley de matrimonio neutral al g¨¦nero, pero, como recuerdan Ole y Michael, no ser¨ªa hasta finales de 2011, con la entrada en escena del nuevo ministro de Igualdad y de Asuntos Eclesi¨¢sticos de Dinamarca, Manu Sareen, cuando se dio un impulso definitivo a su aprobaci¨®n, que cont¨® con 85 votos a favor y 24 en contra.
Despu¨¦s de tres a?os juntos, conocer a una sacerdote danesa lesbiana influy¨® en Ole y Michael en su elecci¨®n a la hora de celebrar una ceremonia religiosa oficiada por ella. Nunca han ocultado su homosexualidad a su familia, quienes apoyaron su decisi¨®n, felices y convencidos de que estaban haciendo lo correcto, y han sido los primeros de su c¨ªrculo de amigos en contraer matrimonio en una ceremonia religiosa, y no civil, entre dos personas del mismo sexo.
Est¨¢n felices de que, finalmente, en 2012 se haya reconocido por ley el matrimonio neutral de g¨¦nero, pero consideran que a¨²n queda camino por recorrer para reconocer completamente los derechos de las parejas del mismo sexo, especialmente en materia de adopci¨®n. Algo que no se plantean a nivel personal, pero que afecta a muchos de los matrimonios que quieren adoptar en Dinamarca. Un pa¨ªs en el que, nos cuentan, no se aprecian diferencias significativas entre la capital y el resto en materia de aceptaci¨®n de los matrimonios del mismo sexo por parte de la sociedad. Ole y Michael se establecieron en un entorno alejado del centro de Copenhague y su adaptaci¨®n y aceptaci¨®n ha sido total por parte de sus nuevos vecinos.
Texto: M. Carmen Voces