En el a?o 2002 estaba trabajando en Irak; como todos mis colegas y amigos iraqu¨ªes, pas¨¦ meses pegado a la televisi¨®n intentando discernir lo que iba a ocurrir. En cierto momento, se hizo evidente que tarde o temprano la guerra iba a estallar. Recuerdo que me sorprend¨ªa ver a la gente intentar continuar con su vida normal. Los iraqu¨ªes empezaron a acumular provisiones en sus casas: agua, harina, az¨²car, combustible... Sin embargo, todav¨ªa era posible verles trabajando, paseando por las calles, comiendo fuera. ?Qu¨¦ otra cosa puede hacer uno cuando no se tiene elecci¨®n? Son esas mismas constantes que se repiten en Sud¨¢n, Indonesia, Afganist¨¢n o Kenia y que he intentado documentar con mi c¨¢mara. Espero que esta selecci¨®n de im¨¢genes que comparto a diario en mi Twitter @diegofgphoto hagan honor a la dignidad y a la hospitalidad de sus gentes. Bagdad, 2002, Irak. Es dif¨ªcil describir mis vivencias en este pa¨ªs entre los a?os 2002 y 2004 como fascinantes sin temer faltar al respeto a un pueblo que lleva sufriendo lo indecible durante d¨¦cadas. Para alguien que ha crecido en un pa¨ªs democr¨¢tico y en paz, observar la capacidad de adaptaci¨®n y resistencia de los iraqu¨ªes a unas circunstancias y perspectivas tan dif¨ªciles no puede sino causar admiraci¨®n. Esta imagen la tom¨¦ en uno de los muchos caf¨¦s de Bagdad pocos meses antes de que estallara la guerra en 2003.