El ¨¢rbol, el gran descontaminador

Aunque cient¨ªficamente est¨¦ demostrado que los ¨¢rboles son los pulmones de la Tierra, en estos d¨ªas de calor asfixiante ¡ªmayo ha sido el mes m¨¢s caluroso y vamos camino de batir nuevos r¨¦cords¡ª se hace evidente la indiferencia y el desconocimiento de los ¡°responsables¡± del medio ambiente. Caminar por nuestros pueblos resecos es un suplicio que nos obliga a refugiarnos en el aire acondicionado. El planeta est¨¢ enfermando por culpa de la mala gesti¨®n de sus habitantes. En su carta magna sobre la ecolog¨ªa, Laudato Si¡¯, el papa Francisco advierte de que ¡°la Tierra nunca perdona¡±. Ha llegado el momento, pues, de afrontar un grave problema: el 95% de poblaci¨®n espa?ola respira aire contaminado y por culpa de sus efectos fallecen m¨¢s de 25.000 personas cada a?o. Existe una soluci¨®n econ¨®mica, natural, y efectiva: cada ¨¢rbol que plantemos dar¨¢ sombra, har¨¢ de pantalla contra el sonido y el polvo, acoger¨¢ aves e insectos, ordenar¨¢ los espacios... Pero su m¨¢xima funci¨®n biol¨®gica la realizar¨¢ a trav¨¦s de sus hojas, que producir¨¢n ox¨ªgeno y absorber¨¢n el di¨®xido de carbono que envenena nuestros pulmones. Confiemos en la sensatez de los pol¨ªticos para disfrutar de pueblos y ciudades inundados de ¨¢rboles.¡ª Lola Arpa Vilallonga.