19 fotosLas fuentes de la vidaEn Jinja, Uganda, est¨¢n las fuentes del Nilo. Los vecinos viven de espaldas a los reclamos publicitarios de descensos de r¨¢pidos y viajes en barca. Por S. RUIZSebasti¨¢n RuizUganda - 03 jul 2015 - 10:00CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEn la comunidad del distrito de Buikwe, el porcentaje de personas que habla ingl¨¦s, la lengua oficial de Uganda, es muy reducido. La media de edad ronda los 15 a?os y las tareas dom¨¦sticas est¨¢n repartidas por semanas alternas. Un ejemplo.Sebastian Ru¨ªzDespu¨¦s de lavar la ropa, Amaiduna (14) y Graciella (13) pasan el tiempo jugando a las cartas. Son vacaciones. Delante, el nacimiento del Nilo en todo su esplendor, haciendo gala de ser el r¨ªo m¨¢s largo del mundo con m¨¢s de 6.000 kil¨®metros de longitud.Sebastian Ru¨ªzUna de las paradojas de esta aldea del distrito de Buikwe es que s¨®lo hay un pozo que bombea adem¨¢s de agua, esperanza. Siempre est¨¢ concurrido y las que hacen colas son las garrafas numeradas.Sebastian Ru¨ªzEn la imagen se aprecia como el material estrella transportado por esta arteria principal es el agua. Les separan escasos 1.000 metros de la orilla del Nilo pero el paisaje resiste la tentaci¨®n del ba?o. Es ¨¢rido. Todos colaboran con el transporte de las garrafas de pl¨¢stico colmadas hasta arriba ya que hay que aprovechar el viaje.Sebastian Ru¨ªzEs el medio de transporte estrella en ?frica. Y para las distancias largas la bicicleta soluciona alguna que otra papeleta. Los caminos de tierra roja hablan de la fertilidad de la regi¨®n.Sebastian Ru¨ªzEntre yucas, plataneros y ma¨ªz, en el distrito de Buikwe se imponen las plantas de caf¨¦. Su producci¨®n y exportaci¨®n es gestionada por empresas inglesas que emplean de forma temporal a los locales. La bebida local a orillas del Nilo es el t¨¦ verde.Sebastian Ru¨ªzDaniella, de 53 a?os, y su nieta de cinco posan para la c¨¢mara. En un peque?o libro de hojas amarillas que muestra tras hacerse la foto, se puede leer en ingl¨¦s su profesi¨®n: enfermera. Pero ella no lo entiende. La salud, en esta latitud, tampoco entiende de idiomas. Su nieta est¨¢ a buen recaudo.Sebastian Ru¨ªzMadre e hija descansan tras utilizar el mortero de madera a?eja. Tambi¨¦n lo hacen con las palabras y los silencios.Sebastian Ru¨ªzUna de las actividades estrella de esta comunidad es jugar a las cartas. Por la tarde, despu¨¦s de trabajar en el huerto, el momento de distensi¨®n tiene lugar en un cobertizo de paja con bancos de madera. Varios hombres esperan su turno de pie mientras comentan la ¨²ltima jugada. De fondo, una emisora en ¨¢rabe hace de este rinc¨®n un peque?o casino improvisado.Sebastian Ru¨ªzWinston (46 a?os) separa los granos de ma¨ªz para el consumo familiar y para las gallinas. La econom¨ªa de esta comunidad es, pr¨¢cticamente, de subsistencia as¨ª que si sobra algo de la cosecha podr¨¢ desplazarse al mercado de Jinja, a unos 15 kil¨®metros, para vender su mercanc¨ªa.Sebastian Ru¨ªzAntes de posar para la foto, este cuarteto jugaba un partido de f¨²tbol 2x2. El ritmo era fren¨¦tico y m¨¢s que dos equipos parec¨ªa un todos contra todos. Quiz¨¢s fuera por el ritmo punzante del kuduro angolano que sal¨ªa del manos libres de un Smartphone cascarillado apoyado sobre la tierra.Sebastian Ru¨ªzOussama (19 a?os) es uno de los 3 j¨®venes que se encargan de abastecer de ladrillos de adobe a la comunidad para la construcci¨®n de viviendas. El sol no marca ning¨²n par¨¦ntesis y el castillo de barro que mima Oussama parece soportar alegremente los cerca de 36 grados de temperatura.Sebastian Ru¨ªzIsmael (15 a?os) es el cocinero oficial de este rinc¨®n de tierra ba?ado por el Nilo. Prepara chapati, un pan sin levadura a base de harina, agua y sal. La unidad ronda entre los 10 y los 50 c¨¦ntimos de euros. En la rec¨¢mara, el joven cocinero ense?a un preparado de yuca frita con aceite de palma.Sebastian Ru¨ªzEsta pareja no oculta que se acaba de casar. Silvyan (17a?os) es zapatero y Aminata (15) hace remiendos con dos agujas viejas de hilar fino. Un colch¨®n y dos mantas hacen de su humilde casa uno de los lugares m¨¢s acogedores de la aldea. ?El motivo? En su interior est¨¢n tostando caf¨¦.Sebastian Ru¨ªzLos ni?os est¨¢n por todas partes. Juegan, observan, tocan, cargan. Lo que fueran restos de una antigua mezquita de madera, hoy sirve de sitio de recreo.Sebastian Ru¨ªzTodos van a la misma clase. La falta de recursos econ¨®micos de las familias para costear un transporte al pueblo m¨¢s cercano y la necesidad de m¨¢s docentes reflejan una realidad complicada. Sin embargo, el aprendizaje que se llevan rodeados de sus familias y de la propia naturaleza es una de las riquezas rurales de esta regi¨®n de Uganda.Sebastian Ru¨ªzMoustafa (16 a?os) quiere ser ingeniero industrial y desarrollar todos sus proyectos en la aldea. Un franc¨¦s que vino a pasar una semana practicando deportes de aventura en los r¨¢pidos del Nilo le dio una buena propina por acompa?arlo todo un d¨ªa. Con ella, Moustafa, se compr¨® la radio que lleva colgada para ¡°saber qu¨¦ pasa en el mundo¡±, explica.Sebastian Ru¨ªzEs la abuela Josefinne. Bendice a todos los habitantes de la aldea dos veces al d¨ªa y no recuerda muy bien ni cuando comenz¨® con esta rutina ni en qu¨¦ a?o naci¨®. Camina siempre descalza con las manos en la espalda y a cada 15 metros se detiene para mirarse los pies. Una buena met¨¢fora: en las fuentes del Nilo todo es vida, hasta la tierra que se pisa.Sebastian Ru¨ªz