Suspenso
Alguien pon¨ªa la nota de los reclusos que estudiaban en los ochenta en el Pa¨ªs Vasco para ahorrarles trabajo a los profesores
Fui profesor universitario en el Pa¨ªs Vasco en los a?os ochenta. Cada curso se nos presentaba un alumno o alumna como el ¡°delegado de presos¡±. Su funci¨®n: informarnos de que ten¨ªamos matriculados a tres o cuatro reclusos (a pesar de que las clases eran presenciales y para lo dem¨¢s estaba la Universidad a Distancia) y que deb¨ªamos facilitarles las materias a explicar, autores, libros¡Les d¨¢bamos bibliograf¨ªa y alguna orientaci¨®n general y no volv¨ªamos a verles hasta fin de curso, para pedirnos ¡°el examen de los presos¡±. Les dec¨ªamos las preguntas. Las de todos, y volv¨ªan a desaparecer. Luego nos tra¨ªan el supuesto examen, hecho en condiciones acad¨¦micas ignotas y cuyo contenido a veces nada ten¨ªa que ver con lo preguntado. ?C¨®mo calificar aquello? A veces no hac¨ªa falta, porque encontr¨¢bamos que alguien hab¨ªa puesto la nota de esos alumnos en las actas ¡°para ahorrarnos trabajo¡±.
Uno protestaba d¨¦bilmente, casi en tono de chanza, y el delegado nos sonre¨ªa pero con mirada de piedra. Sab¨ªamos que del compa?erismo jatorra?a la amenaza s¨®lo hab¨ªa un mil¨ªmetro. Algunos profesores m¨¢s valientes que yo se negaron al enjuague. Como nadie garantizaba su seguridad, acabaron recibiendo su sueldo discretamente en casa, mientras les sustitu¨ªa en el aula alguien m¨¢s ¡°popular¡±. As¨ª hicieron su carrera, a veces m¨¢s de una, bastantes ceporros homicidas.
Covite ha denunciado ahora, documentadamente, a los etarras que han logrado beneficios penitenciarios con esos estudios. Lo cual ha sido rechazado en el Parlamento por nacionalistas y socialistas, como un intento de desprestigiar a la UPV. S¨®lo pregunto al rector cu¨¢ndo exactamente dejaron de hacerse esos fraudes a los que yo asist¨ª en mi tiempo. Y le aconsejo que guarde sus aspavientos de dignidad ofendida para cuando tenga peor ofensa o m¨¢s dignidad.
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