6 fotos7 libros de la semana de BabeliaLo ¨²ltimo de Amos Oz y Eugene Rogan; la poes¨ªa de Rodr¨ªguez Marcos (hecha de palabras), y de Daniel Tammet (hecha de n¨²meros)... los libros de la semana en BabeliaBabelia10 jul 2015 - 00:50CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceNiebla al mediod¨ªa confirmar¨ªa a Tom¨¢s Gonz¨¢lez (Colombia, 1950), si a¨²n hiciera falta, como uno de los mejores escritores latinoamericanos de los ¨²ltimos a?os. Y digo ¡°si hiciera falta¡± porque desde Primero estaba el mar, su debut en 1983, hasta La luz dif¨ªcil, esa excepcional indagaci¨®n del luto, de 2012, su escritura mantiene un alt¨ªsimo nivel y la repetici¨®n de unos temas y modos singulares, eso que solemos llamar mundo propio. Niebla al mediod¨ªa no es una excepci¨®n: unos pocos personajes para los que s¨®lo cuenta su cotidianidad, microcosmos de una realidad m¨¢s amplia, parejas de ¡°desiguales¡± que encauzan mal un proyecto de vida al margen, incomunicaci¨®n, celos, envidias con las que nos ejercitamos d¨ªa a d¨ªa y, finalmente, una presencia de la naturaleza como continuo de los personajes (en este caso, la siempre h¨²meda selva cercana a Bogot¨¢) son algunas de sus constantes. Por CARLOS PARDOALFAGUARAMustaf¨¢ Kemal hizo cuanto estuvo en su mano para aplastar cuanto representaba el pasado otomano, que encarnaba el atraso hist¨®rico de Turqu¨ªa. Pero las brasas segu¨ªan encendidas, gracias a la religi¨®n, y hoy el presidente Erdogan derriba paso a paso el legado kemalista, reivindicando la grandeza del Imperio osmanl¨ª, hasta en los rid¨ªculos uniformes coloreados de los jen¨ªzaros con quienes conmemora la conquista de Constantinopla. Un mes antes, para tapar el exterminio armenio, una gran ceremonia recuerda la victoria defensiva de 1915 en Gallipoli. Su art¨ªfice, Atat¨¹rk, es en ella olvidado. Por ANTONIO ELORZACR?TICAHace 13 a?os, Javier Rodr¨ªguez Marcos cerraba Fr¨¢gil con la siguiente advertencia: ¡°Evitar, evitarse. / Porque cada palabra / corre el riesgo de ser / la palabra de m¨¢s¡±. Con aquel final dialoga ahora el principio de Vida secreta: ¡°Las palabras son / animales salvajes¡±. Si otros aspiran a domesticarlas, a disecarlas o a exponerlas en un zool¨®gico, el autor apuesta por dejarlas en libertad. En estas p¨¢ginas se oculta un agente doble, comprometido con la realidad y el lenguaje, con la eternidad y lo transitorio, con los oc¨¦anos y los charcos. Al poeta ¡ªese individuo que camina por el lado zurdo de la vida¡ª le corresponde rastrear los paralelismos inauditos que crecen a la intemperie: las taxonom¨ªas animales y las categor¨ªas gramaticales, las tareas agr¨ªcolas y el trazo del pincel, la rosa de pl¨¢stico y la rosa inmortal, la tabla peri¨®dica y la tabla de salvaci¨®n de una soledad compartida. Por LUIS BAGU? QU?LEZTUSQUETSMaximiliano Barrientos (Santa Cruz, Bolivia, 1979) se mete en su ¨²ltima novela en el interior de una familia cruce?a de clase acomodada y va narrando c¨®mo las cosas se descomponen y c¨®mo lo hacen de manera irreversible. Vitor Flanagan sali¨® escopetado a Estados Unidos cuando muri¨® su madre y, tras una larga temporada habitando en ese pa¨ªs a salto de mata, vuelve a casa. Ya no vive su padre, con el que rompi¨® de manera brusca por su alcoholismo, as¨ª que se instala con la que fue su ¨²ltima mujer, y le toca ir recomponiendo el tejido de sus antiguos afectos.PERIF?RICALa matem¨¢tica es una disciplina especial. Si aceptamos considerarla ¡°una ciencia¡± ¡ªexiste un largo y profundo debate de ¨ªndole filos¨®fica sobre si lo es o no¡ª, es una muy particular, en tanto que los ¡°objetos¡± que la constituyen no obedecen a m¨¢s reglas que las de la l¨®gica, pudiendo no existir nada m¨¢s que en nuestras mentes, lo que tambi¨¦n, hay que reconocerlo, es un tipo de existencia, algo as¨ª como el plat¨®nico ¡°Mundo 3¡± de Karl Popper. Adem¨¢s, o precisamente por ser ¡°especial¡±, la matem¨¢tica es ¡°misteriosa¡±, y en ning¨²n lugar aparece con mayor claridad esta cualidad que en c¨®mo algunas mentes se relacionan con ella. Por JOS? MANUEL S?NCHEZ RONBLACKIE BOOKS¡°Si vas a Par¨ªs, pap¨¢, cuidado con los apaches¡¡±, advert¨ªa en la voz de Celia G¨¢mez la letra de un charlest¨®n con ritmo de fox-trot de 1929. ?Qu¨¦ pintaban unos salvajes indios en la ciudad de las luces a principios del siglo XX? Apaches. Los salvajes de Par¨ªs resuelve el enigma y nos desvela una subcultura fascinante en su extrema violencia, en sus c¨®digos ¨¦ticos de lealtad interna, en su revuelta improductiva de lumpen proletario. En una belle ¨¦poque marcada por el contraste entre el esp¨ªritu bon vivant de la bohemia y la explotaci¨®n social de la clase trabajadora, bandas de j¨®venes vagos procedentes de los suburbios del noreste parisiense (Belleville, La Bastilla o Montmartre) sembraban el terror. Una plaga escondida en los callejones sobrevivientes a la higienizaci¨®n haussmaniana de la ciudad. Chusma, racaille, que copaba las portadas de los diarios, autores de su apelativo, seg¨²n algunas teor¨ªas. Amenaza social que surge como construcci¨®n social y mito de los temores reales y amplificados por la prensa, de la alta burgues¨ªa y los nuevos ricos. Por AMANDA ANDRADESLA FELGUERA