El caballero Cipolla y el desvar¨ªo griego
El refer¨¦ndum convocado por Tsipras ha sido una obra maestra de confusi¨®n y delirio hipn¨®tico. La magia y el hipnotismo colectivos pueden encaramar al poder a cualquier demagogo sin escr¨²pulos
En el verano de 1926, Thomas Mann y su familia pasaron unas vacaciones en Forte dei Marmi; era una ¨¦poca en la que el fascismo estaba en pleno apogeo y los discursos de Mussolini retumbaban por toda Italia. Con estos recuerdos y el inter¨¦s que en aquel decenio se despert¨® en Europa (y en Alemania en particular) por el hipnotismo, el espiritismo y las ciencias ocultas, el autor de La monta?a m¨¢gica escribi¨® Mario y el mago,un relato aparecido en 1930 en el que la cr¨ªtica ha visto siempre una par¨¢bola sobre el efecto encantatorio de l¨ªderes carism¨¢ticos como Hitler y Mussolini sobre las masas, que, seducidas por la palabra del jefe, abdicaban de su soberan¨ªa y poder de decisi¨®n y lo segu¨ªan, ciegas y d¨®ciles, en sus extrav¨ªos.
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El espl¨¦ndido y ce?ido relato admite muchas interpretaciones y es, adem¨¢s de una par¨¢bola pol¨ªtica, una historia que pone los pelos de punta. En un pueblecito de la costa, junto al mar Tirreno, Torre di Venere, el narrador describe un espect¨¢culo en el que un mago hipnotizador, el caballero Cipolla, hombre malvado, repelente y deforme pero dotado de una fuerza ps¨ªquica irresistible, enajena a todo su auditorio y lo obliga a humillarse y hundirse en el rid¨ªculo m¨¢s espantoso.
La verdad es que la lectura de Mario y el mago en clave pol¨ªtica es tan actual como cuando los dictadorzuelos carism¨¢ticos campeaban por el mundo entero; en nuestros d¨ªas, el caballero Cipolla se encarna no s¨®lo en caudillos fascistas y comunistas, sino, tambi¨¦n, en aparentemente benignos dirigentes democr¨¢ticos, que ganan limpias elecciones y son capaces, gracias a sus poderes comunicativos, de imbecilizar a sus propios pueblos, priv¨¢ndolos de razonamiento y sentido com¨²n; en otras palabras, llev¨¢ndolos a la ruina. ?No es el caso de un Per¨®n, un Evo Morales, un Rafael Correa, un Daniel Ortega? Ning¨²n ejemplo es m¨¢s doloroso que el de Argentina, el pa¨ªs m¨¢s culto de Am¨¦rica Latina: ?c¨®mo es posible que todav¨ªa la sociedad argentina siga cautiva de la hipnosis suicida con que la sedujo hace sesenta o setenta a?os un coronel inculto y fascist¨®n y que ha llevado al pa¨ªs que fue el m¨¢s avanzado del continente americano y uno de los m¨¢s pr¨®speros y modernos del mundo a la decadencia, la ruina econ¨®mica y la miseria moral que representa la presidenta Kirchner?
La culta Europa no se queda atr¨¢s: el esp¨ªritu del caballero Cipolla est¨¢ transustanciado ¨²ltimamente en el joven, apuesto y carism¨¢tico primer ministro griego, Alexis Tsipras. El l¨ªder de Syriza convenci¨® a sus compatriotas de que los terribles males que aquejan a su pa¨ªs son obra de la Uni¨®n Europea y el Fondo Monetario Internacional, empe?ados en humillar a Grecia luego de destruirla econ¨®micamente, abrum¨¢ndola de deudas y exigi¨¦ndole reformas monstruosas que salvar¨ªan a los bancos pero empobrecer¨ªan m¨¢s a¨²n a sus desamparados ciudadanos. Tambi¨¦n les hizo creer que, en vez de someterse a estos poderes malignos, si Syriza ganaba las elecciones iniciar¨ªa una pol¨ªtica econ¨®mica diametralmente opuesta a las de los Gobiernos anteriores, sirvientes de la plutocracia internacional: repondr¨ªa a los bur¨®cratas despedidos, inyectar¨ªa fondos para dinamizar la econom¨ªa y crear empleo y romper¨ªa todos los compromisos con los organismos financieros, dejando de pagar la deuda, a menos que los acreedores le concedieran una quita radical y admitieran que los pagos se hicieran s¨®lo en funci¨®n del crecimiento econ¨®mico. Los griegos le creyeron, llevaron a Syriza al poder y ahora han confirmado su fe en la palabra del joven carism¨¢tico d¨¢ndole un respaldo contundente en el reciente refer¨¦ndum.
La cultura que invent¨® la filosof¨ªa, la tragedia y la democracia es ahora una cat¨¢strofe
Esta ¨²ltima consulta griega ha sido una obra maestra de confusi¨®n y delirio hipn¨®tico. Los electores ten¨ªan que responder una pregunta incomprensible, sobre si aceptaban o rechazaban una propuesta que la Uni¨®n Europea hizo a Grecia el 25 de junio, ?pero que ya no exist¨ªa! Impert¨¦rrito, Tsipras explic¨® a los griegos que el no le dar¨ªa fuerzas para negociar con m¨¢s ¨¦xito en Bruselas, y los griegos ¡ªel 70% de los cuales no quiere que Grecia se retire del euro ni de Europa¡ª le creyeron tambi¨¦n y el 6l,8% de los electores votaron por el no. Este resultado es pura y simplemente manicomial. La ¨²nica manera de entenderlo es recurriendo a la sinraz¨®n y poderes ocultos del caballero Cipolla. Para toda persona en uso de sus facultades mentales, si algo se votaba en el refer¨¦ndum era saber si el pueblo griego quer¨ªa seguir en Europa, respetando los compromisos pol¨ªticos y econ¨®micos que ello implica, o romper con la Uni¨®n Europea neg¨¢ndose a aceptar dichos compromisos (que era lo que hab¨ªa venido haciendo el Gobierno de Alexis Tsipras en las negociaciones). Ahora bien, el 61,8% que vot¨® por el no cre¨ªa votar por una opci¨®n inexistente que s¨®lo aparec¨ªa en el discurso del primer ministro griego: no respetar las obligaciones a que los pa¨ªses de la Uni¨®n se comprometen al formar parte de ella y seguir en Europa, pero exigiendo que aquellos compromisos sean cambiados radicalmente pues as¨ª lo decidi¨® en ejercicio de su soberan¨ªa el pueblo griego.
?Hasta cu¨¢ndo puede durar este espect¨¢culo lastimoso en el que vemos empeorar d¨ªa a d¨ªa la situaci¨®n de Grecia? En los meses que lleva en el poder Syriza, la situaci¨®n se ha agravado y el pa¨ªs, ahora mis¨¦rrimo, est¨¢ al borde de un colapso econ¨®mico del que le llevar¨ªa d¨¦cadas recuperarse. Al corralito seguir¨¢ el corral¨®n, sus bancos quebrar¨¢n, no habr¨¢ empresas que quieran invertir en un pa¨ªs en el que la inestabilidad es generalizada y dif¨ªcilmente asumir¨¢ Rusia (o China) la vertiginosa deuda en la que la ineficacia y la corrupci¨®n de sus Gobiernos han ido sumiendo a Grecia.
?Hasta cu¨¢ndo puede durar este espect¨¢culo lastimoso en el que vemos empeorar d¨ªa a d¨ªa la situaci¨®n de Grecia?
La verdad es que Europa y los Gobiernos anteriores al de Syriza sab¨ªan muy bien que Grecia no estaba en condiciones de pagar su estratosf¨¦rica deuda. Dos quitas hab¨ªan ya indicado que este supuesto era aceptado por los acreedores y la Uni¨®n Europea hab¨ªa dado muy generosas muestras de comprensi¨®n, en funci¨®n de los esfuerzos de los Gobiernos griegos de hacer reformas e ir cumpliendo con los compromisos contra¨ªdos. Al igual que Irlanda, Espa?a y Portugal, Grecia comenzaba a salir (muy despacio, es cierto, pero crec¨ªa al 3%) del pozo, haciendo los sacrificios inevitables que debe hacer un pa¨ªs semiquebrado si quiere rehacer su econom¨ªa y emprender una genuina recuperaci¨®n. Todo eso se fue al tacho con el triunfo de Syriza y desde entonces Grecia (su econom¨ªa ahora decrece) ha retrocedido hasta el borde mismo del abismo. No ser¨¢ el mago hipnotizador Alexis Tsipras quien encuentre el remedio para esta cat¨¢strofe en la que la cultura que invent¨® la filosof¨ªa, la tragedia y la democracia ha ca¨ªdo por la irresponsabilidad y desvar¨ªo de su clase pol¨ªtica. Y no es refugi¨¢ndose en el nacionalismo reaccionario (?por qu¨¦ ser¨¢ que el Frente Nacional de Marine Le Pen, el facha y eur¨®fobo brit¨¢nico Nigel Farage del UKIP y los nazis de Amanecer Dorado celebran con tanto entusiasmo el no del refer¨¦ndum griego?) que Grecia superar¨¢ la crisis de la que es ella sola responsable.
La magia y el hipnotismo colectivos pueden encaramar al poder a cualquier demagogo sin escr¨²pulos, sin duda, tanto en una dictadura como en una democracia. Pero los problemas econ¨®micos no admiten recetas m¨¢gicas ni son sensibles a los hipnotizadores. La receta es una sola y es la que han seguido los pa¨ªses a los que la crisis puso al borde de la cat¨¢strofe como Portugal, Espa?a e Irlanda, que est¨¢n ahora superando aquella prueba y volviendo a crecer, a atraer inversiones, a recuperar la confianza y el cr¨¦dito internacionales. Y es la que, m¨¢s tarde o temprano, tendr¨¢ que resignarse a seguir el pueblo griego una vez que descubra que detr¨¢s de los magos y pitonisas a los que se ha rendido s¨®lo hab¨ªa hambre de poder, mentiras y vac¨ªo.
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? Mario Vargas Llosa, 2015.
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