Estudi¨® Lenguas y r¨¢pido encontr¨® trabajo en una compa?¨ªa en la que aprendi¨® t¨¦cnicas de marketing. A este, le sucedieron otros empleos, principalmente como consultora, hasta que en 2004, Noha Fathi lo dej¨® todo para perseguir un sue?o: "Ayudar a mujeres en las dos riberas del Mediterr¨¢neo a emprender sus propios negocios. Tengo pasi¨®n por encontrar emprendimiento". En busca de m¨¢s contactos y perfiles, Fathi particip¨® en el encuentro de la Uni¨®n para el Mediterr¨¢neo en Barcelona para fomentar la participaci¨®n femenina en la econom¨ªa de la regi¨®n, donde ha presentado su ¨²ltimo proyecto. Tras varios a?os trabajando como mentora y 'coach' desde Egipto, esta mujer se ha trasladado a Francia para participar en HOMERe, un programa de becas que conecta a universitarios con empresas. Fathi es la responsable de la orilla sur. "Despu¨¦s de 10 a?os como emprendedora, tengo mucha experiencia para ense?ar".Massimiliano MinocriEs presidente y director del Centro Marroqu¨ª para la Educaci¨®n Civil. Pero, sobre todo, Elarbi Imad es un hombre activista para "abrir puertas a las mujeres". "Ahora tenemos un proyecto regional contra la violencia escolar y para el empoderamiento de las ni?as", subraya r¨¢pido y elude hablar m¨¢s de s¨ª mismo. Este programa, explica en un receso de la conferencia organizada por la Uni¨®n para el Mediterr¨¢neo para fomentar la participaci¨®n femenina en la econom¨ªa de la regi¨®n, consta de tres partes. "Primero hacemos un diagn¨®stico, escuchamos a los ni?os, analizamos las leyes, los libros de texto en las escuelas... Despu¨¦s, dise?amos un curr¨ªculo escolar que incluye valores universales como la igualdad, democracia, anticorrupci¨®n.. Finalmente, implementamos el proyecto". Y ya est¨¢n en esta ¨²ltima fase en varios pa¨ªses a ambos lados del Mediterr¨¢neo. 1.000 ni?os y 300 profesores dar¨¢n cuenta de si funciona o no.Massimiliano MinocriDesde marzo de 2015, esta joven marroqu¨ª ha cumplido un sue?o: tiene su propio negocio, una escuela privada en una zona rural de su pa¨ªs. "Creo que todos los ni?os, vivan donde vivan, tienen derecho a la educaci¨®n", argumenta. Lo ha conseguido gracias al programa impulsado por la Uni¨®n para el Mediterr¨¢neo 'Mujeres j¨®venes como creadoras de empleo'. Tras seis meses de formaci¨®n en el Banco de desarrollo Europeo en Luxemburgo, Soukeina El Bouj, dej¨® de ser la ayudante del director de un colegio a ser ella misma la due?a de un centro de primaria y secundaria. "Aprend¨ª a poner en pr¨¢ctica los conceptos que hab¨ªa aprendido en la Universidad", afirma esta licenciada en finanzas y m¨¢ster en direcci¨®n de empresas. Ella es el ejemplo, dicen sus patrocinadores, de que con apoyo, las mujeres pueden vencer la barrera de la desigualdad y falta de oportunidades. "Ahora creo en m¨ª", zanja ella.Massimiliano MinocriEn vez de hablar de ella misma, Anne Park prefiere comenzar recordando a Selima, una de las j¨®venes a las que ha ayudado a lanzar su empresa. "Cre¨® un negocio de cosm¨¦ticos. Despu¨¦s de que hace dos a?os se uniera al programa de crecimiento empresarial, llegaron a exportar a Estados Unidos", rememora. Ella, que con 10 a?os de experiencia en el desarrollo de negocios es desde 2011 miembro de CEED, una organizaci¨®n que promociona a emprendedores para que fortalezcan sus negocios, cree empleo y lleven prosperidad a sus comunidades. Con su capacidad, en el haber de Park est¨¢ el haber creado un fondo de agronegocio en Tanzania. "Las mujeres en los negocios, las emprendedoras, lo tienen m¨¢s dif¨ªcil; pero con asesoramiento, pueden llegar donde quieran", termina.Massimiliano MinocriEste hombre, ponente en una conferencia sobre la promoci¨®n de la mujer mediterr¨¢nea en la econom¨ªa de la regi¨®n organizada por la Uni¨®n para el Mediterr¨¢neo, lo tiene claro. "Ellas son mejores". El delegado general de OCEMO, entidad civil francesa para la fomento de la educaci¨®n y la juventud como agentes de cambio y que funciona como incubadora de proyectos, hace el siguiente razonamiento: "En T¨²nez, tenemos un programa de emprendimiento. De los 21 estudiantes de la primera promoci¨®n, 19 son mujeres. ?Por qu¨¦? Porque las j¨®venes son m¨¢s competitivas, guerreras, les gusta trabajar, intuitivas...". "Son mejores", insiste. Por eso, su apuesta es darles oportunidades y formaci¨®n, para que puedan elegir y no se vean abocadas al matrimonio temprano y la sumisi¨®n. "Y cuando hay mujeres educadas, trabajadoras y viviendo en situaci¨®n de igualdad, el PIB de los pa¨ªses mejora. Luchar por la equidad es un cuesti¨®n de inteligencia", asegura. "Una sociedad equilibrada necesita a ambos. Cuando en una organizaci¨®n hay demasiados de los unos o de las otras, no funciona bien", concluye.Massimiliano MinocriNaci¨® en Alemania en 1983, pero creci¨® y estudi¨® en Barcelona. Cuando ten¨ªa 15 a?os y estaba en el instituto, recuerda, realiz¨® un viaje al S¨¢hara para vivir con una familia de refugiados. "Me marc¨®", reconoce. "Reforz¨® mi inter¨¦s por el derecho y la pol¨ªtica internacional". De aquello han pasado m¨¢s de tres lustros y Stella Mally trabaja hoy en la organizaci¨®n Afaemme. Y no por casualidad. Cuandr¨® entr¨® tuvo una oferta de un despacho de abogado. Y ella escogi¨® la ONG, una federaci¨®n de asociaciones de mujeres empresarias. "En los negocios, ellas tienen menos autoestima que los hombres. Dicen que no se sienten preparadas", apunta. Y en la poblaci¨®n femenina de los pa¨ªses del sur del Mediterr¨¢neo es peor porque "hay m¨¢s estereotipos de g¨¦nero y se nota mucho la discriminaci¨®n", se?ala. Mally, que siente que ha tenido todas las oportunidades para estudiar en la universidad y un m¨¢ster, est¨¢ convencida que los proyectos para apoyar a j¨®venes empresarias, ser¨¢n ¨²tiles para lograr una mayor igualdad. Entre sexos y regiones.Massimiliano MinocriA esta activista marroqu¨ª, defensora de los derechos de las mujeres desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, le sale la energ¨ªa en cada palabra que pronuncia. Su curr¨ªculo est¨¢ plagado de cargos, todos dedicados a una lucha: "Contra el patriarcado y la dominaci¨®n masculina por la religi¨®n, la tradici¨®n o la costumbre social". "Desde peque?a he rechazado la idea de que por ser mujer fuera menos que un hombre", apunta. Por eso, mientras estudiaba Econ¨®micas en la universidad milit¨® en organizaciones feministas. "Y mont¨¦ una, junto con otras colegas, porque quer¨ªa poner el tema en la agenda pol¨ªtica. Quer¨ªa cambiar las leyes, pues son discriminatorias", abunda. Y sigue: "He trabajado contra el matrimonio infantil, la violencia y la poligamia, por el divorcio". Ya aprobadas leyes sobre estas materias en Marruecos, la hoy presidenta de la Fundaci¨®n de Mujeres Euro-Mediterr¨¢neas, no se ha quedado sin metas. "Hay que conseguir que la legislaci¨®n se aplique, que haya mecanismos de implementaci¨®n". Y no se queda ah¨ª, pues su lista de batallas por librar es larga: "Que se despenalice el aborto y que un tercio de parlamentarios sean mujeres". Y lo que se propone, lo consigue.Massimiliano Minocri