El incierto Mundial de la nataci¨®n sincronizada

El 25 de septiembre de 2012, coincidiendo con la aparici¨®n de una carta firmada por exnadadoras que la difamaban denunciando presuntos malos tratos, el presidente de la federaci¨®n espa?ola de nataci¨®n, Fernando Carpena, respaldado por el Consejo Superior de Deportes (CSD), anunci¨® la destituci¨®n de Ana Tarr¨¦s como seleccionadora espa?ola de nataci¨®n sincronizada. El mandatario desvincul¨® su decisi¨®n de la carta pero su discurso p¨²blico extendi¨® una sombra de duda sobre la integridad de la t¨¦cnica m¨¢s exitosa de la historia de la nataci¨®n espa?ola. ¡°No vale todo para ganar el oro¡±, dijo Carpena antes de repetir que los cambios obedec¨ªan a su convicci¨®n de que se gestar¨ªa un futuro glorioso. ¡°Los cimientos que tenemos para crecer son extraordinarios¡±, ponder¨®. ¡°Queremos seguir creciendo. Queremos el oro¡±.

Carpena nombr¨® a Esther Jaum¨¢ como seleccionadora y cre¨® un cargo de supervisi¨®n para Ana Montero, su mano derecha, a la que design¨® como directora t¨¦cnica. Rosa Ortega, entonces subdirectora de alta competici¨®n del CSD, aval¨® los movimientos. No pronunci¨® ni una palabra en defensa de Tarr¨¦s.

El 2 de junio, casi tres a?os despu¨¦s de la transformaci¨®n administrativa de su deporte, Ona Carbonell estaba helada de fr¨ªo. Llevaba horas entren¨¢ndose en la piscina cubierta del CAR de San Cugat y parec¨ªa consumida por el esfuerzo. La piel tostada por el sol y sus miembros largos y finos le confer¨ªan un aspecto rec¨®ndito, como el de las campesinas que trabajan los sembrad¨ªos del norte de la India, a donde se escapa cada vez que puede de la rutina del alto rendimiento. Tiene solo 25 a?os pero ya es toda una veterana. Casi una leyenda viviente de la sincronizada espa?ola. La nadadora m¨¢s virtuosa del mundo a este lado del Dni¨¦per. Suspira y habla con un hilo de voz:

¡ªNadar las nueve pruebas del Mundial es duro mental y f¨ªsicamente.

Ona Carbonell decidi¨® no nadar en equipo y centrarse en el solo

Cuando Ona Carbonell, cansada, comunic¨® que no actuar¨ªa con el equipo en los Mundiales de Kaz¨¢n que empiezan el pr¨®ximo viernes, provoc¨® una conmoci¨®n.

La noticia de que la gran figura se reservar¨ªa para los d¨²os y los solos fue tan inesperada que cogi¨® por sorpresa a alg¨²n dirigente federativo. La seleccionadora, Esther Jaum¨¢, se opuso. Pero prevaleci¨® la opini¨®n de Ana Montero. Nunca la l¨ªder de una selecci¨®n espa?ola dispuso de un programa a su medida que excluyera la competici¨®n de equipos. Desde los Mundiales de 2003, cita fundacional que signific¨® el ingreso en la m¨¢xima categor¨ªa, Espa?a no afronta un concurso m¨¢s incierto.

La tormenta coincide con la crecida de Ucrania, Jap¨®n y Canad¨¢, tres selecciones que est¨¢n superando la puntuaci¨®n de Espa?a cada vez con m¨¢s frecuencia. Seg¨²n los ¨¢rbitros internacionales, y seg¨²n la propia Jaum¨¢, el choque en la piscina de Kaz¨¢n promete un hurac¨¢n. Junto con la concurrencia de Rusia y China, los gigantes de esta disciplina, los emergentes amenazan con bajar a las compa?eras de Ona de un podio que Espa?a no ha dejado desde los Mundiales de 2005.

¡°Hay grandes rivales y nosotros somos un equipo muy joven¡±, advierte Ona. ¡°Tenemos una media de edad de 21 a?os, muy baja para la sincronizada. Ser¨¢ dif¨ªcil estar en el podio¡±.

Jaum¨¢ y Montero, las t¨¦cnicas, discrepan sobre el papel de la gran estrella

El vac¨ªo que deja Ona es m¨¢s grande que nunca. El equipo atraviesa una regeneraci¨®n tan profunda que se ha quedado sin nadadoras expertas, capaces de convertirse en una referencia. Cinco de las ocho chicas que ganaron el bronce en los Juegos de Londres ya no est¨¢n. Andrea Fuentes, la capitana, colg¨® el ba?ador en 2013. La siguieron Thais Henr¨ªquez, el pilar de las coreograf¨ªas m¨¢s espectaculares, Laia Pons, Irene Montrucchio, y Margalida Cresp¨ª con solo 25 a?os.

Los pron¨®sticos para el Mundial son mayoritariamente pesimistas, sobre todo en lo que se refiere a las finales de categor¨ªa ol¨ªmpica: las dos pruebas de d¨²os y las dos de equipos. En el entorno administrativo reina el silencio. Nadie quiere hacerse responsable del posible declive de una de las maquinarias m¨¢s perfectas de producir medallas en las ¨²ltimas d¨¦cadas del deporte ol¨ªmpico espa?ol. Rosa Ortega, la que fuera subdirectora de alta competici¨®n del CSD en tiempos de la destituci¨®n de Tarr¨¦s, argumenta que ya no ocupa ese cargo. Ana Montero, la m¨¢xima estratega deportiva de la sincro, solo responde mensajes de texto. ¡°No quiero hablar del pasado¡±, dice, cuando le preguntan por qu¨¦ este equipo es menos competitivo que en 2012 y 2013; ¡°vivimos en un rabioso presente y un ilusionante futuro como hemos podido ver en los juegos Europeos de Bak¨²¡±.

El oro que anticip¨® Fernando Carpena parece, en cualquier caso, lejano. En cuanto a Ana Tarr¨¦s, la art¨ªfice de los equipos de sincronizada entre 2003 y 2012, se carga de razones en los tribunales. El 9 de mayo el Tribunal Supremo desestim¨® el recurso de casaci¨®n interpuesto por Carpena contra la sentencia que le condena a pagarle a Tarr¨¦s una indemnizaci¨®n de 383.300 euros por despido improcedente. Dinero que sufraga el CSD. Dinero p¨²blico perdido para la alta competici¨®n en est¨¦riles turbulencias burocr¨¢ticas.