Consecuencias del plebiscito

Si ninguna cat¨¢strofe natural (o pol¨ªtica) lo impide, todo parece indicar que el d¨ªa 27 de septiembre se van a celebrar en Catalu?a unas elecciones auton¨®micas de tinte plebiscitario, en las que el cuerpo electoral catal¨¢n deber¨¢ pronunciarse a favor o en contra ya no de un derecho gen¨¦rico a decidir sino de una concret¨ªsima propuesta de secesi¨®n respecto a Espa?a en el plazo m¨¢ximo de18 meses.

El texto pactado por Mas y Junqueras con las asociaciones soberanistas dice que el proceso de creaci¨®n de un Estado independiente se iniciar¨¢ si el 27-S los ciudadanos de Catalu?a eligen ¡°una mayor¨ªa de diputados¡± favorable a la independencia. Esta cl¨¢usula zanja textualmente (pero no pol¨ªticamente) un debate que se ha producido en el seno del movimiento soberanista: si para iniciar la ¡°desconexi¨®n¡± es suficiente una mayor¨ªa absoluta de esca?os o tambi¨¦n hace falta una mayor¨ªa absoluta de votos. El mismo Artur Mas ha sido un poco ambiguo respecto a este asunto. En una entrevista publicada el 23 de abril en El Punt Avui dijo que ¡°de entrada¡± la mayor¨ªa a la que cabe aspirar es la de esca?os, pero a?adi¨® que ¡°ir¨ªa bien¡± tener tambi¨¦n una mayor¨ªa de votos. En otra entrevista publicada en La Vanguardia el 31 de mayo Mas reconoci¨® que, tal como est¨¢ el panorama, el soberanismo debe ganar ¡°holgadamente¡±, sin que las preguntas posteriores del periodista sirviesen para desvelar el significado de ese adverbio (¡°el concepto es ganar¡±, se?al¨® el presidente). En la entrevista emitida por TV3 el 22 de junio, Mas sigui¨® en la misma l¨ªnea afirmando que para la culminaci¨®n del proceso se deb¨ªa ganar ¡°por un margen amplio¡±, sin aclarar el sentido de la expresi¨®n (cuya vaguedad tampoco preocup¨® a la ¨¢ulica periodista que lo entrevistaba).

Signifiquen lo que signifiquen las palabras presidenciales, despu¨¦s del pacto Mas-Junqueras la pregunta ya no es qu¨¦ suceder¨¢ si se gana en esca?os pero no en votos sino qu¨¦ suceder¨¢ si ni siquiera se gana en esca?os. En una entrevista publicada el pasado 4 de mayo en las p¨¢ginas de este peri¨®dico le hicieron esta misma pregunta a Carme Forcadell: ¡°?Y si no hay mayor¨ªa de esca?os?¡±. Repuesta de la entonces l¨ªder de la ANC y ahora n¨²mero dos de la lista de Mas-Junqueras: ¡°No lo contemplamos¡±. El n¨²mero uno, Ra¨¹l Romeva, en cambio s¨ª que lo contempla: en otra entrevista en TV3 del pasado 21 de julio, afirm¨® con gran naturalidad que ¡°si no tenemos mayor¨ªa, yo no estar¨¦ en el Parlamento¡±. La pregunta, entonces, es qu¨¦ har¨¢n la n¨²mero dos, la n¨²mero tres y sobre todo los n¨²meros cuatro (Artur Mas) y cinco (Oriol Junqueras) si se da el supuesto contemplado por el uno.

La noche del 27-S puede ser una noche de sonadas dimisiones en cadena, o puede ser lo contrario

En el campo soberanista la noche del 27-S puede ser una noche de sonadas dimisiones en cadena, de profunda frustraci¨®n y de s¨²bita precipitaci¨®n al vac¨ªo. Pero tambi¨¦n puede ser todo lo contrario, si la candidatura de Junts pel s¨ª alcanza o supera el list¨®n de los 68 esca?os y todav¨ªa m¨¢s si el conjunto del soberanismo logra lo que no fueron capaces de lograr los escoceses en 2014 ni los quebequeses en 1980 ni en 1995 pero s¨ª los montenegrinos en 2006 (m¨¢s del 50% de los votos). En este escenario, que demosc¨®picamente no es imposible, el foco girar¨¢ inmediatamente al Gobierno espa?ol, al PP y a los dem¨¢s partidos pol¨ªticos espa?oles. ?C¨®mo van a gestionar la constataci¨®n, con votos contantes y sonantes, de que la mayor¨ªa de catalanes ya no desean formar parte de Espa?a? Si el 4 de mayo le hubieran preguntado a Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa ¡°?Y si hay mayor¨ªa de esca?os?¡±, acaso habr¨ªa respondido lo mismo que Forcadell: ¡°No lo contemplamos¡±. Pero por el tono de ciertos l¨ªderes estos ¨²ltimos d¨ªas parece que s¨ª han empezado a contemplarlo. Y la verdad es que lo que o¨ªmos no resulta nada alentador. ?Suspender la autonom¨ªa? ?Y luego qu¨¦? ?Encarcelar a Mas? ?Y luego qu¨¦? ?Derogar el Estatut? ?Y luego qu¨¦? La independencia de Kosovo empez¨® cuando Milo?evic decidi¨® suspender la autonom¨ªa de esa antigua provincia serbia. Catalu?a no es Kosovo (ni ganas), pero en finura pol¨ªtica Rajoy se acerca cada vez m¨¢s al incomprendido estadista serbio. Solo cabe pedir al ap¨®stol Santiago que a Rajoy y compa?¨ªa no les d¨¦ por invocar el art¨ªculo 8 de la Constituci¨®n, porque entonces s¨ª que la liaremos parda.

Albert Branchadell es profesor de la Facultad de Traducci¨®n e Interpretaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.