La diplomacia del ¡®proc¨¦s¡¯
La UE rechaza las posiciones secesionistas que rompen sus valores y las reglas pol¨ªticas
La pol¨ªtica exterior de las democracias desarrolladas se basa en los valores (derechos humanos fundamentales y respeto del Estado de derecho) y en los intereses nacionales (pol¨ªticos, econ¨®micos o relativos a su seguridad), y se ejecutaa trav¨¦s de los canales diplom¨¢ticos.
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Ahora bien, el mundo de la diplomacia se rige por una serie de reglas que es necesario conocer, en particular cuando se va a pedir algo, ya sea una ayuda financiera o el reconocimiento internacional de un nuevo Estado. Hay que saber a qui¨¦n dirigirse, los valores del otro y sus intereses nacionales, as¨ª como el c¨®digo para interpretar los gestos y las actitudes p¨²blicas y privadas de los representantes de los otros Estados, bajo riesgo de hacer fracasar la gesti¨®n.
En la UE se analizan las situaciones que puedan suponer una amenaza o una oportunidad para la Uni¨®n y se adoptan posiciones al respecto. Y luego viene el reparto de papeles. En asuntos donde existe una clara coincidencia de pareceres y no hay una competencia directa en favor de la propia UE como tal, la pr¨¢ctica suele ser que aquellos pa¨ªses miembros a los que m¨¢s les afectar¨ªa el tema (Francia en el caso de una hipot¨¦tica secesi¨®n de Catalu?a) sean quienes expresen las posiciones de la UE y lleven la voz cantante.
Como m¨ªnimo se puede decir que la venta del proceso soberanista a la comunidad internacional no ha estado debidamente preparada: el env¨ªo de cartas a los l¨ªderes europeos sin recibir respuesta; visitas del propio Artur Mas a Bruselas y a otros lugares sin ser recibido en el nivel adecuado; la negativa del presidente del Parlamento Europeo (PE) a recibir a los representantes de la ANC, ?mnium Cultural y AMI para presentarle las firmas recogidas el 9-N denunciando la falta de voluntad democr¨¢tica del Estado espa?ol ante el derecho a decidir de los catalanes. Asimismo, la concesi¨®n del Premio Ciudadano Europeo 2014 a la entidad Sociedad Civil Catalana, en lugar de a la ANC (tambi¨¦n candidata) no es de extra?ar, en vista de sus propuestas de desobediencia de las leyes que democr¨¢ticamente nos hemos dado todos con el fin de conseguir la tan ansiada secesi¨®n: una forma de mostrar el rechazo a unos posicionamientos inaceptables desde los valores fundamentales que conforman la UE y que el Parlamento Europeo, como depositario de la voluntad popular de todos los ciudadanos europeos, tiene la obligaci¨®n de defender y ante la cual no puede exhibir neutralidad alguna.
Lo que s¨ª est¨¢ claro es que existe un problema al que hay que dar soluci¨®n en el interior del Estado espa?ol
Pero no es solo una cuesti¨®n de valores, donde el respeto del Estado de derecho en el marco de un sistema democr¨¢tico es innegociable, sino que afecta directamente a los intereses nacionales tanto de un n¨²mero importante de Estados miembros como de la propia UE: pol¨ªticos, de emulaci¨®n interna; econ¨®micos, por la reducci¨®n del comercio y la inversi¨®n y la subsecuente contracci¨®n econ¨®mica que provocar¨ªa tanto en Catalu?a como en Espa?a; de seguridad, ante la incertidumbre de todo tipo que podr¨ªa generar un proceso de separaci¨®n, y de gobernanza, por el riesgo de contagio que har¨ªa m¨¢s dif¨ªcil la gobernabilidad de la propia Uni¨®n.
En la inmensa mayor¨ªa de las democracias occidentales no es posible legalmente ni siquiera organizar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n o, cuando menos, su celebraci¨®n no tiene efecto alguno (EE?UU, Alemania, Francia), y a estos pa¨ªses no se les puede tachar de no democr¨¢ticos ante la comunidad internacional sin hacer el rid¨ªculo. Las excepciones son Canad¨¢ y Reino Unido, pero no porque sean m¨¢s democr¨¢ticos, sino porque la conformaci¨®n de su sistema legal espec¨ªfico, de su Estado de derecho, lo permite.
En Espa?a es tambi¨¦n posible, pero para ello hay que cambiar la Constituci¨®n (como ha se?alado el Tribunal Constitucional). Lo que s¨ª est¨¢ claro es que existe un problema pol¨ªtico al que hay que dar soluci¨®n en el interior del Estado espa?ol. Eso es lo que en resumidas cuentas significa la cantinela tantas veces repetida por los l¨ªderes europeos: ¡°Es un asunto interno espa?ol¡±. No es que se desentiendan o pretendan adoptar una posici¨®n neutral, sino que el mensaje que transmiten es que no interesa, ni desde los valores ni desde los intereses nacionales. Efectivamente, las canciller¨ªas europeas (y los mercados financieros) han dado por amortizado el llamado proceso soberanista y solo est¨¢n a la espera de una soluci¨®n pactada y razonable que lo d¨¦ por concluido, en particular tras los resultados del pasado 9-N, cuando vot¨® a favor de la independencia alrededor del 30% del censo.
V¨ªctor Andr¨¦s-Maldonado es licenciado y MBA por ESADE. Fue funcionario de las instituciones de la UE durante el periodo 1986-2012.
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