Las comisiones, claras

La banca espa?ola dispone de una de las redes de cajeros m¨¢s amplia y eficiente de Europa. Proporciona un excelente servicio a los clientes, que ha permitido simplificar las actividades de ventanilla, anta?o muy pesadas para los ciudadanos. En las ¨²ltimas semanas ha surgido la sombra de un conflicto en torno a las comisiones que pagan los clientes por operar en cajeros que no son los de su propio banco. Algunas entidades (Caixabank y BBVA) han decidido que deben cobrar dos comisiones a quienes extraen dinero de sus cajeros sin ser clientes suyos: la primera ser¨ªa la habitual (que descuenta la entidad titular de la tarjeta) y la segunda responder¨ªa al pago por el uso del cajero en s¨ª.

El problema radica en que no est¨¢ justificado cobrar dos veces por un servicio. La argumentaci¨®n del Banco de Espa?a es que cuando un cliente utiliza un cajero est¨¢ requiriendo un servicio; si es un cajero de su entidad, no paga comisi¨®n; si es de otra entidad, paga la comisi¨®n correspondiente a su propio banco; comisi¨®n que debe ser clara e indistinta. Pero los bancos que han impuesto la segunda comisi¨®n consideran que ¨¦sta se sustenta en el hecho de que hay m¨¢s de un servicio impl¨ªcito en usar una terminal. El argumento no se sostiene razonablemente. De ¨¦l podr¨ªa derivarse que cualquier servicio puede fragmentar hasta el infinito sus operaciones para cobrar por todas y cada una de ellas.

El negocio tradicional de la banca est¨¢ perdiendo m¨¢rgenes y rentabilidad. Las entidades buscan en el cobro de comisiones una compensaci¨®n a la ca¨ªda de m¨¢rgenes. Pero deben imperar dos criterios b¨¢sicos, porque as¨ª lo dice la ley: el cliente debe pagar una sola vez por un servicio en un cajero (igual que en cualquier operativa bancaria o de otros ¨¢mbitos); y debe saber cu¨¢nto paga, para que pueda elegir. El desorden, el no saber cu¨¢ntas veces y cu¨¢nto se paga, es un mal negocio y un mal servicio. El Banco de Espa?a tiene raz¨®n en este amago de colisi¨®n de principios.