Inhibici¨®n obligada

Una serie de razones formales, cuya legalidad no se cuestiona, podr¨ªa conducir a la extravagante situaci¨®n de que el enjuiciamiento de dos asuntos que afectan al PP corresponda a magistrados pr¨®ximos a este partido. Uno de ellos es el primero de los sumarios instruidos sobre el caso G¨¹rtel, en el que van a sentarse en el banquillo hasta 16 excargos populares ¡ªy adem¨¢s, el propio partido est¨¢ acusado como responsable civil subsidiario¡ª. En el del caso B¨¢rcenas tiene que decidirse sobre la contabilidad b atribuida al PP.

Concepci¨®n Espejel, que fue miembro del Consejo del Poder Judicial a propuesta de este partido, se dispone a presidir los tribunales de los casos G¨¹rtel y B¨¢rcenas, en los que a Enrique L¨®pez le ha ca¨ªdo en suerte ser ponente de las futuras sentencias. Este magistrado ha formado parte del Consejo del Poder Judicial y del Constitucional por impulso del PP, adem¨¢s de colaborar con la fundaci¨®n FAES.

El conflicto entre parcialidad e imparcialidad es delicado cuando incide sobre la conformaci¨®n de los tribunales. El problema de fondo consiste en las relaciones excesivamente estrechas entre jueces y pol¨ªticos, promovidas por varios partidos y no solo por el PP. Pero la presunta cercan¨ªa entre poderes constitucionales formalmente separados, como son el ejecutivo y el judicial, resulta ya demasiado hiriente para la independencia de la justicia como para que los dos magistrados en cuesti¨®n contin¨²en adelante en los asuntos referidos.

Mientras se revisa el problema de fondo, no deber¨ªa ser necesario esperar a las recusaciones por ¡°apariencia de parcialidad¡± que penden sobre estos magistrados. Espejel y L¨®pez tienen que reflexionar sobre el agujero de credibilidad que pueden a?adir a los que ya arrastran las instituciones. La soluci¨®n m¨¢s digna y decente consiste en que los dos se inhiban voluntariamente en ambas causas.