Bienvenido, Terminator
Las ciudades ricas de hoy, con todo su desarrollo tecnol¨®gico, a¨²n no son capaces de llevar agua potable a todos los rincones del planeta
Robocop ha llegado. La pesadilla de la ciencia-ficci¨®n se ha hecho realidad.
La semana pasada, m¨¢s de 1.000 especialistas en inteligencia artificial y rob¨®tica firmaron una carta abierta pidiendo la prohibici¨®n global de los robots asesinos. Entre los firmantes figuran el f¨ªsico Stephen Hawking, el fil¨®sofo Noam Chomsky y el cofundador de Apple, Steve Wozniak.
La carta advierte de que estamos a pocos a?os de desarrollar armas que maten solas, basadas en su programaci¨®n. Los riesgos de estas m¨¢quinas son enormes: los robots asesinos podr¨ªan caer en manos de terroristas, dictadores y partidarios de la limpieza ¨¦tnica. Adem¨¢s, multiplicar¨ªan las guerras, porque los Gobiernos son m¨¢s proclives al combate si no tienen que enviar soldados a morir. En suma, estamos ante la tercera revoluci¨®n en el arte de la guerra, despu¨¦s de la p¨®lvora y la energ¨ªa nuclear. Y si damos el paso final, ya no habr¨¢ marcha atr¨¢s.
El mismo d¨ªa de la publicaci¨®n de la carta, la Polic¨ªa y el Ej¨¦rcito del Per¨² liberaron a 39 esclavos en un campamento de Sendero Luminoso en la selva central. 26 eran ni?os. Los otros 13 eran mujeres, sistem¨¢ticamente violadas para procrear a esos ni?os y usarlos como combatientes. Un sistema de reclutamiento igual de fr¨ªo y cruel que la inteligencia artificial, aunque sin duda m¨¢s tradicional. Un sistema de pobres, o m¨¢s bien, de miserables.
Seg¨²n las autoridades peruanas, los rehenes ¡°dorm¨ªan sobre troncos tapados con hojas de palma, no hay paredes, no hay puertas, cocinaban con le?a¡±. Los que no hab¨ªan nacido ah¨ª llevaban 25 a?os en esas condiciones, completamente incomunicados, inconscientes de que hab¨ªa un mundo ah¨ª afuera, y una dignidad. A muchos de ellos, tras su liberaci¨®n, los polic¨ªas tuvieron que ense?arles a usar el v¨¢ter.
La pel¨ªcula C¨®digo 46, de Michael Winterbottom, predec¨ªa un futuro de ciudades ricas, con todos los servicios, rodeadas por un mundo pobre y ca¨®tico, cuyos habitantes no estaban autorizados a cruzar los muros. En el futuro, seg¨²n Winterbottom, convivir¨ªa el siglo XXX con la Edad Media separados por un visado. Y el futuro ya est¨¢ aqu¨ª.
Las ciudades ricas de hoy, con todo su desarrollo tecnol¨®gico, a¨²n no son capaces de llevar agua potable a todos los rincones del planeta. Pero ya pueden llevar la muerte a todos los rincones del planeta v¨ªa GPS.
Estimado Terminator: cuando vayas a una zona remota a aniquilar gente peligrosa ?podr¨ªas llevar un v¨¢ter, ya que est¨¢s?
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