Que Rep¨²blica Centroafricana y Siria no caigan en el olvido
La periodista de la ONG relata su experiencia en dos contextos de conflicto y su labor para que el drama all¨ª sea conocido
Cuando decid¨ª partir hacia L¨ªbano y, al cabo de unos meses, trasladarme a la Rep¨²blica Centroafricana (RCA) sab¨ªa que ser¨ªa una experiencia impactante, pero nunca imagin¨¦ que ser¨ªa tan intensa. En seis meses de misi¨®n conoc¨ª de primera mano dos de las crisis humanitarias m¨¢s graves de los ¨²ltimos a?os: la de Siria y la de RCA. Dos conflictos con realidades socio-pol¨ªticas muy diferentes entre s¨ª, pero con una caracter¨ªstica en com¨²n: la elevada cifra de refugiados y desplazados y el n¨²mero inaceptable de vidas truncadas.
En Siria, una generaci¨®n entera ha visto destrozada su vida y en RCA otra generaci¨®n ha quedado por completo traumatizada. Pero, mientras que en RCA se empiezan a vislumbrar peque?as se?ales de mejor¨ªa, en Siria todav¨ªa no se ve la luz al final del t¨²nel. Cuatro a?os de conflicto han desestabilizado por completo la vida de una gran parte de la poblaci¨®n siria que lo ha perdido todo, incluida la dignidad y el derecho a la vida. Son conflictos que han sido olvidados, como en el caso de RCA, o que corren el riesgo de serlo, como en el caso de Siria.
Poder contribuir a que estas crisis no cayeran en el olvido ha sido, quiz¨¢s, uno de los motivos que me hicieron partir, junto con una buena dosis de coraje, voluntad e inconsciencia. Ten¨ªa la esperanza de que mi esfuerzo no ser¨ªa s¨®lo una gota de agua en medio del oc¨¦ano.
Ten¨ªa la esperanza de que mi esfuerzo no ser¨ªa s¨®lo una gota de agua en medio del oc¨¦ano
Como media officer (responsable de prensa), tanto en el L¨ªbano como en RCA, parte de mi trabajo ha consistido en organizar la agenda de los periodistas que visitaban el pa¨ªs, lo que, entre otras cosas, incluye explicarles el contexto humanitario a trav¨¦s de las personas que viven en campos de refugiados y desplazados. Esto significa que, antes de la llegada de los periodistas, es preciso que t¨² misma comprendas lo que pasa en el pa¨ªs para poder mostrarlo a los periodistas. Hay que efectuar un intenso trabajo de an¨¢lisis para obtener la informaci¨®n que pueda interesar e impactar m¨¢s a un p¨²blico internacional. Un media officer tiene que ser multitasking (multitarea): te ocupas de los contenidos, de la log¨ªstica, del presupuesto. Hay que ser problem solving (solucionador): responder a cada una de las necesidades de los periodistas. Es, por tanto, un trabajo de 24 horas los siete d¨ªas de la semana.
Algunas tareas son m¨¢s pesadas, como la log¨ªstica y financiera, pero otras me apasionan, como conocer de primera mano el trabajo que realizamos gracias al tiempo que paso on the field (en el terreno), casi un 80%. All¨ª tengo la posibilidad de conocer a las personas que se benefician de nuestra labor, hablar con ellos, comprender la realidad del pa¨ªs y, sobre todo, ver las cosas con mis propios ojos, no a trav¨¦s de un ordenador. Estoy en constante movimiento y trabajo mucho con el equipo nacional. Gracias a ellos he podido hacer una gran parte de mi trabajo y conocer mejor cada pa¨ªs. Estas experiencias te hacen crecer como persona. Al final de cada misi¨®n, te das cuenta de que has aprendido mucho, pero tambi¨¦n que con tres meses apenas tienes tiempo para comprender la realidad de un pa¨ªs y que siempre vas a tener una visi¨®n parcial.
Trabajar en pa¨ªses donde hay conflicto y crisis humanitarias es muy duro. Nunca descansas. Es raro tener fines de semana libres y todav¨ªa lo es m¨¢s desconectar. Por lo que respecta a la forma de vida en general, en L¨ªbano todo era bastante f¨¢cil. Ten¨ªa mi independencia y pod¨ªa llevar un estilo de vida semejante al europeo, aunque deb¨ªa prestar mucha atenci¨®n a la seguridad. No ocurri¨® lo mismo en la RCA. All¨ª nunca puedes llevar una vida normal. Vives un poco en una burbuja de la que no puedes salir. No puedes tener independencia ni privacidad y existen continuas limitaciones y restricciones por razones de seguridad. Es bastante peligroso y por eso hay que tomar muchas precauciones. Todo lo que haces est¨¢ constantemente controlado.
Trabajar en pa¨ªses donde hay conflicto y crisis humanitarias es muy duro. Nunca descansas.
En principio, cuando llegu¨¦ en RCA, me parec¨ªa haber regresado a mi adolescencia, cuando no pod¨ªa hacer casi nada sin el consentimiento de mis padres y me ve¨ªa obligada a informar d¨®nde estaba y lo que hac¨ªa cada hora del d¨ªa. Esto, l¨®gicamente, cansa. Cansa tambi¨¦n la constante tensi¨®n existente en pa¨ªses donde todav¨ªa hay conflictos armados; escuchar disparos en las calles; ver una ciudad totalmente militarizada y ser consciente de que algo puede pasar de un momento a otro. A todo eso dif¨ªcilmente puedes acostumbrarte y, si lo haces, significa que tienes que irte de vacaciones porque ha llegado el momento en que has perdido el sentido de la realidad. No podemos y no tenemos que acostumbrarnos a estas situaciones de tensi¨®n. Hay que tener miedo. Eso es lo que nos hace tener los ojos abiertos y nos ayuda a ser resolutivos en un momento de emergencia. Esto no significa que debamos tener miedo de todo y que no podamos salir de casa. Simplemente significa que hay que tener cuidado y utilizar el sentido com¨²n. Y esto vale un poco para todo.
Una vez terminado mi trabajo en L¨ªbano y en RCA me siento feliz por la experiencia vivida, pero tambi¨¦n triste por dejar a todas las personas que he conocido y con quien he trabajado. Tambi¨¦n soy consciente de que no se pueden comparar estas dos misiones, ni el trabajo ni el contexto. Lo ¨²nico que ambos lugares tienen en com¨²n es la sensaci¨®n constante de haber vivido en un mundo al rev¨¦s, que me dio la posibilidad de regresar con un bagaje de experiencias ¨²nicas e irrepetibles.
Giulia Rindi es media officer de Oxfam Interm¨®n.
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