El barro que fren¨® a Hitler
Uno de los graves problemas con los que las tropas nazis se encontraron en su incursi¨®n por Rusia en la Segunda Guerra Mundial, fue el inmenso y espeso lodazal en que se conviertieron los caminos y carreteras como consecuencia del deshielo de las nieves ca¨ªdas en invierno. Esto inmoviliz¨® y retras¨® mucho el avance de las fuerzas terrestres y los pesados tanques, limitando en exceso sus movimientos y afectando enormemente a su log¨ªstica y moral.
No fueron los alemanes los ¨²nicos que sufrieron este mar de barro que atrapaba y engull¨ªa todo lo que se mov¨ªa sobre ¨¦l, tambi¨¦n el Emperador Napole¨®n tuvo su particular via crucis en la invasi¨®n que hizo al Imperio Ruso en el a?o 1812, ya que tuvo que desplazarse por zonas alternativas boscosas menos propicias a la formaci¨®n de este fango. Este fen¨®meno climatol¨®gico local se llama ¡®Rasputitsa, o estaci¨®n del barro¡¯ y aparece todos los a?os aproximadamente entre finales de marzo y mediados de abril cuando, despu¨¦s de las intensas nevadas ca¨ªdas en lo que los rusos llaman el ¡®General Invierno¡¯ (otro gran aliado en las numerosas guerras que Rusia sufri¨® en su historia), llegan en primavera el deshielo y las fuertes lluvias a las grandes zonas de la estepa de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, convirtiendo todos los caminos y campos en interminables extensiones fangosas de mugre negro que resultan imposibles para el transporte y comunicaci¨®n por carretera.
Los r¨ªos tambi¨¦n se desbordan, pudiendo aumentar su caudal hasta 10 veces, inundando las zonas por donde pasan. Despu¨¦s del verano, con las nuevas lluvias de finales de septiembre y octubre, se produce tambi¨¦n la segunda rasputitsa del a?o, ¡®la de oto?o¡¯, pero esta no es tan intensa ni importante como la primera.
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