Con cerca de 700.000 enfermos de SIDA en el archipi¨¦lago, Indonesia es el ¨²nico pa¨ªs del sudeste asi¨¢tico en el que la epidemia del virus no ha disminuido en la ¨²ltima d¨¦cada
Trabajadores sociales de ORBIT organizan campa?as informativas acerca del virus y su tratamiento en Surabaya, segunda ciudad m¨¢s poblada de indonesia y donde hay alrededor de 20.000 enfermos de SIDA.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraVecinos del barrio de ¡®Dolly¡¯ frente a un antiguo prost¨ªbulo. El que fuese el burdel m¨¢s grande del sudeste asi¨¢tico acog¨ªa a m¨¢s de 3.000 prostitutas, muchas de ellas infectadas de VIH, hasta que el a?o pasado las autoridades lo cerraron.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraUn grupo de personas pasean frente a un sal¨®n de masaje en Surabaya. El cierre de ¡®Dolly¡¯ ha extendido el problema por toda la ciudad. Las organizaciones locales dicen que la medida del gobierno ha complicado m¨¢s su trabajo de asistencia a enfermos de SIDA.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraIncluso el cementerio cristiano de Surabaya se ha convertido en el asentamiento de los desplazados internos por el cierre del burdel. Familias, prostitutas y enfermos de SIDA malviven entre cipreses y tumbas.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraLos salones de masaje en los que se ejerce la prostituci¨®n abundan en Yakarta. Los expertos se quejan de que se distribuyan condones para reducir contagios mientras que su existencia misma se usa como evidencia para cerrar establecimientos como ¨¦ste.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraMaya es seropositiva y ejerce la prostituci¨®n junto a Elena en un sal¨®n de masaje del barrio de Bokgkaran, en Yakarta. Usaba condones seg¨²n las preferencias de los clientes, algunos de ellos l¨ªderes religiosos que condenan sus vidas desde el p¨²lpito de las mezquitas.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraAnindita Gabriella, del centro de investigaci¨®n de VIH-SIDA en Yakarta, explica que muchos reglamentos son contradictorios. La doble moral se puede encontrar cada noche en las calles de la capital, donde la prostituci¨®n incluso de menores se ejerce ante la mirada de la polic¨ªa.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraLos ¡®angelos¡¯ (proxenetas en moto) inundan el este de Yakarta, para llevar a menores hasta sus clientes. La organizaci¨®n ¡®Jakarta Plus Centre¡¯ atiende a 300 prostitutas seropositivas. Hay muchas m¨¢s, ya que los enfermos esconden su estado para evitar represalias.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraLas medidas tambi¨¦n afectan a los drogadictos. La Dra. Zunita, responsable en una cl¨ªnica del centro de la capital, explica que la Unidad de Narc¨®ticos se opone a la distribuci¨®n de agujas esterilizadas y culpa a grupos religiosos de boicotear la lucha contra el SIDA.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraSeg¨²n la organizaci¨®n Karisma, las redadas en el centro de Yakarta han reducido a menos de la mitad los 1.800 heroin¨®manos en busca de agujas esterilizadas en s¨®lo 4 meses. Los trabajadores sociales critican la medida porque s¨®lo es un parche al problema.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraTrabajadores de Karisma asisten a seropositivos en las ¨¢reas m¨¢s conflictivas de Yakarta. Los voluntarios acompa?an a los enfermos a los centros de salud, ya que muchos m¨¦dicos los rechazan por su condici¨®n de seropositivos.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraEl limitado acceso a jeringuillas esterilizadas aumenta el riesgo. Tauguh Hastanto, heroin¨®mano y seropositivo, culpa a la hipocres¨ªa de las autoridades. Cuenta que es sencillo conseguir droga en las c¨¢rceles mientras se les niega agujas nuevas a los presos enfermos.?ngel L. Mart¨ªnez CanteraArie Rahadi muestra la aplicaci¨®n m¨®vil creada por la 'Coalici¨®n Indonesia contra el SIDA' para facilitar el acceso a unidades de prevenci¨®n y tratamiento del virus. El servicio preserva la identidad de los usuarios. Cuenta con m¨¢s de 7.000 clientes.?ngel L. Mart¨ªnez Cantera