Vaquillas y cabriolas

Los encierros taurinos de San Sebasti¨¢n de los Reyes siempre han querido emular a los de San Ferm¨ªn. De ah¨ª que cuando cada verano llegan las fiestas del Cristo de los Remedios, la localidad madrile?a adopta el sobrenombre de la Pamplona chica. Pero este a?o hay un cambio sustancial. Los astados que corren por las calles de la localidad madrile?a camino de la plaza no lo hacen al punto de la ma?ana sino a las once, tres horas m¨¢s tarde de lo habitual. Las autoridades pretenden as¨ª despejar del camino alejando a esos noct¨¢mbulos beodos que pueden ser un peligro mayor que el de los propios toros, especialmente en el ¨²ltimo tramo, que transcurre, curiosamente, por la calle de Estafeta.

El Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n de los Reyes ha reforzado los 820 metros del trayecto mediante la construcci¨®n de una doble barrera. Ayer, el primero de los encierros de esta temporada congreg¨® a 1.200 corredores, dur¨® 1 minuto y 53 segundos y acab¨® con cuatro heridos. Sufrieron rozaduras y contusiones, pero sortearon los pitones. Tampoco tras la suelta de vaquillas en el coso ¡ªcomo la que se ve correteando en esta imagen¡ª hubo cogidas rese?ables, aunque s¨ª cabriolas y malabarismos de los mozos en los recortes.

Este verano, festejos taurinos que se celebran en los muchos pueblos han sido particularmente tr¨¢gicos. Once personas han muerto mientras participaban en encierros o capeas. Los bous al carrer se han cobrado la vida de seis personas en la Comunidad Valenciana, la m¨¢s afectada por este tipo de encierros populares. En la mayor¨ªa de los casos las v¨ªctimas han sido corneadas, embestidas y volteadas por los cerriles mientras trataban de refugiarse en las ratoneras.

Paralelamente, se han multiplicado las manifestaciones contra el maltrato animal. Centenares de personas han salido a calle pidiendo la erradicaci¨®n de los bous al carrer, que se han extendido por poblaciones sin ninguna tradici¨®n en este tipo de espect¨¢culos. Los antitaurinos reclaman que, al menos, los Ayuntamientos no contribuyan a financiar con ayudas p¨²blicas estas fiestas que, adem¨¢s de una crueldad hacia los animales, son un peligro para las personas.