Grotesco Trump
El Partido Republicano no debe contagiarse del discurso del millonario
El millonario estadounidense Donald Trump ya ha conseguido su objetivo de acaparar la atenci¨®n en el proceso de primarias del Partido Republicano que culminar¨¢ el pr¨®ximo julio con la designaci¨®n del candidato de esa formaci¨®n a la Casa Blanca en las presidenciales de 2016. La expulsi¨®n del reputado periodista Jorge Ramos en una rueda de prensa celebrada en Iowa es ¡ªhasta el momento¡ª el ¨²ltimo episodio en lo que comienza a ser una larga cadena de exabruptos, comentarios racistas y machistas e insultos a periodistas con los que el precandidato republicano est¨¢ impregnando el comienzo de un proceso que despierta tanto inter¨¦s como las elecciones en s¨ª mismas.
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No es esta la primera vez en que Trump se aprovecha de esta expectaci¨®n para hacer lo que mejor sabe: tratar de acaparar los focos y faltar el respeto a todos los que tiene a su alrededor. Ramos, presentador de la cadena estadounidense en lengua espa?ola Univisi¨®n, fue maltratado f¨ªsica y verbalmente por hacer una pregunta que est¨¢ en la mente de todos los que escuchan hablar a Trump: c¨®mo piensa expulsar a 11 millones de personas sin documentaci¨®n que residen en EE?UU, el centro de su pol¨ªtica en el caso de que se convierta en presidente. De hecho, es su ¨²nica propuesta concreta ¡ªjunto a la construcci¨®n de un muro en la frontera con M¨¦xico y la privaci¨®n del derecho de ciudadan¨ªa a los ni?os nacidos en EE?UU, pero hijos de inmigrantes¡ª que se conoce.
Con Trump y la prensa llueve sobre mojado. Hace d¨ªas Megyn Kelly, de la conservadora cadena Fox, ya hab¨ªa sido v¨ªctima de uno de los comentarios m¨¢s machistas y groseros que se recuerdan en la pol¨ªtica estadounidense. Y tambi¨¦n por plantear preguntas que no agradaron al precandidato. Lejos de retractarse, Trump ha seguido insultando a la presentadora en las redes sociales.
Lo verdaderamente preocupante es que el maleducado comportamiento del magnate no pasar¨ªa de ser una lamentable an¨¦cdota si no fuera porque el radicalismo de su disparatado discurso pol¨ªtico puede influir en los planteamientos de los dem¨¢s precandidatos republicanos. Aunque la carrera es todav¨ªa muy larga, Trump lidera de manera sostenida las preferencias de quienes se declaran votantes republicanos. En la era de la imagen y de la inmediatez, los dem¨¢s candidatos ¡ªaunque acumulen muchos m¨¢s m¨¦ritos que el acaudalado empresario¡ª pueden quedar opacados si se les compara con el impetuoso e irrespetuoso Trump.
La historia de las primarias estadounidenses, dem¨®cratas y republicanas, est¨¢ plagada de personajes estramb¨®ticos. Hasta ahora, el mismo proceso termina depur¨¢ndolos. El peligro no estriba en lo que haga Trump, por m¨¢s reprobable y lamentable que sea, sino en c¨®mo reaccionen el resto de aspirantes y el Partido Republicano en su conjunto ante tales planteamientos. Y aqu¨ª s¨ª que puede influir de manera notable el discurso de este hijo y nieto de inmigrantes que ahora niega a otros las oportunidades de las que disfrutaron sus antepasados y que permitieron que ¨¦l opte hoy en d¨ªa a la presidencia. En Iowa, Trump reprodujo con Ramos su manera de entender la pol¨ªtica: una que va contra todo lo que representa EE?UU.
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