Ni marxista, ni populista, ni peronista
El Papa es un cristiano en el sentido m¨¢s profundo y quiere llevar adelante la palabra de Cristo y la conducta de San Francisco de As¨ªs
Desde el comienzo de su pontificado y especialmente tras la publicaci¨®n de la enc¨ªclica Laudato si, algunos sectores pol¨ªticos y varios periodistas intentan encuadrar la figura de papa Francisco con ideolog¨ªas y corrientes partidarias. Sin embargo, la centralidad del tema de la justicia social en los discursos de Francisco no se puede extrapolar de los contenidos de la Doctrina Social de la Iglesia y de ah¨ª derivan las continuas referencias a la dignidad humana, la ayuda a los refugiados y el cuidado de la tierra, entendido como ecolog¨ªa humana total.
Estos temas no son nuevos, ya en 2009, el entonces cardenal Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y presidente del Episcopado, explicaba que el principio fundamental de la Doctrina Social de la Iglesia es la inviolable dignidad de la persona de la que todos participamos, ya que todos los hombres son hijos de Dios. De ¨¦ste deriva otro principio que orienta la actividad humana: el hombre es el sujeto, principio y fin de toda la actividad pol¨ªtica, econ¨®mica y social.
A este respecto, Bergoglio resaltaba que seg¨²n el Concilio Vaticano II ¡°las excesivas desigualdades econ¨®micas y sociales que se dan entre miembros de nuestra sociedad, en nuestro pueblo, son contrarias a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y a la paz social e internacional¡±.
La opci¨®n preferencial por los pobres, sobre la cual el Concilio Vaticano II hab¨ªa despertado nuevamente la conciencia, en Medell¨ªn, en el encuentro de los obispos latinoamericanos post Vaticano II, cobr¨® un vigor fundamental.
En aquella ocasi¨®n se habl¨® de la opci¨®n preferencial por los pobres para salir con ellos de la pobreza, luchando contra la injusticia. Ello, porque tal como explicaba monse?or Eduardo Pironio, secretario de la Conferencia, ¡°cuando el hombre toma conciencia de la profundidad de su miseria se va despertando en ¨¦l hambre y sed de justicia verdadera, que lo prepara a la bienaventuranza de los que han de ser saciados¡±. De esta iglesia se nutre el papa Bergoglio, quien en la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Brasil en 2013, declar¨® que su programa son las Bienaventuranzas y Mateo 25. De esta forma, a cada cr¨ªtica recibida podr¨ªamos responder con las bellas palabras que nos lega el Serm¨®n de la monta?a:
-Los candidatos del Partido Republicano estadounidense y la cadena Fox lo tildaron de ser marxista por las cr¨ªticas realizadas al sistema capitalista que hizo primero en la exhortaci¨®n Evangelii Gaudium y luego en la enc¨ªclica Laudato si, denunciando las disparidades sociales, la explotaci¨®n y exclusi¨®n de los m¨¢s pobres que dicho sistema comporta (Bienaventurados los pobres porque de ellos ser¨¢ el reino de los cielos).
-El polit¨®logo Giovanni Sartori lo culp¨® de ocuparse de temas que no competen a la Iglesia por haber instado a no rechazar a las personas migrantes y a los refugiados (Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzar¨¢n misericordia).
Bergoglio resaltaba que seg¨²n el Concilio Vaticano II las excesivas desigualdades son contrarias a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana
-El periodista Antonio Socci, sum¨¢ndose a las cr¨ªticas de Sartori, acus¨® a Francisco de callar sobre las masacres de cristianos. Pese a ello, consta que el 9 de agosto de 2014 el papa Francisco envi¨® una carta al secretario general de la ONU, pidiendo justamente seguridad y ayuda humanitaria para los cristianos perseguidos por las milicias del Estado Isl¨¢mico en Irak. Adem¨¢s, el Santo Padre ha recordado la tragedia de los cristianos perseguidos en todos los mensajes y durante todas las celebraciones m¨¢s importantes que han tenido lugar en el Vaticano. (Bienaventurados ser¨¦is cuando por causa m¨ªa, os insulten y digan toda clase de calumnias contra ustedes, al¨¦grense y regoc¨ªjense, porque su recompensa ser¨¢ grande en los cielos).
-Sandro Magister, de L¡¯Espresso, lo acusa de ser populista por su discurso a los Movimientos Populares en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, donde dijo que todos tienen derecho a tener ¡°Techo, Tierra y Trabajo¡± y que el futuro de la humanidad ¡°est¨¢ fundamentalmente en manos de los pueblos¡± (Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos ser¨¢n saciados).
-Y Finalmente, la prestigiosa revista The Economist lo llam¨® peronista por su decisi¨®n de visitar Cuba antes que Estados Unidos y su elecci¨®n de visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay, los tres pa¨ªses con gran poblaci¨®n amerindia, calificando todo estos gestos como la prueba de su sue?o de construir la Patria Grande. (Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos ser¨¢n llamados hijos de Dios)
In¨²til recordar que el concepto de ¡°pueblo¡± al que se refiere el papa Francisco y en particular el concepto de ¡°Pueblo de Dios¡± no deriva ni del populismo, ni de alguna corriente del peronismo. Al contrario, como explica el te¨®logo argentino Juan Carlos Scannone S.J, esa era una ¡°noci¨®n ya utilizada por el Concilio Vaticano II en la Constituci¨®n Dogm¨¢tica sobre la Iglesia Lumen gentium¡±.
Lo que muchos intelectuales parecen ignorar, es que los postulados doctrinarios del peronismo beben expl¨ªcitamente de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, por ejemplo, de enc¨ªclicas sociales como la Rerum Novarum, de Le¨®n XIII (1891), y la Quadragesimus Annus, de P¨ªo XI (1931).
El mensaje del Santo Padre trasciende cualquier movimiento pol¨ªtico. Se trata de volver a poner el hombre al centro de lo pol¨ªtico y eso no tanto como ¡°ciudadano¡± o como ¡°sujeto econ¨®mico¡± sino como ¡°persona dotada de una dignidad trascendente¡± como pidi¨® en su visita al Parlamento de Estrasburgo, el pasado 25 de noviembre.
¡°El papa Francisco lleva la caridad hasta la pol¨ªtica¡±, me dijo el Profesor Alfredo Luciani, fundador de la Asociaci¨®n Internacional Misioneros de la Caridad Pol¨ªtica. En este sentido, la caridad, no debe ser entendida como compasi¨®n o asistencia, sino como una forma de ¡°amor social¡±. Un sentimiento similar al que un¨ªa a los primeros cristianos de la Comunidad de Jerusal¨¦n donde los ap¨®stoles viv¨ªan en comuni¨®n fraterna compartiendo todo, en la misma unidad que constituye el cuerpo del Cristo.
Es dif¨ªcil entender el desaf¨ªo que nos lanza el Papa, en una sociedad global marcada por los avances tecnol¨®gicos y por las desigualdades. Para entender al papa Francisco, lo mejor es simplificar. ?l mismo dijo en Paraguay, durante su ¨²ltima visita pastoral: ¡°El Evangelio nos da las claves para afrontar los desaf¨ªos actuales¡±
El Papa no es marxista, ni populista, ni peronista, es un cristiano en el sentido m¨¢s profundo y quiere llevar adelante la palabra de Cristo y la conducta de San Francisco de As¨ªs.
Eduardo F. Vald¨¦s es embajador argentino ante la Santa Sede.
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