Riccardo Tisci celebra en Nueva York una d¨¦cada al frente de Givenchy
Custo Barcelona y Lacoste comparten jornada con un vibrante desfile de la firma francesa
¡°Sobrevivo con una identidad ajena a los vaivenes de las tendencias porque mi objetivo es pas¨¢rmelo bien con lo que hago¡±, afirma Custodio Dalmau, fundador de Custo Barcelona, segundos antes de que comience su desfile en uno de los embarcaderos del r¨ªo Hudson. Lo cierto es que el ADN de la marca, que lleva casi dos d¨¦cadas haciendo patria en Nueva York, es reconocible por cualquiera, pero eso no quiere decir que no se adecue a la moda, en la forma y en el fondo.
La colecci¨®n, que lleva por t¨ªtulo Slow, pretende ser ¡°un alegato en pro de la lentitud¡±. ¡°Le hemos dedicado mucho tiempo, haciendo que el proceso cobre un protagonismo tan importante como el producto final¡±. Una m¨¢xima que traducen adapt¨¢ndose a la tendencia del momento, la psicodelia setentera, con motivos gr¨¢ficos geom¨¦tricos, patchwork de tejidos y fluidez en las formas. Ellas recuerdan a Missoni o Puccio, pero destacan sobre todo ellos, con est¨¦tica deportiva y estampados tenues, que brillan por encima de las piezas destinadas a la mujer.
Si hablamos de adaptar legados, Lacoste es una referencia en el buen hacer de mezclar herencia y futuro. Una vez m¨¢s, viste a la delegaci¨®n francesa en los juegos de R¨ªo de Janeiro. Y este ha sido el leit motiv de su propuesta: banderas que se construyen como prendas deportivas, tejidos con apariencia de materias primas de lujo y patrones ochenteros que rastrean el pasado de la casa centenaria.
Mientras, Polo Ralph Lauren prefiere mostrarse actual con una idea sencilla pero muy efectiva. En lugar de un desfile, las modelos convivieron con el p¨²blico en la azotea de un edificio de Chelsea que hac¨ªa las veces de bar. M¨¢s all¨¢ de la especificidad de la colecci¨®n, este ¡°cat¨¢logo viviente¡± hizo subir como la espuma las menciones a la marca en Instagram. En cuanto a repercusi¨®n, gan¨® por goleada.
Con la excepci¨®n, claro, de Givenchy. La cita m¨¢s importante de esta semana. Ahora que la marca francesa acaba de abrir tienda en Madison Avenue, decidi¨® celebrar los 10 a?os de Riccardo Tisci al frente de la firma trasladando el show de Par¨ªs a Nueva York.
Como era de esperar, jug¨® su gran baza: Ah¨ª estaba su cohorte de celebridades, de Julia Roberts a Kim Kardashian. Su gran amiga, la artista Marina Abramovic, orquest¨® cuatro performances repartidas por un recinto que emulaba un astillero antiguo. Varios personajes elevaban una plegaria al amor, al perd¨®n y al crisol de religiones de forma impl¨ªcita. No olvidemos que el pasado viernes era 11 de septiembre, aniversario del fat¨ªdico atentado contra las Torres Gemelas.
En los asientos, un peque?o cuaderno recoge campa?as importantes, momentos clave de su trayectoria y hasta fuentes de inspiraci¨®n. Tras una espera de hora y media, amenizada por el arte en vivo de Abramovic y por el juego de cazar la llegada de los famosos, Tisci mostr¨® una largu¨ªsima colecci¨®n que hizo las veces de retrospectiva de esta d¨¦cada en Givenchy. Junto a sus propuestas para verano, vestidos lenceros moldeados con patrones geom¨¦tricos y deconstruidos (que seguro hicieron las delicias de Courtney Love, en primera fila), incluy¨® algunas de sus reconocidas piezas de alta costura e hizo hincapi¨¦ en algunos de sus ¨¦xitos de ventas, como el tribalismo o las alusiones religiosas desde la est¨¦tica g¨®tica.
Las modelos tuvieron que hacer un recorrido laber¨ªntico envueltas por el sonido de baladas ¨¢rabes, fados y el Ave Mar¨ªa. Junto a los profesionales del sector, unas 800 personas ajenas a la industria que consiguieron su entrada a trav¨¦s de la web de la marca asistieron at¨®nitas a la procesi¨®n de famosos y top models luciendo luto. Se buscaba el sobrecogimiento. Y, una vez m¨¢s, Tisci lo logr¨®. Si alguien sabe d¨®nde est¨¢ el negocio y c¨®mo venderlo, es el italiano.
'Rave de tecno y 'drag queens'
Pero lo mejor de Givenchy lleg¨® tras el desfile. La marca alquil¨® un enorme aparcamiento bajo el puente de Williamsburg (una zona industrial de Nueva York) y lo convirti¨®, primero en un bar americano y, despu¨¦s, en una rave que dur¨® toda la noche. Kim Kardashian, Courtney Love, Steven Tyler y su hija Liv beb¨ªan parapetados en una zona vip que atra¨ªa todas las miradas.
En total, unas mil personas que bailaron tecno, comieron hamburguesas, bailaron con drag queens y se metieron en coches antiguos preparados para la ocasi¨®n. Givenchy celebr¨® su aniversario y el desfile, pero tambi¨¦n el incipiente lanzamiento de una l¨ªnea de vaqueros. Ya no queda nadie en Nueva York que desconozca que Givenchy acaba de abrir tienda en Madison Avenue. Ese es el poder de las grandes marcas.
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