
Las mujeres ¨¢rabes pisan fuerte
Entrevistamos a 25 l¨ªderes en la defensa de los derechos de la mujer y la lucha por la igualdad. As¨ª sue?an y as¨ª viven su compromiso. Por ALEJANDRA AGUDO, IRENE ESCUDERO y LOLA HIERRO

Dalia Ziada (Egipto, 1982) creci¨® en una familia en la que la ablaci¨®n femenina era una pr¨¢ctica com¨²n. ¡°De ni?a pens¨¦ que estaba mal que alguien cortase tu cuerpo porque es lo correcto¡±, afirma. Se prepar¨® en el terreno de los derechos de la mujer y entr¨® en el activismo pol¨ªtico. ¡°Soy musulmana, pero odio a los islamistas y a los aut¨®cratas¡±. Particip¨® en las revoluciones contra Mubarak en 2011 y los Hermanos Musulmanes en 2013, ahora es directora del Liberal Democracy Institute de Egipto y lucha por:
1. Promover una democracia liberal. ¡°Es m¨¢s que votar; son pr¨¢cticas que deber¨ªan llevar a la gente a tener sus derechos b¨¢sicos y libertades¡±.
2. Llevar a cabo reformas legislativas en el Gobierno, en la Seguridad Nacional, en ministerios para conseguir ¡°un equilibrio entre seguridad y derechos humanos¡±.
3. Educar a la sociedad sobre c¨®mo pedir sus derechos mostr¨¢ndoles los canales legales.
4. Estimular la participaci¨®n de las mujeres en pol¨ªtica. "Entrenamos a egipcias para que sepan c¨®mo convertirse en l¨ªderes".
Texto: Irene Escudero

Su padre y su abuelo eran magistrados y ella tambi¨¦n quiso serlo. Amina Oufroukhi (Marruecos, 1965) estudi¨® y lleva trabajando como magistrada en la Administraci¨®n Central marroqu¨ª casi 20 a?os. Su trayectoria profesional, como la de la mayor¨ªa de mujeres de su pa¨ªs, no ha sido f¨¢cil: ¡°Nosotras tenemos que hacer siempre m¨¢s esfuerzos que los hombres para expresarnos, para conseguir su aprobaci¨®n y para ocupar los mismos puestos que los hombres.¡±
A pesar de todo, a sus 50 a?os se ha consolidado en su puesto de magistrada en el Ministerio de Justicia y Libertades de Marruecos: ¡°Me encargo de la protecci¨®n de mujeres y ni?os, para lo que hemos creado un Tribunal. Yo hago el seguimiento, desde la Administraci¨®n Central, de la consolidaci¨®n del trabajo judicial para la protecci¨®n de mujeres y ni?os. M¨¢s concretamente, ahora mismo estamos abordando varias reformas administrativas sobre todo del C¨®digo Penal. Hemos hecho muchos esfuerzos para mejorar la situaci¨®n legislativa de la mujer y la cuesti¨®n de la igualdad entre hombres y mujeres desde un punto de vista jur¨ªdico¡±.
Texto: Irene Escudero

Son casi 18 los a?os que lleva en Espa?a Hala Jadid Al Kash (Siria, 1970). Hoy vive en Granada donde trabaja, desde hace ocho a?os, como profesora universitaria de ¨¢rabe y cultura isl¨¢mica. En su Siria natal dej¨® una empresa de montaje y decoraci¨®n, a su familia y a sus amigos. ¡°Me gustar¨ªa bastante trabajar por los derechos de los sirios en general y el de las mujeres en particular¡±, dice. Por ello es, desde 2013, presidenta de la asociaci¨®n ¡®Suriyat sin Fronteras¡¯, una ONG con sede en Espa?a que se dedica a recoger alimentos, ropa, medicamentos y todo lo que pueden para ayudar a refugiados sirios en Jordania y L¨ªbano, a los que tambi¨¦n les proporcionan curas y rehabilitaci¨®n en centros de asistencia y residencias en sus pa¨ªses de acogida.
Hace el trabajo junto a otras mujeres en otros pa¨ªses; de ah¨ª viene lo de ¡®Suriyat¡¯, que significa sirias. A¨²n le queda esperanza de volver a su pa¨ªs, aunque ¡°de momento no¡±, reflexiona, ¡°esto no va a quedar as¨ª, esperemos¡±. ¡°Vamos a poder volver¡±, continua con voz confiada y una sonrisa de esperanza. La misma confianza que tiene al afirmar la situaci¨®n de las mujeres ¨¢rabes es complicada. ¡°Pero est¨¢ en proceso de llegar a la igualdad que nos merecemos¡±.
Texto: Irene Escudero

Ayda Ben Chaabane (T¨²nez, 1964) es profesora y presidenta de la ¡®Coalition pour les Femmes de la Tunisie¡¯, una red de asociaciones de ¨¢mbitos diversos que intenta crear ¡°un frente de mujeres progresistas¡±. Reivindican que las tunecinas ¡°son la columna vertebral del Estado moderno¡±, un estatus que se han ganado con esfuerzo y a?os de lucha ¡°por la igualdad total entre hombres y mujeres¡±, asevera.
Ten¨ªa 16 a?os cuando comenz¨® su compromiso: ¡°No comprend¨ªa por qu¨¦ nosotras no ¨¦ramos iguales a los hombres¡±. Empez¨® militando en un partido que dej¨® por su compromiso con la cultura y la educaci¨®n. Esta responsabilidad comprende tanto su pertenencia a todo tipo de asociaciones feministas como su participaci¨®n en un grupo de teatro y el rodaje de una pel¨ªcula, ¡®S¨¦paration¡¯.
Aunque pertenece a una familia conservadora, est¨¢ orgullosa de sentirse libre y de haber hecho siempre lo que ha querido, algo que a otras les ha sido imposible. Queda todav¨ªa por lograr que todas puedan acceder a puestos de direcci¨®n, por ejemplo, pero est¨¢ satisfecha con los derechos que han conquistado: ¡°Las mujeres tunecinas vencieron al Estado¡±. Su coalici¨®n nace con el objetivo de preservar esos derechos conseguidos desde la independencia e ¡°imponer la igualdad¡±.
Texto: Irene Escudero

En 1993, Randa Fakhreldin (Egipto, 1965) trabajaba como ginec¨®loga cuando atendi¨® una ni?a de nueve a?os que cambiar¨ªa su vida. ¡°La hab¨ªan mutilado y se desangraba. Pregunt¨¦ qu¨¦ le pasab, yo no sab¨ªa que exist¨ªa la ablaci¨®n¡±. As¨ª decidi¨® combatir la mutilaci¨®n genital femenina. ¡°Es un crimen contra los derechos humanos. Como mujer y como doctora tengo que luchar¡±, asevera. Su manera de luchar es con sensibilizaci¨®n. ¡°A las ni?as les explicamos que est¨¢ mal y organizamos sesiones con padres y profesores¡±. ?Hay relaci¨®n entre la MGF y la religi¨®n? ¡°No. Nada en el islam dice que cortes a tu hija. Al¨¢ dice que los hombres hagan felices a sus mujeres.
Fakhreldin celebra que, desde 2008, el porcentaje de ni?as egipcias sometidas a esta terrible intervenci¨®n ha descendido del 9,1% al 7,2% en 2014. ¡°Llevar¨¢ tiempo, pero acabaremos con ella¡±. Quiz¨¢ as¨ª nunca m¨¢s tenga que volver a atender un parto en el que deba cortar m¨¢s de lo normal a la madre porque le hab¨ªan cosido tanto que el beb¨¦ era incapaz de salir. ?El mayor desaf¨ªo de la mujer ¨¢rabe del siglo XXI? ¡°Tiene que quedar claro que no somos diferentes de los hombres. Podemos hacer lo mismo que ellos, incluso m¨¢s. Y nos tienen que respetar¡±, zanja.
Texto: Alejandra Agudo

¡°Las mujeres forman el grupo social m¨¢s oprimido del mundo. Se han liberado todo tipo de combates en la historia, pero no se ha realizado en serio el combate por nosotras¡±, opina Sana Ben Achour (T¨²nez, 1955). Profesora universitaria, jurista especializada en derecho p¨²blico y opositora al r¨¦gimen de Ben Ali, es activista del movimiento aut¨®nomo de mujeres tunecinas en el que ha dirigido algunas asociaciones emblem¨¢ticas, como la Association des Femmes Democrates.
¡°Formo parte de una de las primeras generaciones feministas de T¨²nez. Nos hemos beneficiado mucho del trabajo que ya se hab¨ªa realizado; de las mujeres que hab¨ªan luchado por la igualdad pol¨ªtica, el desarrollo, la justicia social... El contexto nacional e internacional actual es una amenaza para las mujeres. A nivel nacional, T¨²nez est¨¢ mal desde un punto de vista econ¨®mico, hay mucho inmovilismo y actos terroristas. Adem¨¢s, tenemos un nuevo gobierno que no es claro en ciertos temas. Pero sobre todo, tenemos una sociedad cada vez m¨¢s conservadora con un discurso religioso en auge. Luego est¨¢ el ambiente internacional de terrorismo, de migraci¨®n econ¨®mica, cierre de fronteras, de muros que se levantan entre el norte y el sur... Todo esto se debe al fascismo y el fascismo comienza por no reconocer los derechos de las mujeres".
Texto: Irene Escudero

¡°Hay muy pocas mujeres juezas¡±, afirma. Eman El Kamry (Egipto, 1977) es una de las 66 que hay en su pa¨ªs. Se gradu¨® en Derecho por la Universidad de El Cairo, trabaj¨® en gabinetes de abogados y en 2008 se incorpor¨® a los tribunales como jueza en delitos penales. Desde 2013, es miembro del departamento de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia. Su trayectoria, dice, es una prueba de que las mujeres "pueden hacer el mismo trabajo duro que un hombre¡±.
Sobre todo, para demostrar que era tan buena en su trabajo como cualquiera de sus colegas varones. A pesar de su ¨¦xito, El Kamry lamenta ser una ¡°excepci¨®n¡±. Involucrada en lograr la igualdad de g¨¦nero en los juzgados en particular, y en su pa¨ªs en general, considera que la principal asignatura pendiente es que la poblaci¨®n femenina conozca (y se crea) sus derechos y los reivindique. En toda la regi¨®n, no solo en Egipto, las mujeres junto con los ni?os son los grupos de poblaci¨®n m¨¢s afectados por la violencia, apunta desde su experiencia como magistrada. ¡°Ellas son las principales v¨ªctimas de trata de seres humanos, acoso sexual, trabajo en condiciones de esclavitud¡¡±, detalla. Por eso afirma con rotundidad que el mayor reto de la mujer ¨¢rabe es plantarse, interiorizar de verdad que vale tanto como un hombre y luchar por sus derechos.
Texto: Alejandra Agudo

El compromiso de Aminetou Mint el Moctar (Mauritania, 1956) con los derechos de las mujeres le puede reportar un premio Nobel de la Paz. Naci¨® en una familia feudal y esclavista donde observaba, sin poder hacer nada, c¨®mo se maltrataba a las mujeres. Decidi¨® acabar pronto con esa impotencia y empez¨® a militar para conseguir ¡°un arsenal jur¨ªdico¡± que criminalizase la violencia, hiciese de la esclavitud una violaci¨®n de derechos humanos y acabase con las pr¨¢cticas abusivas contra las mujeres.
Hoy preside la ¡®Association des Femmes Chefs de Famille¡¯, desde la que busca la ¡°igualdad sin reservas¡± mediante la promoci¨®n de las mujeres y la erradicaci¨®n de la violencia, la esclavitud y la trata. A sus 59 a?os est¨¢ orgullosa del aumento de la participaci¨®n femenina en el Parlamento mauritano y de que ahora un 31% del hemiciclo est¨¦ ocupado por ellas. Es el primer paso de uno de sus sue?os: ¡°Que la mujer tenga su lugar de forma transversal en todos los centros de decisi¨®n¡±. En esta batalla que mantiene hay hueco para la lucha contra el extremismo, ¡°un enemigo de la promoci¨®n de los derechos de las mujeres y de la igualdad¡± y el gran desaf¨ªo, a su parecer, de las ¨¢rabes en la actualidad.
Texto: Irene Escudero

Desafiante y temperamental, Nabila Hamza (T¨²nez, 1948) es activista de interminable curriculum, feminista y especialista en cuestiones de g¨¦nero. Asegura que es ahora cuando hay que empujar hacia la equidad. "Es el momento de escribir la igualdad en la Constituci¨®n, de cambiar la ley electoral; de llamar al cambio de los papeles tradicionales en la familia". Esto ¨²ltimo es fundamental, dice, porque de lo contrario no se podr¨¢ cambiar la participaci¨®n femenina en la pol¨ªtica y la econom¨ªa. "La mujer necesita la aprobaci¨®n del esposo para abrir una cuenta bancaria, para viajar o trabajar. No puede ser. En los pa¨ªses ¨¢rabes hay cada vez m¨¢s mujeres en puestos importantes pero llamamos a la paridad, como en los Estados escandinavos; no queremos tener una peque?a cuota de representaci¨®n".
La lucha contra el extremismo es el mayor reto para la activista. "Quieren hacernos retroceder siglos y hacer de la mujer una persona inferior, dependiente. Hemos de acabar con ese movimiento oscurantista y violento que hace que el mundo ¨¢rabe hoy se vea como lo m¨¢s atrasado del mundo en lugar de ser el faro del progreso que fue antes.
Texto: Lola Hierro

"Como ni?a palestina que fui viv¨ª la ocupaci¨®n y tuve que enfrentarme a la represi¨®n. Mis hermanos y yo estuvimos en prisi¨®n y fuimos torturados por reclamar libertad", esgrime Amal Khreishe (Palestina, 1957). Hoy, la directora de la Palestinian Working Woman Society for Development se alarma ante la violencia que las mujeres siguen padeciendo, pero conf¨ªa en que el buen uso de las leyes internacionales sobre derechos humanos obliguen a los Estados a protegerlas y a enfrentarse a los fundamentalismos, y no solo se refiere al islamismo radical. "Para m¨ª tambi¨¦n existe el sionista, que se expresa a trav¨¦s de la violencia hacia la tierra palestina, de la tortura de nuestras mujeres y la gente de Gaza".
Esta feminista y l¨ªder pol¨ªtica sostiene que la sociedad necesita dialogar para impedir que contin¨²e la violencia en todas sus formas, y tambi¨¦n para analizar las consecuencias de esta violencia en el futuro de las mujeres. "Hay que hablar de su derecho a educarse y a autodeterminarse, de sus derechos como ciudadanas". Aunque su trabajo es dif¨ªcil, ella, que se define como una so?adora, se inspira pensando en su madre y su abuela, que le ense?aron a ser tolerante y respetar los derechos humanos. "El futuro de mis hijos me inspira tambi¨¦n, pues me siento muy responsable de ello".
Texto: Lola Hierro

Amal Syam (Palestina, 1969) trabaja desde 1997 como directora de un centro de asuntos de mujeres en Gaza que quiere empoderar a mujeres palestinas, especialmente a las gazat¨ªes. Amal iba para maestra, pero su empleo como profesora de un colegio solo le dur¨® tres meses. "Me sent¨ª preocupada y cambi¨¦ mi destino; me llam¨® la atenci¨®n la deteriorada situaci¨®n de las mujeres de Gaza, no hay muchas que se sientan comprometidas y yo quer¨ªa contribuir a solucionar sus problemas", explica.
Amal asegura que las instituciones feministas de Palestina trabajan en condiciones muy poco favorables porque existe una mentalidad muy machista. "Existen creencias que limitan la libertad de las mujeres y obstaculizan su camino hacia la igualdad". A esto hay que sumar la ocupaci¨®n del Estado de Israel,que para esta feminista es el mayor "usurpador" de los derechos de sus compa?eras: "Estar bajo el control de Hamas marca nuestro trabajo, y no hay que olvidar que carecemos de un marco legislativo s¨®lido para proteger a las mujeres". El machismo, en auge por el fanatismo religioso, y la falta de autonom¨ªa de las mujeres a nivel econ¨®mico, son otras consecuencias de la situaci¨®n actual, asevera.
Texto: Lola Hierro

"Es el momento de que todas las mujeres se unan porque sus problemas son los mismos: radicalizaci¨®n, terrorismo¡ No podemos actuar por separado, solo el poder colectivo cambiar¨¢ las cosas". Este es el contundente mensaje de Nessryne Jelalia (T¨²nez, 1982). Hoy trabaja para Oxfam en el programa de justicia de g¨¦nero, pero hace pocos a?os ni se lo imaginaba. "Soy bi¨®loga, y mi compromiso con la sociedad empez¨® a los 18 a?os, cuando inici¨¦ un voluntariado para ayudar a personas con VIH", explica.
La estudiante pas¨® por diferentes organizaciones hasta que la primavera ¨¢rabe irrumpi¨® en su pa¨ªs. Era 2011, ella estaba trabajando en Nueva York y El Cairo, y decidi¨® volver a casa. "Ten¨ªa que estar en T¨²nez para contribuir en los cambios. Era una oportunidad para avanzar en los derechos de las mujeres porque la revoluci¨®n se bas¨® en principios y valores de justicia social".
?Ve cambios? La brecha de g¨¦nero es muy grande a¨²n en asuntos como la igualdad en el acceso a oportunidades laborales, pero s¨ª veo que la lucha es m¨¢s visible, que se habla de ello y que las mujeres saben que tienen el derecho y la obligaci¨®n de luchar por ellas.
Texto: Lola Hierro

Eljezia Hammami (T¨²nez, 1958) es ingeniera agr¨®noma y experta en salud sexual y reproductiva y en violencia de g¨¦nero. Trabaja en el Ministerio de la Mujer, la Familia y la Infancia de T¨²nez desde su creaci¨®n como encargada de la promoci¨®n de la mujer en el mundo rural. As¨ª explica la importancia que tienen las campesinas:
¡°Mis padres son agricultores y yo nac¨ª en el entorno rural, donde no es f¨¢cil ir a la escuela. Yo pude seguir mis estudios, pero no es el caso de muchas ni?as a las que sacaron del colegio porque por ciertas condiciones no pod¨ªan continuar sus estudios. Por eso ahora trabajo en un gran proyecto de lucha contra el abandono escolar de ni?as en el campo y nos gustar¨ªa poner en disposici¨®n de las chicas ¡ªy tambi¨¦n los chicos¡ª todas las condiciones necesarias para que ellas puedan completar su formaci¨®n y llegar lejos; tienen derecho a ello. Yo tuve suerte, viniendo del mundo rural, de continuar mis estudios, pero mis compa?eras no porque no hab¨ªa transporte ni comedor, por la pobreza... Es un atentado a sus derechos humanos, al derecho humano de acceso a la educaci¨®n, y es tambi¨¦n un obst¨¢culo para ellas para participar en la construcci¨®n de su pa¨ªs¡±.
Texto: Irene Escudero

Es bi¨®loga molecular, aunque ella se presenta como ¡°activista de la sociedad civil¡±. Con la democracia y los derechos humanos por bandera, Mekfoula Brahim (Mauritania, 1967) lucha por:
1. La libertad de expresi¨®n. ¡°Hay muchas cosas que no podemos decir en nuestra sociedad¡±, explica.
2. La autonom¨ªa de las mujeres. Ver a su madre sacar adelante siete ni?os sola le marc¨® y le produjo una ¡°admiraci¨®n profunda¡± por todas las mujeres que trabajan y se ocupan de sus hijos.
3. Expresarse en libertad. Como activista, sus ideas contra la mentalidad de los religiosos extremistas recogidos en su blog le han costado muchas amenazas. Por ello, considera clave que una mujer pueda expresarse libremente y pueda tomar sus propias decisiones.
4. Cambiar la mentalidad masculina y las tradiciones.
5. Combatir el terrorismo. ¡°Ha creado tal presi¨®n en la sociedad que ya no hay espacio para expresarse libremente y s¨®lo podemos luchar para sobrevivir¡±. A su juicio, la ¨²nica manera de parar este ascenso es trabajar por la democracia y la libertad.
Texto: Irene Escudero
![<p>¡°Desde joven comprend¨ª que no todas las mujeres tienen la suerte de poder estudiar en nuestra sociedad. Por tanto, el deber de quienes s¨ª la tuvimos es conseguir cambiar eso. Como periodista cre¨¦ la primera revista marroqu¨ª femenina [¡®Farah Magazine¡¯] porque quer¨ªa crear un altavoz para que se expresasen y pudiesen transmitir sus ideas. Despu¨¦s, segu¨ª trabajando en prensa sobre temas de mujeres. He estudiado en varios pa¨ªses y he constatado que hay que apostar por el refuerzo econ¨®mico de las mujeres. Una mujer aut¨®noma econ¨®micamente puede votar y poner en marcha leyes que cubran su realidad cotidiana. Yo he estado siempre sobre el terreno, en contacto con las diversas mujeres y no s¨®lo en la teor¨ªa, sino poniendo en marcha acciones muy concretas. Para m¨ª el periodismo es una herramienta para visibilizar el trabajo de ellas".</p><p> As¨ª resume su compromiso y su lucha Fawzia Talout Meknassi (Marruecos, 1958) que fue nominada al premio Nobel de la Paz en 2005 y que desde este a?o es ¡®Mujer de la Paz¡¯. ?Su sue?o? Que no haya analfabetismo y que todas las mujeres y toda la poblaci¨®n tengan un nivel m¨ªnimo de educaci¨®n.</p><p> Texto: Irene Escudero</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YSBBIWOX4RJJPDPYFTQLJHQ4NE.jpg?auth=d894260be53ee9da1849aaa71db02fe910cb0823b47840da37868f5e86d0e063&width=414)
¡°Desde joven comprend¨ª que no todas las mujeres tienen la suerte de poder estudiar en nuestra sociedad. Por tanto, el deber de quienes s¨ª la tuvimos es conseguir cambiar eso. Como periodista cre¨¦ la primera revista marroqu¨ª femenina [¡®Farah Magazine¡¯] porque quer¨ªa crear un altavoz para que se expresasen y pudiesen transmitir sus ideas. Despu¨¦s, segu¨ª trabajando en prensa sobre temas de mujeres. He estudiado en varios pa¨ªses y he constatado que hay que apostar por el refuerzo econ¨®mico de las mujeres. Una mujer aut¨®noma econ¨®micamente puede votar y poner en marcha leyes que cubran su realidad cotidiana. Yo he estado siempre sobre el terreno, en contacto con las diversas mujeres y no s¨®lo en la teor¨ªa, sino poniendo en marcha acciones muy concretas. Para m¨ª el periodismo es una herramienta para visibilizar el trabajo de ellas".
As¨ª resume su compromiso y su lucha Fawzia Talout Meknassi (Marruecos, 1958) que fue nominada al premio Nobel de la Paz en 2005 y que desde este a?o es ¡®Mujer de la Paz¡¯. ?Su sue?o? Que no haya analfabetismo y que todas las mujeres y toda la poblaci¨®n tengan un nivel m¨ªnimo de educaci¨®n.
Texto: Irene Escudero

Tras encargase de los Asuntos de la Mujer en el Ministerio de Desarrollo Social de Marruecos, Naima Ben Yahia (Marruecos, 1961) acaba de fundar el Centro de Estudios sobre la Igualdad de G¨¦nero y Pol¨ªticas P¨²blicas. Su campa?a comprende:
1. Desarrollar mecanismos que se ocupen de la cuesti¨®n de g¨¦nero desde el Gobierno, para lo que varias mujeres parlamentarias han creado una red en la que, independientemente de su grupo pol¨ªtico, ¡°trabajan por la igualdad¡±.
2. Aumentar la representaci¨®n femenina en el Gobierno. Gracias al trabajo de estas parlamentarias, esperan incrementarla del 12% aln 20%.
3. Retirar el art¨ªculo 175 que justificaba la violencia dom¨¦stica a mujeres, eximiendo al hombre que abusaba de una menor si se casaba con ella.
4. Trabajar por una ¡°legislaci¨®n no discriminatoria¡± que deber¨ªa ser ¡°justa para las mujeres¡±.
5. Convencer a la sociedad de la igualdad entre hombres y mujeres.
Texto: Irene Escudero

Es el ¨²nico hombre de esta selecci¨®n de personajes y ha sido elegido por su compromiso, desde muy joven, con la defensa de los derechos de las mujeres. Omar Ahmed (Egipto, 1990) y fund¨® su primera organizaci¨®n con 21 a?os, a ra¨ªz de la revoluci¨®n que derroc¨® al dictador Mubarak en su pa¨ªs en 2011. Y no ha sido la ¨²nica. "Tengo una hermana y cuando empec¨¦ a crecer vi que ella no ten¨ªa los mismos derechos que yo. Cuando pregunt¨¦ a mis padres y profesores la raz¨®n, me dijeron que porque yo era un chico y ella una chica. Pens¨¦ que era il¨®gico, que eso no ten¨ªa sentido porque somos iguales", relata. Como esas respuestas nole fueron satisfactorias, decidi¨® trabajar duro para mejorar los derechos de ellas.
La inseguridad en las calles de El Cairo, por ejemplo, es uno de los caballos de batalla, pero el joven Ahmed ha observado mejoras: cada vez m¨¢s mujeres se atreven a salir solas a la calle. Ahora, si una chica se siente intimidada o es atacada sexualmente, puede ir a la comisar¨ªa y poner una denuncia, sabe que debe hacerlo. Hace cinco a?os eso no era as¨ª. El mayor reto, a su juicio, es empoderar f¨ªsica y psicol¨®gicamente a las mujeres para que ganen independencia y que crean ellas mismas. "Entonces podr¨¢n cambiar el mundo".
Texto: Lola Hierro

Nouzha Skalli (Marruecos, 1950) es parlamentaria marroqu¨ª y ex ministra de Desarrollo Social, de la Familia y la Solidaridad. Hoy dedica su vida pol¨ªtica a trabajar por:
1. La promoci¨®n de los derechos de las mujeres. Para ello, la ¨²ltima reforma de la Constituci¨®n marroqu¨ª contempla expl¨ªcitamente ¡°la igualdad en derechos entre hombres y mujeres en todos los ¨¢mbitos¡± y la define como ¡°una obligaci¨®n del Estado¡±.
2. La participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres y m¨¢s concretamente por ¡°el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad pol¨ªtica¡±. Para conseguir esta participaci¨®n, ¡°todos los pol¨ªticos p¨²blicos deben comprometerse con la igualdad de g¨¦nero para hacer avanzar a la sociedad¡±.
3. La protecci¨®n de las mujeres contra la violencia.
4. El reparto de poder entre hombres y mujeres mediante sistemas de cuotas y paridad.
5. Hacer avanzar a su pa¨ªs y a la sociedad: ¡°luchar contra la pobreza, las desigualdades sociales, la corrupci¨®n, el analfabetismo, la exclusi¨®n...¡± y s¨®lo se puede avanzar, seg¨²n su punto de vista, ¡°si se da poder a las mujeres¡±, pues piensa que tienen una sensibilidad y una costumbre mayor de dar su vida por el resto.
Texto: Irene Escudero

¡°Es dif¨ªcil hablar de las violaciones de derechos en Gaza, especialmente desde la ofensiva del verano pasado. Pensamos que nadie sobrevivir¨ªa¡±, dice Mona Ahmed Al-Shaawa (Palestina, 1974), directora de la Unidad de Derechos de la Mujer en el Centro Palestino por los Derechos Humanos. ¡°Gracias a mi trabajo s¨¦ c¨®mo matan a civiles como si fuese un accidente. La situaci¨®n se ha vuelto peor: hace falta de todo para cubrir las necesidades b¨¢sicas en la Franja: no hay electricidad las 24 horas ni agua limpia, hay pobreza, desempleo... Hablamos de miles de familias sin casas. Y ellas son las m¨¢s perjudicadas. Ellas son las encargadas de todo: de los ni?os, de la casa...
Cuando pierden la vivienda su vida se complica. Sus prioridades cambian: necesitan dinero, ingresos, trabajo, comida, un sitio seguro donde vivir, agua, electricidad... As¨ª que cuando hay una falta de recursos b¨¢sicos, la lucha por la igualdad encuentra muchos m¨¢s obst¨¢culos porque las prioridades son otras. Cuando vives en una sociedad aislada del resto, ¨¦sta se vuelve m¨¢s cerrada y conservadora¡±.
Texto: Irene Escudero

A sus 28 a?os, Sayida Ounissi (T¨²nez, 1987) es diputada de la Asamblea Nacional de T¨²nez. El inter¨¦s pol¨ªtico le viene de casa; su familia tuvo que pedir refugio en Francia durante el r¨¦gimen de Ben Ali por su compromiso pol¨ªtico. Volvi¨® a su pa¨ªs despu¨¦s de la revoluci¨®n de 2011 con estudios en Historia y Ciencias Pol¨ªticas y una tesis doctoral en marcha. En octubre de 2014, su partido la propuso como cabeza de lista de una circunscripci¨®n para las elecciones legislativas. ¡°Estoy orgullosa de que se hayan arriesgado con una persona que no hab¨ªa hecho pol¨ªtica antes, que es joven y mujer¡±.
La tunecina pertenece a esa generaci¨®n de j¨®venes con ganas de mover su pa¨ªs y de mujeres que buscan ir m¨¢s all¨¢ en la conquista de derechos y que sue?an con esa igualdad salarial que parece tan dif¨ªcil de conseguir. ¡°Antes, el sistema nos dec¨ªa que s¨®lo hab¨ªa una forma de ser mujer tunecina. S¨®lo se hablaba de LA mujer. Ahora hemos aceptado que existen maneras muy diferentes¡±, opina. Pero sobre todo, para este progreso ve fundamental la uni¨®n: ¡°hay que comprender es que se puede ser diputada, activista internacional, atea... pero las feministas tenemos que trabajar juntas¡±. En T¨²nez, como dice orgullosa, ya est¨¢n unidas bajo la misma causa.
Texto: Irene Escudero

La abogada y activista Asma Khader (Jordania, 1952) lo tiene claro: ¡°El mayor reto en mi pa¨ªs es la estabilidad y la paz¡±. Sobre las mujeres, menciona la igualdad y el reconocimiento pleno como ciudadanas. Jordania, explica, lleva muchos a?os sufriendo una crisis de refugiados (sirios, iraqu¨ªes, palestinos¡) y compartiendo sus recursos. Por eso, acabar con la pobreza es lo m¨¢s urgente. ¡°Donde hay pobreza hay matrimonio infantil, explotaci¨®n y violencia contra la mujer¡±.
Ella, que ha alcanzado cotas altas de poder ¡ªsecretaria general de la Comisi¨®n Jordana de la Mujer, miembro de la Comisi¨®n de Investigaci¨®n de ACNUR de violaciones de los derechos humanos en Libia, ministra de Cultura y senadora¡ª cree que la igualdad se alcanzar¨¢ gracias a la educaci¨®n. ¡°Se trata de beneficiarnos de los progresos al mismo nivel que ellos¡±, apostilla. Destaca que Jordania es el pa¨ªs de la regi¨®n con la tasa m¨¢s alta de escolarizaci¨®n de ni?as. ¡°La educaci¨®n empoderar¨¢ a las mujeres, as¨ª mejorar¨¢ su situaci¨®n financiera y ser¨¢n independientes y podr¨¢n escapar de situaciones injustas¡±. ?El mayor desaf¨ªo de la mujer ¨¢rabe del siglo XXI? ¡°El fundamentalismo, claro. Pero tambi¨¦n el patriarcado".
Texto: Alejandra Agudo

Su pasi¨®n comenz¨® la primera vez que se sent¨® ante una pantalla de cine. ¡°No hay una pel¨ªcula en particular, hay much¨ªsimas, pero hay una de Alan Parker, ¡®The Wall¡¯, que ador¨¦; la he visto cien veces¡±, reconoce la directora de cine Sofia Djama (Argelia,1979) Quiso contar historias. Cuando era ni?a empez¨® escribiendo lo que ve¨ªa y luego vinieron las novelas. Decidi¨® llevar al cine una de ellas, ¡®Mollement un Samedi matin¡¯ (Languidez un s¨¢bado por la ma?ana), porque le parec¨ªa muy natural al ser la m¨¢s cinematogr¨¢fica. ¡°Me gusta el poder que se tiene desde el principio, durante la escritura de la historia, hasta cuando dices ¡®acci¨®n¡¯, que es un momento m¨¢gico¡±.
Es mujer y directora, dos condiciones no muy frecuentemente unidas, al menos, como se?ala, ¡°en festivales oficiales¡±. Pero el problema en su pa¨ªs no es solo la cuesti¨®n de g¨¦nero: ¡°En Argelia hay una ausencia total de cine, as¨ª que hombres y mujeres est¨¢n igual¡±. Su deseo es que Argelia se reencuentre con la cultura y que su Gobierno se d¨¦ cuenta de que fomentar el cine ¡°no es s¨®lo reabrir las salas, sino crear ganas de hacer pel¨ªculas y de verlo mediante la promoci¨®n de este arte en las aulas, con ayudas y promoci¨®n¡±. Como argumenta, no tiene sentido tener salas, si no se sienten ganas de ir.
Texto: Irene Escudero

Es toda una experta en su campo. Sama Fayez Aweidah (Palestina, 1959) es Directora del Centro de Estudios de la Mujer en Jerusal¨¦n Este y tambi¨¦n asesora en temas de g¨¦nero a organizaciones locales e internacionales (ONU Mujeres, OIT, OMS o PNUD entre otras). Cuenta que su centro se fund¨® con la idea de investigar, pero pronto se dieron cuenta de que hab¨ªa acciones m¨¢s urgentes con las palestinas m¨¢s vulnerables: "Ten¨ªamos que empoderarlas para que pudieran hacer frente a su situaci¨®n", aclara. As¨ª, trabajan en distintos campos:
1. Sensibilizaci¨®n en asuntos de g¨¦nero dando charlas en colegios, escribiendo libros infantiles y utilizando el teatro.
2. Programa contra el acoso sexual. "Fue lanzado tras descubrir que el asalto sexual se debe a la ignorancia de las v¨ªctimas, que no saben que pueden denunciar, y a que tampoco lo hacen por miedo", asegura.
3. Apoyo a mujeres divorciadas: "Las defendemos del estigma que supone haberse separado", cuenta. Lo mismo hacen con las viudas sin recursos, a las que intentan empoderar para que puedan llevar solas las riendas de su vida.
Texto: Lola Hierro

Tahreer Hammad (Palestina, 1982) es la prueba de que se avanza hacia la igualdad. Desde el 23 de julio es la primera jueza habilitada para celebrar matrimonios en Palestina y la tercera de todo el mundo ¨¢rabe (hay dos en Abu Dhabi y El Cairo). ?Qu¨¦ le llev¨® a adentrarse en un campo estrictamente masculino? "Quer¨ªa demostrar que podemos estar en cualquier puesto de responsabilidad o de toma de decisiones, igual que el hombre", explica. Ya ha celebrado 28 matrimonios, de los que tres se han negado a ser casados por ella, algo que considera "un buen porcentaje".
A su juicio, la principal ventaja de que ella pueda casar es que empatiza mejor con las chicas. "Las novias se sienten m¨¢s relajadas", asegura. Adem¨¢s, se preocupa de explicarles el contrato matrimonial, algo que no siempre hacen sus colegas varones: "Hay una cl¨¢usula con las condiciones que pones en tu matrimonio. Muchos ni se lo explican a las novias, como es un tr¨¢mite administrativo hacen caso omiso, pero yo s¨ª les informo de que tienen derecho a pedirlas".
Tahreer es consciente de que ha abierto camino para su g¨¦nero, pues desde que ella fue nombrada se han presentado nuevas solicitudes de otras mujeres. Y eso le llena de orgullo.
Texto: Lola Hierro

A la reportera del Jordan Times Rana Husseini (Jordania, 1967) le encomendaron en su peri¨®dico escribir sobre sucesos en 1993. En seguida se top¨® con un caso que la conmocion¨®: "Una colegiala de 16 a?os fue asesinada por su familia despu¨¦s de que su hermano la hubiera violado. Los padres la culpaban a ella por seducirle", recuerda. Esa historia la movi¨® y as¨ª empez¨® a investigar. Descubri¨® que los que mataban mujeres eran condenados a penas m¨ªnimas, de tres a seis meses, y que nadie quer¨ªa hablar de ello. "Los llamados cr¨ªmenes de honor no estaban en la agenda, pero despu¨¦s de empezar a publicar historias la atenci¨®n fue aumentando".
Rana ha dedicado su vida a denunciar estos asesinatos y hoy las cosas han cambiado: los autores son condenados hasta a 15 a?os de c¨¢rcel, se han abierto refugios, servicios de asistencia... "Ahora hay m¨¢s concienciaci¨®n, todo se discute y los medios de comunicaci¨®n presionan", asegura. "Lo malo es que los cr¨ªmenes contin¨²an y me gustar¨ªa protegerlas pero no me es posible; lo que s¨ª podemos, al menos, es conseguir justicia para ellas.
Texto: Lola Hierro