Un ¨¦xito, pero no hab¨ªa dos millones

A la gran concentraci¨®n independentista celebrada el 11 de septiembre en Barcelona con motivo de la festividad de la Diada asisti¨®, mucha, much¨ªsima gente. Dos millones, seg¨²n los convocantes de la Asamblea Nacional Catalana, y 1,4 millones, seg¨²n la Guardia Urbana. Las c¨¢maras de televisi¨®n mostraban, efectivamente, una enorme multitud. Pero ?hab¨ªa tanta gente ah¨ª?

Las cifras de participaci¨®n en las manifestaciones, sobre todo las que ofrecen los organizadores, suelen casar mal con la realidad. La web The Spain Report hizo un estudio detallado usando Planimeter, una herramienta online para calcular superficies urbanas, y concluy¨® que en los 5,2 kil¨®metros de la Via Lliure ocupados cabr¨ªan a lo sumo unas 672.000 personas, considerando una densidad media de cuatro manifestantes por metro cuadrado.

Para alcanzar la cifra de 1.400.000 asistentes ofrecida por la Guardia Urbana, la marea humana deber¨ªa haber sido irrespirable, de unas 8,3 personas por metro cuadrado. Y si realmente se hubieran reunido all¨ª dos millones habr¨ªa sido de unas once por metro cuadrado. Concentraciones similares, comenta The Spain Report, a las que provocaron la tragedia acaecida en 1989 en el estadio ingl¨¦s de Hillsborough, cuando en una avalancha murieron 96 personas aplastadas contra las vallas.

Hay m¨¢s argumentos para ser esc¨¦pticos. En las elecciones auton¨®micas de 2012, los partidos pol¨ªticos ahora partidarios de la independencia obtuvieron alrededor de 1.700.000 votos, el 48% del total, un porcentaje algo mayor del que les atribuye la ¨²ltima encuesta del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas. Compensada la presencia de ni?os, sin derecho al voto, con la ausencia de ancianos, enfermos, impedidos y desplazados fuera de Catalu?a ¡ªsi las cifras de la Guardia Urbana, y no digamos las de los convocantes, fueran ciertas¡ª eso significar¨ªa que casi todos los partidarios de la independencia de Catalu?a habr¨ªan concurrido a la manifestaci¨®n. Que pr¨¢cticamente nadie se hubiera quedado en casa. Que muchos pueblos que cuentan con mayor¨ªas secesionistas abrumadoras tuvieron que quedarse totalmente vac¨ªos.

Entonces ?por qu¨¦ aceptamos, incluso como mera posibilidad, cifras incompatibles con la raz¨®n? Iniciativas como el Manifest¨®metro en Madrid y Contrastant en Barcelona, o empresas como la desaparecida Lynce, que med¨ªan con m¨¦todos cient¨ªficos las concentraciones humanas, demostraron que cien mil personas ya forman una se?ora manifestaci¨®n.

Pero chocaron contra la inercia de un pa¨ªs acostumbrado a exagerar y contar por millones las decenas de miles, sobre todo cuando se trata de computar a los propios correligionarios.