Siempre hay tiempo si hay voluntad
Estamos convencidos de que, en el marco de una reforma constitucional de corte federal, podremos delimitar las competencias del Estado, de Catalu?a y del resto de Comunidades. Lo manifestamos en los acuerdos de Granada de julio de 2013
Unos, los inmovilistas, nunca ven el momento para dialogar con los separatistas. Los otros, los separatistas, creen que ya es demasiado tarde para hablar con nadie. Sin embargo, es imposible resolver los conflictos sin di¨¢logo. Y como la ¨²nica victoria pol¨ªtica concebible es la que resuelve los problemas, solo podemos concluir que unos y otros han renunciado a la victoria. Se conforman con el suced¨¢neo de la victoria que consiste en ver derrotados a los contrarios, aunque los vencidos sean la mitad de sus conciudadanos, aunque esa victoria la tengan que celebrar sobre una sociedad dividida de una forma que desconocemos en democracia. Aunque la tengan que celebrar sobre una sociedad rota. Ese es un horizonte inaceptable del que debemos alejarnos todo lo que podamos y cuanto antes, por eso estoy convencido de que hay tiempo para el di¨¢logo y el acuerdo, entre otras cosas, porque no hay ninguna alternativa realista al di¨¢logo y al acuerdo.
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Los socialistas no concebimos a Catalu?a fuera de Espa?a. Entre otras cosas porque sin Catalu?a, Espa?a ya no ser¨ªa Espa?a. Los pueblos que conformamos la Espa?a de hoy hemos hecho tantos siglos de historia juntos que nos hemos fundido en una indudable identidad com¨²n. De tal modo que la falta de cualquiera de ellos afectar¨ªa a la identidad de todos los dem¨¢s, dej¨¢ndolos incompletos. Y el caso de Catalu?a es, en este sentido, un caso singularmente importante. Porque la identidad de Espa?a est¨¢ fuertemente marcada por los rasgos que aporta Catalu?a al conjunto, por la singularidad de la lengua, de la cultura y de la historia catalanas. Espa?a es un pa¨ªs diferente de manera muy especial gracias a Catalu?a. Nuestra pluralidad es nuestra mayor riqueza en un mundo que valora, cada vez m¨¢s, la diversidad.
No se puede entender a Espa?a sin Catalu?a, como no se puede entender a Catalu?a sin Espa?a. Desconocer el sentimiento de identidad compartida catalana y espa?ola que tienen la gran mayor¨ªa de los ciudadanos y ciudadanas de Catalu?a es no comprender a la Catalu?a real que convive cada d¨ªa y que vive su diversidad como una riqueza irrenunciable. No me cabe la menor duda de que hay algunas personas que, en un extremo y otro, sienten un rechazo a esa identidad plural y compartida que nos ha legado la historia, pero esas personas son, objetivamente, una minor¨ªa. Sin duda unas minor¨ªas que merecen respeto y que tienen derecho a ser escuchadas, pero no a violentar de una forma abrupta e intolerante el sentir de la inmensa mayor¨ªa. Y no tienen derecho a imponernos la idea de que no tenemos tiempo ni nada de qu¨¦ hablar.
Los socialistas espa?oles venimos diciendo, desde hace a?os, que deber¨ªamos reformar la Constituci¨®n. No es un capricho ni es una pirueta pol¨ªtica. Es una propuesta que nace de la comprensi¨®n de que algunos elementos clave de la organizaci¨®n de nuestra convivencia dan muestras de fatiga y de falta de adaptaci¨®n a nuevas realidades, nuevos sentimientos, nuevas aspiraciones. Y uno de esos elementos, sin duda, se llama Catalu?a.
Sabemos que esa reforma ni podemos ni queremos hacerla solos; sabemos que requiere tiempo, generosidad, consenso; sabemos que debe permitir que todos nos sintamos c¨®modos; y sabemos que debe abordar, a la vez, la mejora de la calidad de nuestro sistema democr¨¢tico, la mejor garant¨ªa de los derechos y libertades y el perfeccionamiento federal de nuestro Estado auton¨®mico.
Algunos elementos clave de la organizaci¨®n de nuestra convivencia dan muestras de fatiga
Desde el PSOE, estamos en las mejores condiciones para mirar a nuestra izquierda y nuestra derecha e invitar a todos a intentarlo. No vamos a detenernos porque el nacionalismo m¨¢s radical en Catalu?a haya decidido que las aspiraciones catalanas no eran ya compatibles con un proyecto de Espa?a com¨²n, plural y diverso y que su proyecto de futuro pasaba por la ruptura. Ni vamos a detenernos porque el nacionalismo recentralizador y escasamente sensible al car¨¢cter plural de Espa?a representado por el Partido Popular se haya convertido en el mejor aliado y la mejor coartada al planteamiento secesionista de Artur Mas y Oriol Junqueras.
Estamos convencidos de que, en el marco de una reforma constitucional de corte federal, podremos delimitar las competencias del Estado, de Catalu?a y del resto de Comunidades, reconocer las singularidades, constitucionalizar los principios que configuren la financiaci¨®n auton¨®mica para garantizar su suficiencia, su car¨¢cter equitativo y la solidaridad interterritorial, disponer de un Senado federal que permita la participaci¨®n efectiva de las Comunidades Aut¨®nomas en el gobierno del conjunto. As¨ª lo manifestamos todos los socialistas de Espa?a en los acuerdos de Granada de julio de 2013.
Cuando la sociedad todav¨ªa sufre la dureza de los efectos de una crisis econ¨®mica que ha devastado el trabajo, el bienestar y las esperanzas de tantas personas, los socialistas no olvidamos que la tarea de los gobiernos es procurar resolver los problemas vitales de sus ciudadanos. Por eso en nuestros objetivos como socialistas, adem¨¢s de mantener la cohesi¨®n territorial, resulta fundamental garantizar la cohesi¨®n social. Proteger el Estado de bienestar que Rajoy y Mas tratan reducir a su m¨ªnima expresi¨®n usando la crisis como excusa para imponer su ideolog¨ªa com¨²n, que es la ideolog¨ªa neoliberal de la supremac¨ªa del mercado.
Artur Mas se presenta emboscado en una lista, envuelto en la estelada, y enga?ando a su pueblo
Hoy Artur Mas se presenta emboscado en una lista, envuelto en la estelada, y enga?ando a su pueblo sobre las consecuencias de sus propuestas, para as¨ªevitar dar cuentas de lo que ha hecho y no ha hecho durante todos los a?os que ha estado en el Gobierno de Catalu?a. Sin embargo, sus propuestas, lejos de resolver los problemas de la vida de la gente, los agravar¨¢n. Artur Mas y quienes le acompa?an en su aventura secesionista deber¨ªan tener el coraje de explicar a la sociedad catalana c¨®mo, por ejemplo, la salida de Catalu?a de la Uni¨®n Europea marcar¨¢ el destino de toda una generaci¨®n de j¨®venes a los que, lejos de facilitarles la vida en un mundo globalizado, les aboca a un proyecto de un mundo pasado y limitado por nuevas fronteras.
Ni Rajoy es Espa?a, ni Mas es Catalu?a; son solo dos gobernantes temporales. Sus intereses y sus ambiciones no merecen el sacrificio de la convivencia de millones de personas. Si ellos no han sabido representar el entendimiento y la convivencia en nuestra sociedad, es de ellos de los que debemos prescindir, y no de la convivencia ni de la diversidad y pluralidad que nos enriquece como sociedad. Y para sacarles democr¨¢ticamente del gobierno estamos a tiempo, muy a tiempo.
Pedro S¨¢nchez es secretario general del PSOE.
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