Reglas del juego iguales para todos, pero no para todas
La regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo se sit¨²a a la cola en lo que se refiere a igualdad de g¨¦nero
Uno de los empe?os m¨¢s eficientes de los malos pol¨ªticos es agarrarse a lo irremediable. No hab¨ªa m¨¢s remedio, dicen, para justificar que hacen aquello que prometieron que no har¨ªan. Y atada ya una mano a ese fatalismo, solo les queda atarse la otra mano a lo imprevisto, al accidente. Suenan los pol¨ªticos como el protagonista de aquella memorable balada de Sandro Giacobbe, Jard¨ªn prohibido,en la que el tipo, despu¨¦s de acostarse con la mejor amiga de su mujer, vuelve a casa y se lo comenta a ella con un razonamiento incuestionable: ¡°La vida es as¨ª, no la he inventado yo¡±. Como la vida es as¨ª, a estas alturas y despu¨¦s de interrogar al empresario Alberto Portuondo en presidio, el instructor acumula indicios que apuntan, de nuevo, a que el hundimiento de Bankia no se debi¨® tan solo a la coyuntura econ¨®mica mundial, sino al latrocinio particular de sus directivos. Sacaban dinero por la puerta prestataria de la entidad y se lo embolsaban en sus cuentas privadas por medio de amigos interesados.
Pero si hablamos de accidentes, c¨®mo no referirse al polideportivo Virgen del Carmen en Arganda del Rey. Ya desde el nombre del recinto, bautizado con un sentido exquisito de la pasi¨®n por el deporte, se apuntaba hacia una confianza ciega en los milagros. Y as¨ª ha sido. Al romper un cegado falso del s¨®tano se ha descubierto una instalaci¨®n de 1.200 metros cuadrados. Milagro, habr¨ªa exclamado su alcalde si no hubiera dejado ya el cargo para acompa?ar a Cristina Cifuentes como director general de Transportes de la Comunidad de Madrid. Es muy probable que de manejar con la misma soltura su nueva cartera, pronto los madrile?os peguen una patada al muro del t¨²nel en la estaci¨®n de Puerta del ?ngel y descubran que la v¨ªa llega hasta Badajoz.
Es una costumbre expandida esa de ocultar espacios ilegales en la construcci¨®n para pasar las inspecciones de apertura sin problema. Forma parte de las rutinas del tiempo de la burbuja inmobiliaria, como robar dinero desde la direcci¨®n del banco formaba parte del modo de operar cuando Espa?a iba bien pero Suiza iba a¨²n mejor. Lo raro es que la reforma de la sede del partido en el Gobierno, pagada en dinero negro, no incorporara espacios secretos o jardines prohibidos, como el b¨²nker donde esconder a la secretaria general del partido durante los ocho meses hist¨®ricos en los que ha estado sin conceder una rueda de prensa. Otro accidente. Lo siento mucho, la vida es as¨ª, no la he inventado yo. ?Verdad?
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