Cuando se asume la memoria hist¨®rica
Francia recuerda en el antiguo campo de concentraci¨®n de Rivesaltes los horrores del siglo XX
A 30 kil¨®metros de la frontera espa?ola, en territorio franc¨¦s, se puede descubrir la memoria de tres guerras sucesivas del siglo XX: la que enfrent¨® a los espa?oles entre 1936 y 1939, la que hundi¨® a Europa en la miseria desde 1939 a 1945, y la contienda librada por Francia en Argelia para evitar ¡ªinfructuosamente¡ª que su imperio colonial perdiera este territorio norteafricano. Todo ello se resume en el antiguo campo de concentraci¨®n de Rivesaltes, el lugar donde 60.000 ¡°indeseables¡± quedaron encerrados y estigmatizados.
Los espa?oles fueron los primeros. Fue la consecuencia de la cat¨¢strofe humana originada por la Guerra Civil, que en el invierno de 1939 deriv¨® en la salida masiva de republicanos que hu¨ªan de las tropas de Franco. El Gobierno franc¨¦s les confin¨® al principio en playas como la de Argel¨¨s-sur-Mer, donde murieron a centenares. Pero la amplitud del ¨¦xodo le llev¨® a ordenar la transformaci¨®n de un recinto militar en campo de concentraci¨®n.
Los primeros barracones fueron construidos por los republicanos espa?oles, y hasta 20.000 de ellos permanec¨ªan en 1941 en el siniestro lugar. Una parte de aquella Francia que se hab¨ªa rendido a Hitler segu¨ªa libre de la bota militar alemana, a cambio de mantener al Gobierno t¨ªtere encabezado por el mariscal P¨¦tain en la ciudad balnearia de Vichy. El gran campo de concentraci¨®n qued¨® en la parte del pa¨ªs que permaneci¨® bajo la te¨®rica jurisdicci¨®n de los colaboracionistas, que utilizaron las 600 hect¨¢reas del recinto para internar a arrestados por ser jud¨ªos, comunistas, gitanos o masones, considerados como enemigos por la extrema derecha francesa e incluso culpables de la derrota sufrida frente a Alemania.
A partir de 1942, los nazis impusieron la deportaci¨®n sistem¨¢tica de los jud¨ªos hacia los campos de exterminio. Los colaboracionistas organizaron arrestos en masa y entregaron a los alemanes unos 10.000 jud¨ªos franceses de la zona sur del pa¨ªs, parte de ellos procedentes del campo de Rivesaltes. Tambi¨¦n muchos extranjeros, entre ellos espa?oles.
Finalizada la II?Guerra Mundial, numerosos alemanes pasaron de ocupantes a prisioneros en el campo de concentraci¨®n. Pero el transcurso del tiempo tampoco dej¨® obsoletas sus precarias instalaciones. Francia emprendi¨® varias guerras coloniales para mantener su imperio, una de ellas la de Argelia. Cientos de combatientes independentistas fueron a parar al campo desde 1954, y tambi¨¦n 20.000 harkis, colaboradores del Ej¨¦rcito franc¨¦s en Argelia, que huyeron de este pa¨ªs tras la independencia y cuyos servicios fueron pagados con el alojamiento en los barracones inaugurados por los republicanos espa?oles. Despu¨¦s se usaron para retener a inmigrantes irregulares, hasta 2007.
Un mismo sitio, tres guerras, tantos sufrimientos olvidados. Hay que agradecer a Francia su esfuerzo de recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.