De campo de minas a para¨ªso natural
Los ¨²ltimos bosques de cedros de L¨ªbano, minados durante la Guerra Civil, se abren al mundo gracias a una iniciativa que promueve el ecoturismo en el Mediterr¨¢neo
La mejor manera de conservar un ecosistema es llenarlo de minas antipersona. Es un m¨¦todo brutal, pero eficaz. Ha funcionado en la frontera entre Ir¨¢n e Irak para salvar de la extinci¨®n al leopardo de Persia, que campa a sus anchas por la zona de nadie sin llegar a detonar las minas colocadas durante la guerra entre los dos pa¨ªses en la d¨¦cada de 1980. Tambi¨¦n ha servido para aislar del mundo a unos caracoles que solo viven en los lodos de la cueva croata de Rudnica Spilja, una zona minada en la Guerra de los Balcanes. Y ha funcionado para salvar a los ¨²ltimos cedros de L¨ªbano, un ¨¢rbol con una madera tan dura y arom¨¢tica que durante milenios fue codiciado por todas las civilizaciones de la Antig¨¹edad. Con su madera se levant¨® el Templo de Salom¨®n en Jerusal¨¦n y se construyeron los barcos de los faraones egipcios.
¡°En este bosque no entr¨® nadie durante la guerra, porque separaba a dos bandos contrarios y estaba plagado de minas¡±, explica el entom¨®logo liban¨¦s Nabil Nemer, mirando a los cedros de la hoy reserva natural de Tannourine. Durante la Guerra Civil en L¨ªbano (1975-1990), el Ej¨¦rcito sirio, a un lado, y las milicias cristianas libanesas, al otro, pre?aron el bosque de explosivos. Hoy, ya limpio desde hace a?os, se intenta abrir al turismo. Solo quedan 22 kil¨®metros cuadrados de cedros libaneses en L¨ªbano, un 5% de la superficie original. Los visitantes pueden sentir en Tannourine lo que sintieron hace milenios las tropas del rey Salom¨®n y de los faraones egipcios.
Unos 20.000 turistas visitan cada a?o Tannourine, seg¨²n Nemer, profesor de la Universidad del Esp¨ªritu Santo de Kaslik y miembro del comit¨¦ gestor del parque natural. ¡°Necesitamos el turismo para financiar la conservaci¨®n. El Ministerio de Medio Ambiente nos da unos 66.000 d¨®lares cada a?o o cada cuatro a?os, depende¡±, lamenta Nemer. L¨ªbano, anta?o conocido como la Suiza o el M¨®naco de Oriente Medio, vive hoy una situaci¨®n de inestabilidad pol¨ªtica. Lleva m¨¢s de un a?o sin presidente, pero al mismo tiempo es el pa¨ªs que m¨¢s se ha mojado en la asistencia a las personas que huyen de la guerra en la vecina Siria. Con una superficie similar a la de Asturias y cuatro millones de habitantes, L¨ªbano acoge a casi dos millones de refugiados sirios y da escuela gratuita a 200.000 de sus ni?os, mientras la UE cierra sus fronteras.
En pa¨ªses como L¨ªbano, o se emplea el turismo para financiar las ¨¢reas protegidas o se convertir¨¢n en cotos de caza, afirman desde la UICN
¡°En pa¨ªses como L¨ªbano y Jordania han decidido utilizar el turismo como una herramienta de financiaci¨®n para las ¨¢reas protegidas. Es una estrategia que tiene riesgos, pero es eso o que se conviertan en reservas de caza¡±, explica la ingeniera de montes Carla Danelutti, del Centro de Cooperaci¨®n del Mediterr¨¢neo de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN). Su organizaci¨®n es uno de los miembros del proyecto Experiencia Mediterr¨¢nea de Ecoturismo (MEET), una iniciativa financiada por la UE para promover el ecoturismo como herramienta de conservaci¨®n en el Mediterr¨¢neo. La red cuenta con m¨¢s de 20 ¨¢reas protegidas en ocho pa¨ªses, incluyendo los ¨²ltimos bosques de cedros de L¨ªbano, los lobos del Parque Nacional de Mercantour, en Francia, y las aves migratorias de las marismas del Ampurd¨¢n, en Espa?a.
¡°Queremos que el Mediterr¨¢neo se venda como destino de ecoturismo. Y entendemos el ecoturismo como sostenible econ¨®micamente, porque la gente puede vivir de ello; sostenible medioambientalmente, porque permite la conservaci¨®n de la naturaleza; y sostenible culturalmente, porque no tiene un impacto negativo en las comunidades locales¡±, detalla Danelutti, cuya organizaci¨®n ha invitado a EL PA?S a conocer uno de sus viajes.
Pierre Rahm¨¦, de 46 a?os, cogi¨® el fusil con 15 a?os para unirse a la resistencia cristiana libanesa contra el Ej¨¦rcito sirio. Hoy es uno de los gu¨ªas locales que ense?an a los turistas el espectacular valle de Qadisha, Patrimonio Mundial de la Humanidad seg¨²n la Unesco por albergar algunos de los primeros monasterios cristianos de la historia, clavados en las paredes rocosas, y vestigios de un gran bosque de cedros. ¡°En esta regi¨®n puedes contemplar a Jesucristo¡±, sentencia Rahm¨¦.
L¨ªbano ha pasado de 2,1 millones de turistas en 2010 a 1,3 millones por la crisis en la vecina Siria
¡°Los propietarios locales en el valle de Qadisha quieren carreteras que lleguen a sus tierras, porque creen que as¨ª podr¨¢n hacer negocio. Pero si entran los buld¨®ceres a construir carreteras destruir¨¢n el valle¡±, lamenta Gilbert Moukheiber, director de 33 North, una empresa libanesa de ecoturismo que colabora con el proyecto MEET. ¡°El desaf¨ªo en L¨ªbano es que apenas tenemos turistas, as¨ª que no podemos decir a los propietarios que se dediquen al turismo sostenible en vez de a cortar ¨¢rboles¡±, reconoce.
Moukheiber bromea con las dificultades de su pa¨ªs para atraer turistas, aunque en realidad no le hacen ninguna gracia. ¡°Una vez estuve en una feria de turismo en Par¨ªs y la gente me dec¨ªa que no estaba interesada en L¨ªbano, porque no quer¨ªan ver desiertos ni a Gadafi. Yo les respond¨ªa que Gadafi era el dictador de Libia, no de L¨ªbano, y que somos el ¨²nico pa¨ªs sin desierto de Oriente Medio¡±, narra todav¨ªa patitieso.
El n¨²mero de turistas en L¨ªbano super¨® por primera vez las cifras anteriores a la Guerra Civil en 2009 y 2010, cuando alcanz¨® los 2,1 millones. Desde entonces, la crisis de Siria est¨¢ haciendo tambalearse a la industria. El Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol recomienda ¡°viajar con precauci¨®n y abstenerse de hacerlo por determinadas zonas¡±, no incluidas en el proyecto MEET, como las zonas fronterizas con Siria, en las que hay enfrentamientos entre las fuerzas libanesas y grupos yihadistas. En 2015, se esperan 1,3 millones de visitantes en L¨ªbano, seg¨²n la patronal WTTC.
¡°El Ministerio de Medio Ambiente tiene poco presupuesto para las reservas naturales. Nosotros somos la reserva con mayor biodiversidad de Oriente Medio y el Ministerio nos da 50.000 d¨®lares cada tres a?os. El resto lo conseguimos de organizaciones de cooperaci¨®n internacionales. Por eso necesitamos m¨¢s turismo, un ecoturismo que respete la naturaleza¡±, sostiene la ingeniera agr¨®noma Sandra K. Saba, directora de la reserva de Horsh Ehden, incluida en el proyecto MEET. El parque natural ocupa 1.000 hect¨¢reas, el 0,1% de la superficie de L¨ªbano, pero exhibe el 40% de las especies vegetales del pa¨ªs. Los locales cuentan que en Horsh Ehden, como su nombre sugiere, estuvo el Ed¨¦n b¨ªblico. Hoy es un bosque monta?oso de cedros, enebros y abetos, surcado por hienas, jabal¨ªes y lobos.
¡°L¨ªbano era el para¨ªso de la Biblia, porque a ojos de los n¨®madas del desierto estos bosques verdes simbolizaban el agua, la abundancia. Proyectos como MEET sirven para que el mundo conozca ahora L¨ªbano¡±, opina Pascal Abdallah, director de la empresa de ecoturismo Responsible Mobilities. ¡°Necesitamos turistas¡±, coincide Caroll Feghali, director de la compa?¨ªa Ibex Ecotourism. En 1989, Feghali, liban¨¦s de origen holand¨¦s, manejaba un carro de combate de las fuerzas libanesas en plena Guerra Civil, aunque no lleg¨® a pisar el frente. Hoy, paseando bajo los ¨²ltimos cedros, es imposible imagin¨¢rselo armado.
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