El fichaje del general Julio Rodr¨ªguez por Podemos es de campanillas. Por ser quien es ¡ªmilitar liberal respetado, experimentado, de alta jerarqu¨ªa¡ª y porque juega con la sorpresa: he aqu¨ª el partido de perfume radical apelando al cuerpo m¨¢s conspicuo del sistema. Aquel al que en tiempos de la ominosa se supon¨ªa columna vertebral del Estado (dictatorial).
?Es una buena noticia? La respuesta va por fasc¨ªculos. Lo es si, tal como se ha presentado, la operaci¨®n simboliza un nuevo af¨¢n del partido emergente: un af¨¢n neoatlantista, basado, claro, en un pilar europeo de Defensa, en el pragmatismo y en el institucionalismo. Indicar¨ªa que Pablo Iglesias y los suyos se distancian a galope del caudillismo populista. Y que no necesitan alcanzar el Gobierno para toparse con la dura realidad, a diferencia de Alexis Tsipras, cuya tard¨ªa ca¨ªda del caballo ha contusionado gravemente a la ciudadan¨ªa griega.
Si, por el contrario, obedece a una visi¨®n compartimentada, segmentada y corporatista del poder, lo es menos. En democracia el poder es el poder democr¨¢tico. Y del mismo s¨®lo hay tres componentes, separados, que se contrapesan. Los de Montesquieu, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Y no una amalgama de dispersos poderes vicarios exentos de control: militar, judicial, financiero, eclesi¨¢stico¡ Es l¨®gico que un partido coopte gentes significadas de distintos oficios. Pero si ahora este busca un juez (progre), un banquero (aperturista) y un obispo (peronista), mala espina.
Lo m¨¢s flojo del asunto es la ampulosa, empalagosa y engre¨ªda entronizaci¨®n de Julio Rodr¨ªguez por Iglesias como ¡°mi¡± ministro de Defensa.
Peor que eso: es un retroceso, porque una cosa es ir en una lista y otra formar parte de un Gobierno. Desde que Narc¨ªs Serra civiliz¨® al Ej¨¦rcito, la permanencia de civiles en el cargo viene siendo un ¡ªexcelente¡ª signo permanente de la sujeci¨®n de los militares al poder democr¨¢tico. No es preciso cambiar a peor, ni echar por la borda esa conquista de la Transici¨®n. Cuidado con los corporativismos, peligrosos, ineficaces, endog¨¢micos. Urbi et orbe. Ni los grandes titulares de Sanidad han sido m¨¦dicos. Ni los mejores ministros de Exteriores ¡ªcon alguna excepci¨®n¡ª han sido miembros de la carrera diplom¨¢tica. Repasen la lista.
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