15 fotosVolver al punto de partidaTras el retorno forzado de muchos migrantes nigerinos desde Libia, unos buscan la prosperidad mientras otros siguen obstinados a partir nuevamente Niamey - 13 nov 2015 - 11:30CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLa oficina del Colectivo de Repatriados Nigerinos (CORNI) se encuentra en el barrio popular de Bassora, en Niamey. Se trata de la nueva sede de la entidad, m¨¢s barata que la anterior ubicada en una zona m¨¢s c¨¦ntrica de la capital.Oriol PuigEn el peque?o local de CORNI se congregan a menudo los delegados de los distintos barrios que forman parte del colectivo. El espacio austero cuenta con un ordenador proporcionado por la OIM, as¨ª como un par mesas. En la foto, el Presidente, Daouda, y el Vicepresidente, Abdelaziz, esperan a sus compa?eros minutos antes de empezar una reuni¨®n.Oriol PuigLa OIM proporcion¨® ayudas por valor de 320.000 FCFA (1 euros equivale a 656 FCFA) a retornados de todo N¨ªger, unos 2.000 en Niamey, para incentivar proyectos socio-laborales de reinserci¨®n. En ning¨²n caso se distribuy¨® dinero en met¨¢lico, sino materiales que ayudaran a iniciar una actividad econ¨®mica. Moctar fue uno de los beneficiados. Tras recibir una m¨¢quina de coser, m¨¢s tarde pudo alquilar este local donde ahora se gana la vida.Oriol PuigEn estos a?os, Moctar ha avanzado en su prop¨®sito de crear una sastrer¨ªa. Su trabajo es constante y en este tiempo ha logrado comprar dos nuevas m¨¢quinas de coser y ha visto aumentado su negocio con j¨®venes ayudantes que aprenden una de las profesiones m¨¢s recurrentes en N¨ªger, la de costurero.Oriol PuigAlgunos retornados de Libia han alcanzado su meta de crear una empresa en su pa¨ªs. Aunque son minor¨ªa, la foto muestra la cotidianidad de la empresa de ladrillos de Abdou. Tras dos largas estancias en Libia regres¨® en situaci¨®n de total vulnerabilidad como consecuencia de la guerra. Con ayuda de la OIM y la inversi¨®n de su hermano ha podido materializar su sue?o de fundar una factor¨ªa de tochos en la que cuenta con varios empleados puntuales.Oriol PuigLaouli trabaj¨® como electricista en Libia en distintas empresas multinacionales. Tras su vuelta a N¨ªger realiz¨® varios empleos y obtuvo la asistencia de la OIM, aunque en su caso no le supuso ning¨²n cambio. Tuvo que vender los materiales proporcionados para costearse un m¨¦dico. Actualmente intenta salir adelante reparando todo lo que le llega, admitiendo que la situaci¨®n no es f¨¢cil.Oriol PuigUn ayudante de Yssiaka le asiste en el arreglo de un tel¨¦fono m¨®vil. Su jefe pas¨® en Libia diez a?os y durante su migraci¨®n logr¨® poner en marcha distintos proyectos en N¨ªger que finalmente fracasaron. A d¨ªa de hoy s¨®lo uno de ellos funciona, lo que le ayuda a soportar los gastos del peque?o taller, por ahora deficitario, que dispone en el centro de Niamey.Oriol PuigA pesar de tener s¨®lo 26 a?os, Ydrissa residi¨® en Libia dos a?os y regres¨® sin nada. Dej¨® la escuela para mantener a la familia y actualmente sus hermanos y padres dependen de ¨¦l. Se queja de sus condiciones de trabajo, donde cobra un salario muy inferior al de Libia. Recuerda su periodo migratorio con melancol¨ªa y, aunque no rechaza volver a salir de su pa¨ªs, expresa su deseo de encontrar un empleo digno como mec¨¢nico en N¨ªger.Oriol PuigBeber el t¨¦ entre amigos es una de las principales actividades sociales de N¨ªger. Se realiza normalmente en la calle y el ritual reza que deben tomarse tres. El primero es m¨¢s amargo, el segundo m¨¢s dulce y el tercero el m¨¢s edulcorado. Durante su estancia en Libia, las reuniones entre nigerinos para tomar esta bebida eran recurrentes. Entonces recordaban a su tierra de origen, ahora, reunidos en torno al t¨¦, traen a colaci¨®n su vida en el pa¨ªs mediterr¨¢neo.Oriol PuigEn la foto, Irou endulza el t¨¦ a la manera africana. Los amigos de infancia se re¨²nen a diario en el taller de Aminu, en el barrio de Talladje, uno de los distritos de Niamey con mayor n¨²mero de retornados. All¨ª pasan horas hablando, riendo, discutiendo, gritando y bebiendo t¨¦¡ Los retornados son conocidos como los ¡°libios¡± y la mayor parte de los que frecuentan el local tambi¨¦n residieron all¨ª durante a?os.Oriol PuigAminu se fue a Libia ya mayor, empujado por sus amigos que le hablaban de las bondades del pa¨ªs mediterr¨¢neo. A pesar de poseer ya su taller en Niamey, se aventur¨® a cruzar el desierto. Sufri¨®, pero finalmente logr¨® su objetivo de reunirse con sus ¡°hermanos¡±. Tras un par de a?os trabajando como costurero, regres¨® por la guerra. Afortunadamente hoy, el grupo de amigos se ha reencontrado en N¨ªger, sano y a salvo.Oriol PuigEl matrimonio es la principal instituci¨®n de organizaci¨®n social de N¨ªger. Gran parte de los retornados de Libia se cas¨® a su regreso, y otros volvieron expresamente de N¨ªger para hacerlo. En algunos casos, incluso, se procedi¨® a la celebraci¨®n de la boda, mientras el migrante se encontraba fuera. En la foto, se observa el banquete de boda en segundas nupcias de un retornado tras el conflicto. Los hombres esperan la comida, mientras las mujeres festejan a su manera en otro lugar.Oriol PuigAbdelaziz pas¨® nueve a?os en Libia, trabajando como jardinero y guardi¨¢n. A su vuelta le ha costado a?os remontar el vuelo. Vive en una peque?a habitaci¨®n, aunque se pasa buena parte del d¨ªa en la calle, con sus amigos retornados. En los ¨²ltimos tiempos, se dedica al comercio de parcelas y su situaci¨®n econ¨®mica y an¨ªmica mejora d¨ªa a d¨ªa. Se debate entre quedarse en N¨ªger o partir hacia Europa para reunirse con sus compa?eros en Francia o B¨¦lgica.Oriol PuigLa posibilidad de regresar a Libia sobrevuela la cabeza de muchos retornados, que contemplan la manera de culminar lo que empezaron. Djibril tiene una familia, una mujer y dos hijos peque?os. Actualmente no trabaja, pero sigue confiado en conseguir financiaci¨®n para abrir una tintorer¨ªa en Niamey. En la foto, habla con su ex jefe de Libia que intenta convencerle para que regrese. ?l le escucha y asiente, sin rechazar del todo su oferta.Oriol PuigLa huellas en el desierto marcan las historias de vida de un colectivo de migrantes desbancado de su sue?o. La arena parece borrarlo todo, pero en este caso, se?ala un camino de ida y de vuelta y viceversa que nadie sabe ni c¨®mo ni d¨®nde acabar¨¢ llevando.Oriol Puig