El breve silencio impuesto a un joven y bullicioso barrio
La ciudad recobra poco a poco a su ritmo desafiando al miedo sembrado por el terror
Los terroristas que en Par¨ªs sembraron la muerte la noche del viernes hab¨ªan elegido minuciosamente sus objetivos. As¨ª lo asegur¨® el ISIS en el comunicado que reivindicaba los atentados. En enero, las dianas eran evidentes: una revista sat¨ªrica irreverente y un supermercado de comida jud¨ªa. La relaci¨®n con el fundamentalismo de los radicales islamistas era n¨ªtida. ?Qu¨¦ tienen que ver la sala de fiestas Bataclan o el estadio de Francia con esta guerra?
El ISIS ha calificado de ¡°cruzados¡± a los que se enfrentaban en el partido de f¨²tbol (amistoso), y sobre Bataclan, que ah¨ª se concentran ¡°ap¨®statas¡± en un ¡°concierto amoral y de desenfreno¡±. El ocio, la libertad, la alegr¨ªa de vivir y ese savoir faire de la sociedad francesa en el punto de mira. La zona c¨¦ntrica m¨¢s castigada, entre los distritos 10 y 11, es hoy una zona de moda, construida sobre un viejo barrio deprimido y popular. Es el Chueca de Par¨ªs. Es la Barcelona c¨¢lida y festiva. Los fines de semana sus restaurantes y bares est¨¢n repletos. Hay un bullicio joven y bohemio. Los vetustos comercios se mantienen casi intactos. Ahora son apreciados por su estilo vintage.
¡°Con solo disparar a lo largo del canal Saint-Martin hubieran producido una carnicer¨ªa a¨²n mayor¡±, comenta un polic¨ªa que hace guardia frente a Le Carillon, en cuya terraza dejaron la vida 15 personas. El s¨¢bado, la acera estaba a¨²n manchada de sangre. Ayer la ocultaban las velas y las flores que los ciudadanos depositan para recordar a las v¨ªctimas. Lo mismo ha ocurrido en Bataclan, en La Belle ?quipe, en La Bonne Bi¨¨re, en Le Petit Cambodge...
Los ataques terroristas, dicen los pol¨ªticos, pretenden amenazar un modo de vida. La gran concentraci¨®n de personas, adem¨¢s, les reporta la repercusi¨®n perseguida. Pero a las pocas horas de los ataques las terrazas de Par¨ªs estaban abiertas y casi repletas de nuevo. Ayer por la tarde, desafiando la prohibici¨®n de manifestarse, miles de personas se concentraban en torno a las zonas atacadas. No es tan f¨¢cil amedrentar a esta ciudad.
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