V¨®teme, soy muy rico: un millonario alcanza la presidencia de Argentina
Una de las suspicacias que levanta Mauricio Macri es su condici¨®n de acaudalado. ?Puede el dinero llevar al sentido com¨²n?
"El eslogan de Donald Trump, si su campa?a fuese tan honesta y sincera como ¨¦l pretende¡±, escribi¨® hace unos d¨ªas la columnista de Politico.com Annie Karnie, ¡°deber¨ªa ser algo tan sencillo como: ¡®V¨®teme, soy muy rico¡±. La del multimillonario neoyorquino y candidato en la primarias del Partido Republicano es, seg¨²n ha escrito en peoplesworld.org el periodista y acad¨¦mico Sam Pizzigati, ¡°la campa?a m¨¢s desvergonzadamente plutocr¨¢tica que ha conocido EE UU en el ¨²ltimo siglo: su principal y casi ¨²nico argumento es que merece el voto de sus conciudadanos porque tiene much¨ªsimo dinero y eso le convierte en una especie de ser superior¡±.
El debate es antiguo y tiende a polarizar a la opini¨®n p¨²blica. En un extremo se sit¨²an los darwinistas sociales, en la estela de John D. Rockefeller, que creen que la riqueza es s¨ªntoma de virtud y que son los virtuosos (Plat¨®n estar¨ªa de acuerdo) los que deben gobernar el mundo; en el otro, los que, como Honor¨¦ de Balzac, piensan que detr¨¢s de toda gran fortuna hay un crimen. Argentina, en parte debido a la profunda impronta del peronismo, siempre hab¨ªa sido m¨¢s de Balzac que de Rockefeller. Sin embargo, Mauricio Macri, un multimillonario que nunca ha pedido perd¨®n por serlo, ha ganado las elecciones y es el nuevo presidente de Argentina.
Un hombre que hac¨ªa campa?a por Macri en los barrios m¨¢s deprimidos de Buenos Aires me dec¨ªa que el argumento que m¨¢s le compran es que, al ser inmensamente rico, Macri no tendr¨¢ necesidad de robar y ser¨¢ menos corrupto¡±
Seg¨²n Carlos Cu¨¦, corresponsal de EL PA?S en Buenos Aires, ¡°la gran novedad es que consigui¨® romper ese 30% del voto nacional que hasta ahora se consideraba su techo: no parec¨ªa posible que el hijo del hombre m¨¢s rico del pa¨ªs obtuviese un apoyo semejante¡±. Su rival, el candidato oficialista Daniel Scioli, tal y como matiza Cu¨¦, tambi¨¦n es un hombre muy rico, ¡°pero se le percibe m¨¢s bien como una especie de figura medi¨¢tica, un deportista metido en pol¨ªtica. Macri s¨ª suele exhibir como uno de sus principales activos haber demostrado que es un buen gestor empresarial y deportivo, como presidente que fue de Boca Juniors¡±.
?Puede Macri considerarse el Trump argentino? ?Acaso una especie de Internacional Plutocr¨¢tica, integrada por hombres muy ricos que aspiran a dirigir el destino de sus pa¨ªses, se est¨¢ consolidando en Am¨¦rica y en el mundo, siguiendo ejemplos recientes como los del chileno Sebasti¨¢n Pi?era (con un patrimonio de m¨¢s de 2.500 millones de d¨®lares seg¨²n la lista Forbes) o el mexicano Vicente Fox, que antes de dedicarse a la pol¨ªtica hab¨ªa presidido la divisi¨®n latinoamericana de Coca-Cola? El paralelismo puede resultar tentador, pero Cu¨¦ ve importantes matices: ¡°Macri no es un turista de la pol¨ªtica, como Trump. Se dedica a la funci¨®n p¨²blica desde hace muchos a?os y ha sido jefe de gobierno de la Capital Federal desde 2007. Todo este tiempo le ha servido para ir sacudi¨¦ndose de manera progresiva la imagen de millonario que quiere hacer pol¨ªtica casi por capricho, aunque est¨¢ claro que su dinero y su imagen siguen generando rechazo en las zonas m¨¢s humildes del Gran Buenos Aires¡±.
Otros empresarios de ¨¦xito o herederos de grandes fortunas han sentido antes la tentaci¨®n de convertir su dinero en trampol¨ªn privilegiado hacia el poder pol¨ªtico. Destacan los casos del magnate italiano de la comunicaci¨®n Silvio Berlusconi, el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, el opositor ruso Mijail Proj¨®rov, el ex primer ministro liban¨¦s Najib Mikati, el lord brit¨¢nico David Sainsbury, el actual presidente ucranio Piotr Poroshenko, la directora general de eBay y candidata a gobernadora de California Meg Whitman o el ex primer ministro tailand¨¦s Thaksin Shinawatra. EE UU presenta incluso clanes de multimillonarios convertidos en cargos p¨²blicos, como los Kennedy, los Bush o los Romney, padre e hijo.
En Espa?a, Amancio Ortega, que el pasado 24 de octubre se convirti¨®, seg¨²n Forbes y s¨®lo por unas horas, en el hombre m¨¢s rico del mundo, no ha mostrado hasta la fecha veleidades pol¨ªticas, as¨ª que los intentos m¨¢s sonados siguen siendo los protagonizados por Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Mateos, Mario Conde y, sobre todo, Jes¨²s Gil, que durante a?os fue alcalde de Marbella y l¨ªder del Grupo Independiente Liberal.
Por supuesto que no todos los empresarios de ¨¦xito van a gestionar las cuentas p¨²blicas mejor que los pol¨ªticos profesionales. Eso ser¨ªa una pretensi¨®n ingenua"
¡°?Qu¨¦ ventajas tiene que un multimillonario se meta en pol¨ªtica?¡±, se pregunta el activista y te¨®rico David Garc¨ªa Aristegui, autor del ensayo ?Por qu¨¦ Marx no habl¨® de copyright? (Enclave de Libros). ¡°Ahora mismo no se me ocurre ninguna, y s¨ª en cambio m¨²ltiples inconvenientes. Los grandes empresarios y la gente muy rica en general est¨¢n acostumbrados al ordeno y mando, su ¨¢mbito natural es ese ¨²ltimo reducto del fascismo en las sociedades libres que son las grandes empresas¡±. En opini¨®n de Garc¨ªa Aristegui, los que insisten en que una democracia moderna puede gestionarse como una empresa son ¡°populistas en sentido estricto: pretenden hacernos creer, porque les conviene, que existen soluciones muy simples para problemas muy complejos¡±. Para el activista, ¡°ese tipo de populismo no es patrimonio de la derecha ultraliberal: Lenin dec¨ªa que su objetivo era crear un tipo de estado tan sencillo que pudiese gestionarlo una portera, y hoy sabemos que eliminar cualquier tipo de disidencia era una de sus recetas para simplificar el estado¡±.
Carlos Cu¨¦ tambi¨¦n rechaza la idea de que un pa¨ªs pueda gobernarse con criterios de estricta ortodoxia empresarial. ¡°Para empezar, un empresario no tiene una oposici¨®n que pueda aspirar a sustituirle, no gobierna con la mitad de la empresa abiertamente en contra y no tiene que hacer un ejercicio permanente de persuasi¨®n, diplomacia y negociaci¨®n¡±.
El economista Josep Maria Gay de Li¨¦bana introduce un matiz: ¡°Por supuesto que no todos los empresarios de ¨¦xito van a gestionar las cuentas p¨²blicas mejor que los pol¨ªticos profesionales. Eso ser¨ªa una pretensi¨®n ingenua. Pero, ?una persona cuyo gran m¨¦rito es prosperar en la estructura opaca y muchas veces corrupta de un partido va a ser siempre mejor gestor que alguien del mundo real que conoce sus problemas?¡±.
Seg¨²n Garc¨ªa Aristegui, ¡°lo que hay que exigirle a un pol¨ªtico es honradez, capacidad y, sobre todo, una ideolog¨ªa, porque pretender que se puede ser neutral cuando lo que se ventila aqu¨ª es la lucha de clases es un insulto a la inteligencia¡±. En lo que s¨ª est¨¢ de acuerdo con Gay de Li¨¦bana es en su valoraci¨®n negativa de las estructuras y din¨¢micas internas de los partidos pol¨ªticos: ¡°Las mentes m¨¢s l¨²cidas del PP y del PSOE, que las hay, ya se han dado cuenta de que tienen un serio problema de relevo generacional, porque las juventudes de los partidos son escuelas de corruptos y de mediocres. Pero la ¨²nica soluci¨®n que se les ocurre de momento es captar independientes como si se tratase de fichajes medi¨¢ticos. Eso ha dado hasta ahora en Espa?a resultados m¨¢s bien desastrosos, basta con recordar el caso de Baltasar Garz¨®n. Habr¨¢ que ver qu¨¦ pasa con Manuela Carmena o Irene Lozano¡±.
Carlos Cu¨¦ apunta a otra supuesta ventaja de empresarios y multimillonarios sobre los pol¨ªticos tradicionales: ¡°Un hombre que hac¨ªa campa?a por Macri en los barrios m¨¢s deprimidos de Buenos Aires me dec¨ªa que el argumento que m¨¢s le compran es que, al ser inmensamente rico, Macri no tendr¨¢ necesidad de robar y ser¨¢ menos corrupto¡±. Cu¨¦ acoge el argumento con escepticismo: ¡°Ojal¨¢ fuese cierto, pero la realidad nos demuestra que el dinero es muy adictivo y que una parte al menos de los magnates metidos en pol¨ªtica se ha corrompido tanto o m¨¢s que nadie¡±.
Para Garc¨ªa Aristegui, ¡°ese es uno de los argumentos m¨¢s endebles y rid¨ªculos a favor del gobierno de los ricos¡±. Y remata citando a Sam Pizzigati y su libro Los ricos no siempre ganan (Capit¨¢n Swing), un estudio de c¨®mo EE UU se convirti¨® en una sociedad m¨¢s igualitaria que nunca a mediados del siglo XX, antes de adoptar de nuevo pol¨ªticas que benefician a la ¨¦lite econ¨®mica en detrimento del resto: ¡°El ant¨ªdoto contra la plutocracia son impuestos altos y sindicatos fuertes¡±. A partir de ah¨ª, a?ade Aristegui, ¡°que se meta en pol¨ªtica quien quiera¡±.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.