Secci¨®n pol¨ªtica
En los ¨²ltimos meses, demasiados deportistas han protagonizado las p¨¢ginas de sucesos sin provocar alarma social
El caso de la senadora atleta Marta Dom¨ªnguez, implicada en un caso de dopaje y tr¨¢fico de sustancias ilegales, ofrece la posibilidad de aclarar un concepto. No es la pol¨ªtica la que transforma en corruptos a personas honradas, sino que son ciertas personas corruptas las que se sienten atra¨ªdas por la pol¨ªtica, quiz¨¢ porque lo consideran un terreno fruct¨ªfero para sus inclinaciones. La mayor¨ªa de las veces, los pol¨ªticos corruptos provienen del negocio privado, el arribismo y una sucia particularidad, y no se han visto tentados al aproximarse a la caja p¨²blica, sino que ya tra¨ªan de casa un af¨¢n de sisa. Es muy importante fijar ese dato, porque as¨ª seremos m¨¢s justos a la hora de enjuiciar la tarea pol¨ªtica y dejaremos de abusar de esa da?ina percepci¨®n de que todos ellos son iguales. La pol¨ªtica se convierte entonces, para algunos, en una oportunidad, el camino m¨¢s corto hacia el tesoro y tambi¨¦n un parapeto, porque el partido y el voto es un amparo con el que un civil no cuenta, salvo la defensa por parte de su madre o un vecino con el que fue habitualmente amable.
En los ¨²ltimos meses, demasiados deportistas han protagonizado las p¨¢ginas de sucesos sin provocar alarma social. Patadas en carrera, participaci¨®n en extorsiones, tr¨¢fico de drogas, enga?o tributario; cuando un magma delincuencial as¨ª se concentra en el ¨¢mbito pol¨ªtico, llega la encuesta del CIS y le dice a los espa?oles que les preocupa m¨¢s la corrupci¨®n de los gobernantes que el paro y el terrorismo. Si no fuera un estamento muy protegido, mimado por los medios de comunicaci¨®n que exprimen su esencia de espect¨¢culo y catarsis, los esc¨¢ndalos de la FIFA, la compra de designaciones ol¨ªmpicas y mundialistas o el impulso al dopaje en el atletismo ruso habr¨ªan generado una revisi¨®n generalizada del estado del deporte profesional. Pero como adem¨¢s persiste una identificaci¨®n de negocio deportivo y patria, nadie quiere arrancar la investigaci¨®n desde el ojo propio, porque prefiere un pa¨ªs ciego pero contento y apasionado que esa otra cosa frustrante y deprimente llamada verdad.
Nunca vamos a lograr que la corrupci¨®n deje de ser una presencia amenazante en los alrededores de la actividad pol¨ªtica. El erario p¨²blico es una caja d¨¦bil demasiado golosa para los afanadores. Por eso es importante que no nos enga?emos pensando que son las actividades pol¨ªticas o las zonas de sombra de la democracia las que propician esta corrupci¨®n. No, se trata tan solo de una prolongaci¨®n de los ¨¢mbitos privados, de un modo de actuar en sociedad que solo afeamos cuando salta a los titulares de la secci¨®n de pol¨ªtica.
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