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Las artesanas del Cauca

Ellas siempre ganan. Se trataba de tejer en com��n desarrollo humano y econ��mico, autoestima y ciudadan��a; de romper barreras ��tnicas y compartir culturas y problemas; de poner un espejo de mujer ind��gena a mujer ind��gena. Hoy el proyecto EnRedArte vende sus creaciones hasta en ferias internacionales

Lola Huete Machado

Lola Huete Machado

Colombia - 15 dic 2015 - 16:07CET

Luz Adriana Trochez, de 33 a?os, es la presidenta de EnRedArte en sus cinco municipios y grupos participantes. "Las mujeres mestizas de Caldono se llaman Filigranas, Bordando Caminos; nosotras, nasa, aqu�� de Jambal��, somos SexDxi, Camino al Sol; Manos Silvianas es el grupo mixto de Silvia de mestizas, nasas y misak; Wakat Kiwe Nasa son las de Torib��o y Kumbiaxca, las de Corinto, tambi��n nasas". Cuando la red convoca reuni��n, Adriana se acerca hasta La Casa del Agua, en Silvia, a trav��s de una carretera endemoniada. Con una fuerza y un inter��s destacable ella resume los problemas que les preocupa a todas estas mujeres de la zona: la equidad de g��nero, los asuntos de planificaci��n familiar, el futuro y el acceso a la educaci��n de los hijos y la violencia. De comunidades muy castigadas y muy dispersas por el territorio, ellas tienen aqu�� una carga de trabajo inmensa en los campos y un rol dificil. — Luz Adriana Trochez, de 33 a?os, es la presidenta de EnRedArte en sus cinco municipios y grupos participantes. "Las mujeres mestizas de Caldono se llaman Filigranas, Bordando Caminos; nosotras, nasa, aqu�� de Jambal��, somos SexDxi, Camino al Sol; Manos Silvianas es el grupo mixto de Silvia de mestizas, nasas y misak; Wakat Kiwe Nasa son las de Torib��o y Kumbiaxca, las de Corinto, tambi��n nasas". Cuando la red convoca reuni��n, Adriana se acerca hasta La Casa del Agua, en Silvia, a trav��s de una carretera endemoniada. Con una fuerza y un inter��s destacable ella resume los problemas que les preocupa a todas estas mujeres de la zona: la equidad de g��nero, los asuntos de planificaci��n familiar, el futuro y el acceso a la educaci��n de los hijos y la violencia. De comunidades muy castigadas y muy dispersas por el territorio, ellas tienen aqu�� una carga de trabajo inmensa en los campos y un rol dificil.Gabriel Pecot

Irmacelina Quebrada, 52 a?os, cinco hijos. Uno, el mayor, muerto, cuenta. "Se uni�� a la guerrilla, con 18 a?os, se fue por una chica, muri�� en un combate". Tres a?os hace. "Yo cog�� este camino con estas se?oras y me ha ido bien. Me gusta coser, la paso bien. A mi marido le hice muestras del trabajo y ��l ya hace parte". Muchas mujeres mayores son artesanas excelentes. Hasta ahora su ��nico camino era vender sus creaciones a intermediarios que se quedaban con la mayor��a del beneficio. Con este proyecto ya no es as��: el 70% es para ellas. "Se tardan unos cinco d��as en terminar una mochila", cuenta. — Irmacelina Quebrada, 52 a?os, cinco hijos. Uno, el mayor, muerto, cuenta. "Se uni�� a la guerrilla, con 18 a?os, se fue por una chica, muri�� en un combate". Tres a?os hace. "Yo cog�� este camino con estas se?oras y me ha ido bien. Me gusta coser, la paso bien. A mi marido le hice muestras del trabajo y ��l ya hace parte". Muchas mujeres mayores son artesanas excelentes. Hasta ahora su ��nico camino era vender sus creaciones a intermediarios que se quedaban con la mayor��a del beneficio. Con este proyecto ya no es as��: el 70% es para ellas. "Se tardan unos cinco d��as en terminar una mochila", cuenta.Gabriel Pecot

Los ind��genas misak viven fundamentalmente de la agricultura. La falta de tierras es un tema recurrente que ellos reivindican. Ana Julia Cuchillo, de 54 a?os y tres hijos, vive en la Vereda de Juanambo y baja al mercado de Silvia cada martes donde est�� fotografiada. Tambi��n pertenece a la red de tejedoras de Manos Silvianas y con ese ingreso aporta a la econom��a familiar. "Si hay ventas regulares esta actividad les permite a las mujeres ingresar como dos salarios m��nimos del lugar, es decir m��s de un mill��n de pesos, unos 400 euros", cuentan en Codespa. Eso s��, cada mes ellas se comprometen a entregar un n��mero de creaciones concreto: cinco tiene ella ya apalabrados para este mes de diciembre. — Los ind��genas misak viven fundamentalmente de la agricultura. La falta de tierras es un tema recurrente que ellos reivindican. Ana Julia Cuchillo, de 54 a?os y tres hijos, vive en la Vereda de Juanambo y baja al mercado de Silvia cada martes donde est�� fotografiada. Tambi��n pertenece a la red de tejedoras de Manos Silvianas y con ese ingreso aporta a la econom��a familiar. "Si hay ventas regulares esta actividad les permite a las mujeres ingresar como dos salarios m��nimos del lugar, es decir m��s de un mill��n de pesos, unos 400 euros", cuentan en Codespa. Eso s��, cada mes ellas se comprometen a entregar un n��mero de creaciones concreto: cinco tiene ella ya apalabrados para este mes de diciembre.Gabriel Pecot

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