Aprendiendo de Frank Gehry
FOTO: Jos¨¦ Hevia
En los a?os setenta, cuando Frank Gehry reuni¨® el valor para convertirse en un arquitecto con aspiraciones art¨ªsticas -y el dinero para comprar y arreglar una casa en Santa M¨®nica con la que hacerlo- el autor del Guggenheim de Bilbao no pens¨® que la malla de gallinero fuera un material ef¨ªmero. La emple¨® porque era barata. Y le gust¨® porque a los artistas como ¨¦l hac¨ªa a?os que ven¨ªa interes¨¢ndoles todo lo que se vende en las ferreter¨ªas.
Hoy esa malla met¨¢lica es un material socorrido en la mayor¨ªa de sus usos y po¨¦tico cuando se emplea en la gran arquitectura. Adem¨¢s de minimizar el per¨ªmetro de los edificios (o de disolverlo) sirve para sombrear o para contener materiales pesados (Miralles y Pin¨®s la emplearon en el Cementerio de Igualada y Herzog & de Meuron en su bodega en California). As¨ª, la malla puede actuar de muchas maneras y, sin embargo, sigue siendo barata. Por eso los arquitectos del estudio barcelon¨¦s Peris y Toral la han empleado para el edificio temporal que han levantado en la plaza de las Glorias de Barcelona. El resultado ha sido tan brillante que el punto de informaci¨®n -que tiene zona de exposici¨®n y una tienda de alquiler de bicicletas- se lo ha puesto dif¨ªcil al futuro edificio definitivo que deber¨¢ sustituirlo. ?Para cu¨¢ndo convertir lo temporal en permanentemente renovable?
Asentado en la encrucijada que atraviesa la plaza, el nuevo pabell¨®n de informaci¨®n apuesta por la horizontalidad frente a la gran escala de los edificios que lo rodean. Eso lo distingue del entorno. Sin embargo, cuesta ver la fachada. Es la malla met¨¢lica la que juega visualmente con el per¨ªmetro del edificio envolvi¨¦ndolo, o desnud¨¢ndolo, seg¨²n la iluminaci¨®n.
Adem¨¢s de ser provisional, o precisamente por eso, el pabell¨®n tiene el valor de ser desmontable y reutilizable. Eso hace que constituya una lecci¨®n de ingenio. Est¨¢ construido a partir de un andamio que, adem¨¢s de comunicar el uso temporal, act¨²a como estructura soportando las tres envolventes del inmueble. La primera, transl¨²cida e impermeable, es de policarbonato. Por encima de esta, otra malla de sombreo filtra la radiaci¨®n solar. Dando la cara, finalmente, la misma malla met¨¢lica que emple¨® Frank Gehry en su vivienda de Santa M¨®nica cierra el edificio. Lo curioso de esta suma de pieles es que en lugar de pesar aligera visualmente el edificio. Tambi¨¦n lo hace una red de seguridad de obra, sobre la que est¨¢n suspendidas las bolas que contienen el logotipo del centro de informaci¨®n. En el interior, una estructura prefabricada de caseta de obra recorta espacios para facilitar su mantenimiento como despachos. Adem¨¢s de evocar al Gehry m¨¢s osado, este pabell¨®n que cambia de d¨ªa y de noche, recuerda que el ingenio, y el conocimiento de los materiales, est¨¢n detr¨¢s de los mayores logros arquitect¨®nicos.
Precio por metro cuadrado seg¨²n arquitectos: 562 euros.
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