Habla el hombre que ha convertido una iglesia en una psicod¨¦lica pista de 'skate'
La impactante obra, en Asturias, ha sido alabada por muchos, pero otros se oponen: ¡°Me parece totalmente irrespetuosa"
?scar San Miguel no es una persona religiosa. Pero la primera vez que entr¨® en la iglesia de Santa B¨¢rbara de Llanera (Asturias) se conmovi¨®. Alz¨® la vista y vio la b¨®veda de estilo barroco, solemne; mir¨® al frente y le ceg¨® la luz que entraba por los se?oriales ventanales. ?scar se dispon¨ªa a pasar siete d¨ªas (12 horas diarias) encerrado en aquella iglesia, transform¨¢ndola completamente, cubri¨¦ndola de figuras psicod¨¦licas evocadoras m¨¢s de un concierto de Jimi Hendrix en los setenta que de una liturgia religiosa. Con el trabajo acabado lleg¨® el revuelo. Uno de los foros de debate fue el muro de Facebook de ICON. M¨¢s de 700 mensajes. Muchos de ellos alabando el proyecto. ¡°Todas las iglesias deber¨ªan ser as¨ª, co?o, para que sirvan para algo¡±, dice uno de los cientos que aplauden la idea. ¡°Maravilloso¡±, afirma otro. ¡°Me parece totalmente irrespetuoso. ?Por qu¨¦ no hac¨¦is las pinturas en casa de vuestros padres?¡±, se?alan los que est¨¢n en contra. ¡°A ver si la pr¨®xima se hace en una mezquita. Estar¨ªa guay. A que s¨ª¡¡±, reta otro.
Okuda, nombre art¨ªstico de ?scar San Miguel (1980, Santander), no imaginaba que su trabajo ser¨ªa tan controvertido. ¡°He tratado con mucho respeto el lugar y todo est¨¢ hecho de coraz¨®n. No creo que sea una falta de consideraci¨®n hacia los creyentes, porque no tiene ning¨²n componente ofensivo para la religi¨®n¡±, asegura a ICON.
Hace ya muchos a?os que los feligreses no se acercan a rezar a la iglesia de Santa B¨¢rbara. Nada queda all¨ª de confesiones, de salmos, de comuni¨®n. Despu¨¦s de d¨¦cadas en desuso, en 2007 el colectivo Church Brigade compr¨® la capilla con la idea de restaurarla, y convertirla en un espacio multiusos (como, por ejemplo, espacio para practicar el skate) que ellos mismos gestionan. Un lugar desacralizado pero con la misma majestuosidad de anta?o, que pudiera acoger bajo su techo a quienes deseasen respetar lo que otrora hab¨ªa sido un lugar de recogimiento y oraci¨®n.
He tratado con mucho respeto el lugar y todo est¨¢ hecho de coraz¨®n. No creo que sea una falta de consideraci¨®n hacia los creyentes, porque no tiene ning¨²n componente ofensivo para la religi¨®n¡±, afirma Okuda, el autor
Okuda hab¨ªa plasmado su personalidad y su arte en infinidad de muros repartidos por todo el mundo, pero la posibilidad de hacerlo en las paredes del templo removi¨® su interior y se le instal¨® dentro. Quer¨ªa hacerlo, ten¨ªa que hacerlo, y para conseguirlo estaba dispuesto a pelear lo que fuese necesario. La soluci¨®n lleg¨® una vez m¨¢s de la mano del crowdfunding (muchos mecenas aportando peque?as cantidades) que inici¨® junto a Church Brigade, apoyado por marcas como Red Bull, Socketines o Montana Colors. El m¨¦todo de financiaci¨®n que est¨¢ cambiando el panorama cultural de este siglo abr¨ªa en esta ocasi¨®n las puertas del Kaos Temple.
Lo suyo con la iglesia de Santa B¨¢rbara fue amor a primera vista. Al ver una foto en el Facebook de un amigo no pudo evitar preguntarse d¨®nde se encontraba esa maravilla. ¡°Me impact¨® la simetr¨ªa perfecta entre las rampas de abajo y la b¨®veda de arriba¡±, explica. En ese momento tuvo la corazonada de que esta iglesia iba a ser una pieza clave en su carrera. Su Capilla Sixtina personal. Y no se equivocaba. Siente debilidad por la uni¨®n entre lo cl¨¢sico y lo moderno, y aqu¨ª ha logrado una comuni¨®n perfecta de ambos mundos. ¡°Era muy importante para m¨ª llevar mi pintura a las paredes, y las c¨²pulas de la iglesia¡±, reconoce.
Al entrar en la capilla nos damos de lleno con las referencias geom¨¦tricas y de estampados, que aparecen representados en la parte del altar. Mientras, los techos abovedados forman un c¨ªrculo casi perfecto con las rampas de skate, y consiguen envolver y simbolizar un paseo por toda la obra de ?scar San Miguel. ¡°Es como entrar en mis sue?os. Est¨¢ toda mi iconograf¨ªa representada e interconectada: Animales, formas org¨¢nicas, humanas, las estrellas del caos¡¡±, cuenta. Al tratarse de un lugar que en su d¨ªa fue sagrado, su idea inicial era plasmar su parte m¨¢s abstracta. Sin embargo, cuando lleg¨® el momento de la verdad, absorbido por el espacio, decidi¨® incluir toda su iconograf¨ªa. "Fue un proceso muy r¨¢pido y natural, en el que las paredes iban dict¨¢ndome lo que ten¨ªa que representar en cada rinc¨®n", se?ala.
Okuda abandon¨® su Santander natal hace m¨¢s de una d¨¦cada, y con todo el futuro por delante se traslad¨® a Madrid para empezar la carrera de Bellas Artes. Los estudios se convirtieron en la excusa perfecta para afincarse en la capital, con la esperanza de labrarse un nombre dentro del dif¨ªcil mundo del arte callejero (street art). Muchas de sus influencias las encontr¨® a ra¨ªz de su formaci¨®n acad¨¦mica. En esa ¨¦poca descubri¨® a su m¨¢ximo referente art¨ªstico, el pintor holand¨¦s El Bosco. ¡°Es un aut¨¦ntico dios, fue un adelantado a su tiempo. Su trabajo me alucina¡±, reconoce. Adem¨¢s, siente devoci¨®n por el surrealismo, y sigue muy de cerca las obras de artistas contempor¨¢neos como Mars-1, Kris Kuksi, Os Gemeos o Interesni Kazki.
Desde que hizo de su pasi¨®n su profesi¨®n lleva unos a?os fren¨¦ticos, en los que est¨¢ recorriendo el planeta sin tregua, llegando a vivir casi como un n¨®mada, sin pasar m¨¢s de una semana seguida en casa. Cada viaje lo aprovecha para empaparse de la historia y las costumbres de los distintos lugares, y de la est¨¦tica y las im¨¢genes de todas las religiones que va descubriendo. La magia que desprenden culturas como la africana, la india o la mexicana ha inspirado gran parte de su obra. ¡°Hay una retroalimentaci¨®n entre esas culturas y lo que yo hago. Lo que he pintado tiene mucho que ver con la religi¨®n hinduista y la espiritualidad de los animales¡±, explica.
Quiz¨¢s ese ir y venir por el ancho mundo haya sido para Okuda como una revelaci¨®n. Si quer¨ªa que su trabajo traspasara todas las fronteras, y llegase a cualquier ser humano que pudiese apreciarlo, necesitaba algo m¨¢s. Fue entonces cuando el peque?o icono de una c¨¢mara fotogr¨¢fica se ilumin¨® en su tel¨¦fono, y all¨ª estaba Instagram. Desde que Okuda empez¨® a usar Instagram como si de un diario de trabajo se tratara, pas¨® de tener 5.000 a la nada desde?able cifra de 45.000 seguidores en pocos meses. ¡°Es importante trabajar y mostrar que est¨¢s muy vivo¡±, apunta.
Cuando se le plantea la hipot¨¦tica posibilidad de pintar el despacho de Mariano Rajoy o de Pablo Iglesias, no se esconde: ¡°El de Rajoy seguro que no. Estoy en un momento en que me puedo permitir no hacer algo si no estoy c¨®modo. El de Pablo Iglesias no lo s¨¦...¡±. Cuando trabaja con marcas se mantiene firme. ¡°Busco libertad absoluta y cero invasi¨®n en el tema del logo, y si no es as¨ª no lo hago¡±, manifiesta. Deja claro que no todo vale, pero no se cierra a nada de antemano. Todo monumento o construcci¨®n es susceptible de convertirse en lienzo y de fundirse con los colores vivos de su pintura. ¡°Me encantar¨ªa hacer algo en alg¨²n monumento sovi¨¦tico abandonado. Son como cementadas enormes que contrastar¨ªan muy bien con mi iconograf¨ªa¡±, confiesa cuando se le pregunta por lugares en los que le gustar¨ªa dejar su huella. ?Y el reto de la mezquita? "Si se diesen las circunstancias adecuadas y tambi¨¦n se encontrase en desuso, no tendr¨ªa inconveniente alguno en hacerlo", afirma.
El d¨ªa de la presentaci¨®n de la obra de Okuda en la iglesia de Santa B¨¢rbara de Llanera dos hombres mayores contrastaban con la mayor¨ªa de los visitantes, j¨®venes deseando practicar skate. Pero la historia de estas dos personas capitaliz¨® la presentaci¨®n. Hace muchos a?os, durante la Guerra Civil, hab¨ªan sido monaguillos de la iglesia de Santa B¨¢rbara. Al ver c¨®mo hab¨ªa quedado aquel recuerdo de su ni?ez, se emocionaron y agradecieron al artista su trabajo. Despu¨¦s de tant¨ªsimos a?os abandonada y olvidada, la iglesia de Llanera volv¨ªa a cobrar vida. Y brillaba...
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