Dos sucesos
M¨¢s all¨¢ del debate sobre el control de armas, EE UU tendr¨ªa que plantearse una reflexi¨®n sobre la soledad y el rencor
Dos sucesos de curiosa similitud terminaron por desencadenar reacciones opuestas. Conviene detenerse a analizar el efecto, porque tiene mucho que ver con la percepci¨®n ciudadana y la versi¨®n narrativa de los medios de comunicaci¨®n. Un hombre asesin¨® a tres profesionales en una cl¨ªnica de planificaci¨®n familiar en Colorado Springs, en lo que se consider¨® un ataque m¨¢s contra la ley del aborto, asunto que calienta campa?as electorales y se pervierte en los discursos m¨¢s radicales. Unos d¨ªas despu¨¦s, un matrimonio musulm¨¢n regresaba a la fiesta de Navidad en su empresa y asesinaba a tiros a 14 compa?eros en la localidad californiana de San Bernardino. Seg¨²n las investigaciones, la pareja se hab¨ªa radicalizado en los ¨²ltimos a?os y pose¨ªa en su hogar un arsenal de proporciones considerables que hab¨ªa costeado con un cr¨¦dito bancario y la ayuda de un vecino.
Lejos de agilizar los tr¨¢mites para tratar de racionalizar la venta de armas en un pa¨ªs que vive desde hace a?os una desbocada proporci¨®n de cr¨ªmenes dom¨¦sticos, el tratamiento de ambos asuntos fue muy distinto. El tiroteo en la cl¨ªnica se trat¨® como la obra de un lobo solitario, probablemente perturbado. Pero la segunda matanza pod¨ªa asimilarse con el terrorismo islamista y le sirvi¨® al precandidato republicano Donald Trump para soltar otra de sus soflamas populistas de ¨¦xito, proponiendo la expulsi¨®n de los musulmanes del pa¨ªs, como si tal cosa pudiera realizarse con una batida de su flequillo. La ignorancia nunca ha restado votos en la campa?a electoral, pero cuando sumerge al pa¨ªs en un conflicto internacional deber¨ªa disparar las alarmas y hacer pensar sobre lo barato que sale animar las primarias de los partidos desde la irracionalidad y la peor vertiente de la pol¨ªtica espect¨¢culo. Trump es muy posible que quede en un suspiro olvidado, pero como antes otros espont¨¢neos radicales, condiciona el discurso de la derecha moderada.
Lo curioso es c¨®mo la actuaci¨®n de los perturbados no merece igual trato. El origen de la violencia en ambos casos tiene relaci¨®n con los valores fundamentalistas que en personas marginadas alimentan un encono visceral, pero solo una de ellas se vende como amenaza real para la convivencia. M¨¢s all¨¢ incluso del debate sobre el control de armas, EE?UU tendr¨ªa que plantearse una reflexi¨®n sobre la soledad, el rencor y la mala atenci¨®n psicol¨®gica que reciben sus ciudadanos. Aislados y radicalizados, el acceso a las armas es solo un escal¨®n m¨¢s en el fracaso convivencial. Las conclusiones pol¨ªticas han sido todas equivocadas, y por eso el crimen se repetir¨¢ de manera tan constante como viene sucediendo en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.