Lo urgente es reformar la pol¨ªtica
Es el legislador democr¨¢tico, no el capitalismo, quien permite los abusos empresariales
Deber¨ªamos esclarecer la confusi¨®n, a menudo interesada, que se produce entre sistema pol¨ªtico y sistema econ¨®mico cuando se quiere identificar a los culpables de la crisis. As¨ª evitar¨ªamos caer en la dicotom¨ªa falaz entre socialismo y capitalismo. T¨¦rminos de imposible comparaci¨®n al estar ubicados en ¨¢mbitos de decisi¨®n diferentes: por un lado, decisiones pol¨ªticas en una democracia liberal; por otro, decisiones econ¨®micas en un sistema capitalista. Podemos y afines inducen en error a sus electores que, con toda justicia, se indignan por los abusos de lo que estas formaciones pol¨ªticas definen vaporosamente como ¡°el sistema¡±. Sus votantes, sin embargo, deber¨ªan dirigir su c¨®lera contra el sistema pol¨ªtico, no el econ¨®mico.
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La democracia posibilita un sistema p¨²blico de normas que conforma una estructura b¨¢sica de la sociedad (Rawls) encargada de la distribuci¨®n equitativa de los bienes sociales primarios: derechos y libertades, oportunidades y poderes, ingresos y riquezas. La democracia as¨ª configurada es una forma de vida pol¨ªtica, el capitalismo no lo es, pues funciona en pa¨ªses sin democracia. El capitalismo es un sistema econ¨®mico de mercado, ¡°una forma de vida econ¨®mica, compatible en la pr¨¢ctica con dictaduras de derecha (Chile bajo Pinochet), dictaduras de izquierda (China contempor¨¢nea), monarqu¨ªas socialdem¨®cratas (Suecia) y rep¨²blicas plutocr¨¢ticas (EE?UU)¡± (Judt, Ill Fares the Land, Penguin, 2010).
Reconozcamos, sin embargo, que contrariamente a lo que prescrib¨ªa la f¨¢bula de las abejas de Mandeville, el capitalismo ha fracasado a la hora de convertir ego¨ªsmo y codicia en eficiencia y bienestar. ?Se ha debido a que los capitalistas han hipertrofiado el principio de maximizaci¨®n de beneficios, ampliamente aceptado en democracias liberales y dictaduras de derechas e izquierdas? ?No han sido los pol¨ªticos quienes han renunciado a su poder coercitivo para legislar democr¨¢ticamente una distribuci¨®n equitativa de bienes primarios entre ciudadanos iguales en derechos?
Es el legislador democr¨¢tico, no el capitalismo, quien ha dado patente de corso a algunos bancos y grandes empresas para abusar de sus fundamentos ¨¦ticos m¨¢s elementales. Se comprende que los espa?oles repudiemos los recortes al Estado de bienestar aplicados por la democracia, o nos resistamos a aumentos salariales exclusivamente en l¨ªnea con la productividad, cuando los ejecutivos reciben remuneraciones astron¨®micas aunque sus empresas tengan p¨¦rdidas. Pero es la democracia, no el capitalismo, la responsable.
El dirigismo estatal que propugnan Podemos y asociados ataca al capitalismo al proponer un Estado con mayor concentraci¨®n de poder econ¨®mico
Sin embargo, el dirigismo estatal que propugnan Podemos y asociados ataca al capitalismo al proponer un Estado con mayor concentraci¨®n de poder econ¨®mico. Pero tambi¨¦n supone un ataque a la democracia porque esta se opone frontalmente a la concentraci¨®n de cualquier poder con capacidad de atropellar la libertad de aquellos que, gracias a ella, pasan de ser s¨²bditos a ciudadanos. La indignaci¨®n que nutre a Podemos y asimilados es leg¨ªtima, pero la idea de sociedad que defienden solo ser¨¢ justa cuando sea realizable y no produzca m¨¢s destrozos sociales de los que pretenda corregir. Esto es algo discutible si analizamos sus propuestas econ¨®micas, a pesar de haberlas rebajado.
En futuras negociaciones habr¨¢ que concretar medidas econ¨®micas de eficacia probada que, sin violar las reglas de la econom¨ªa, devuelvan a las decisiones econ¨®micas su legitimidad moral. ?Hace falta explicar que m¨¢s gasto p¨²blico improductivo no significa mayor crecimiento? ?Es necesario subrayar que el debate no es gasto publico vs. gasto privado, sino gasto corriente (privado o p¨²blico) vs. gasto de inversi¨®n (privado o p¨²blico)? ?A¨²n no hemos aprendido que el repudio parcial de la deuda lo pagar¨¢n nuestros hijos y nietos mediante primas de riesgo m¨¢s elevadas cuando acudan en el futuro a financiarse en los mercados?
Las negociaciones deber¨ªan contemplar reformas que encaucen el resentimiento ciudadano hacia la versi¨®n de democracia que tenemos, no hacia el capitalismo. Ser¨ªa un error que ¡°la nueva pol¨ªtica¡± pactase un dirigismo econ¨®mico que trabase la econom¨ªa. Lo urgente no es desmontar el capitalismo sino reformar el sistema pol¨ªtico respetando la democracia liberal, lo contrario condenar¨ªa a la sociedad espa?ola a mayor ineficiencia y estancamiento econ¨®micos, pero tambi¨¦n a mayores injusticias y frustraciones sociales.
Manuel Sanchis i Marco es profesor de Econom¨ªa Aplicada en la Universitat de Val¨¨ncia y miembro de Afemcual. Su ¨²ltimo libro es El fracaso de la ¨¦lites. Lecciones y escarmientos de la Gran Crisis (Pasado & Presente).
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